Piden suspender un proyecto de granja con un millón de gallinas en San Clemente

Piden suspender un proyecto de granja con un millón de gallinas en San Clemente
La ONG ecologista alerta del riesgo sanitario y ambiental del proyecto para más de un millón de gallinas ponedoras en plena crisis por la expansión del virus, que ya ha obligado al sacrificio de más de dos millones de aves en España.

Greenpeace ha solicitado al Ayuntamiento de San Clemente (Cuenca) la suspensión inmediata del proyecto de macrogranja de gallinas ponedoras y recría impulsado por el Grupo Avícola Rujamar S.L., al considerar que agrava el riesgo sanitario y ambiental en un momento crítico por el repunte de la gripe aviar en España.

La organización ha presentado alegaciones formales contra la iniciativa, que se encuentra en fase de información pública y contempla la instalación de una explotación con capacidad para 1.080.000 gallinas ponedoras, lo que la convertiría en la mayor del país en número de aves y potencial de contaminación.

Un proyecto que revive la polémica

No es la primera vez que Rujamar intenta levantar una macrogranja en el municipio conquense. En 2021, la empresa ya propuso una instalación para 1,5 millones de gallinas, que finalmente fue paralizada tras un amplio rechazo social. Greenpeace advierte ahora de que la nueva propuesta, aunque de menor tamaño, mantiene los mismos riesgos y se plantea en un contexto sanitario mucho más delicado.

Las macrogranjas son una auténtica bomba de relojería, y parece que estamos esperando a que nos explote una en las manos”, ha advertido Luis Ferreirim, responsable de la campaña de Ganadería de Greenpeace. Según el portavoz, el país repite un patrón de expansión de la ganadería industrial mientras sufre las consecuencias de brotes cada vez más virulentos.

España, en plena crisis por la gripe aviar

España atraviesa una nueva oleada de gripe aviar que ya ha obligado al sacrificio de más de dos millones de aves, el último este lunes en una macrogranja con 727.251 gallinas en la provincia de Valladolid. El brote se suma al grave episodio de 2022, cuando se sacrificaron más de un millón de aves y el virus saltó a mamíferos, afectando incluso a una explotación de visones en Galicia y a una persona.

Greenpeace subraya que Estados Unidos ha vivido recientemente una situación similar, con millones de animales sacrificados, el precio de los huevos disparado y restos del virus detectados en leche de vaca. La organización recuerda que ya advirtió al Gobierno español sobre el riesgo de repetir el escenario estadounidense, “sin que se hayan adoptado medidas contundentes”.

Un modelo ganadero bajo cuestionamiento

Para la ONG, los brotes de gripe aviar son la consecuencia directa del modelo de ganadería intensiva, caracterizado por altas densidades de animales, uso masivo de antibióticos y enormes impactos ambientales. Las macrogranjas, recalcan, emiten grandes cantidades de amoníaco, un gas tóxico que afecta a la salud humana y contribuye al deterioro del suelo, el agua y la atmósfera.

Además, cada sacrificio masivo implica indemnizaciones millonarias con dinero público, lo que Greenpeace considera “un modelo económico y sanitario insostenible”.

Las exigencias de Greenpeace

Ante este panorama, la organización reclama una moratoria inmediata a la ganadería industrial y la puesta en marcha de un plan nacional de transición hacia sistemas extensivos y ecológicos. Entre las medidas concretas que plantea se incluyen:

  • No autorizar nuevos proyectos de ganadería intensiva ni ampliaciones de los existentes.

  • Reducir la densidad de animales en las explotaciones, siguiendo las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

  • Cerrar explotaciones intensivas cercanas a núcleos urbanos, prohibiendo aquellas situadas a menos de 2.000 metros de zonas habitadas.

  • Reducir la cabaña ganadera intensiva en un 50 % para 2030, priorizando modelos de producción extensiva y ecológica.

“Desde Greenpeace pedimos al Ayuntamiento de San Clemente que actúe con responsabilidad, proteja a los vecinos y vecinas y deniegue sin dilaciones el proyecto de Rujamar”, concluyó Ferreirim.