Empieza el vallado del ATC en Villar de Cañas, que ha crecido un 15% en 2013

La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, destacó durante su presentación en un desayuno la labor del presidente de ENRESA, Francisco Gil Ortega, y aseguró que la infraestructura "traerá gran riqueza" a la región

El presidente de la Empresa Nacional de Residuos (ENRESA), Francisco Gil Ortega, destacó sobre el futuro almacén temporal centralizado (ATC) de residuos radiactivos de alta actividad la idoneidad de los terrenos elegidos en el municipio conquense de Villar de Cañas y los beneficios sociales y económicos que supondrá para el entorno, apuntando que Villar de Cañas ha crecido en 2013 un 15 por ciento.

Durante un desayuno informativo, Gil Ortega dijo que el emplazamiento, de 54 hectáreas, se ha empezado a vallar este mismo lunes, con el objetivo de cumplir plazos y que los primeros residuos nucleares puedan empezar a almacenarse para los próximos 60 años a principios de 2018. "Contar con un ATC es imprescindible y urgente si se quiere hacer sitio para que las centrales nucleares actuales sigan funcionando", apostilló.

En este contexto, manifestó que la ubicación ha dependido de la decisión del Gobierno de España y señaló que la instalación debe hacerse con el mayor consenso y transparencia, así como con una política de puertas abiertas, como ocurre en El Cabril, donde los cordobeses han podido comprobar que la radiactividad ambiental actual es "idéntica" a la que había antes de construir el almacén.

Por ello, consideró que el rechazo inicial que ha ocasionado el ATC, "se volverá colaboración social si las cosas se hacen con puertas abiertas y transparencia".

Sobre los residuos nucleares, recordó que España cuenta con centrales nucleares cuya vida actual media es de 40 años aunque "las autoridades están pensando en ampliar a 50 o 60 años", del mismo modo que en Estados Unidos ya hablan de llegar a 70 u 80 años de actividad, tal y como apuntó hace unos meses el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.

Gil Ortega consideró que puesto que los residuos radiactivos son "una realidad" es preciso tratarlos de una forma "segura y eficaz" y recordó que el ATC no es cementerio, porque no es definitivo, sino un almacén casi en superficie que tendrá una altura de 25 metros más una chimenea de unos 23 metros por la que saldrá aire y en el que se guardarán los residuos y el combustible de las plantas atómicas españolas durante al menos los próximos 60 años.

En todo caso, insistió en la "necesidad" de un ATC porque las piscinas de combustible de las centrales se van llenando y porque tienen que regresar los residuos de Vandellós I, que están en Francia.

A continuación, los residuos deberán trasladarse a un almacén geológico profundo y adelantó que durante 10 años ENRESA ha realizado sus propios trabajos de investigación para conocer distintos emplazamientos posibles en el territorio y que no quiso desvelar antes de dárselos a conocer al Gobierno cuando éste se lo solicite. En todo caso, consideró que será una decisión de Estado que habrá que tomar en los próximos 50 años o 60 años.

Cospedal asegura que será "fuente de riqueza"

La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, encargada de presentar el acto, aseguró en su intervención que el ATC será "una fuente de riqueza, prosperidad y un foco de investigación y de innovación en nuestra tierra, en Castilla-La Mancha".

La presidenta se refirió al "ejemplo de la política del deber y la ejemplaridad" que ha llevado a cabo en todas sus responsabilidades políticas Francisco Gil-Ortega, algo ligado a su un "entusiasmo, dedicación, optimismo y sentido positivo".

De ahí que, según Cospedal, en un político como quien fue alcalde de Ciudad Real durante tres legislaturas, se demuestra que tiene "vocación de servicio público", gracias a la cual "lo mío y lo nuestro es lo de todos y pasa a ser el interés general".

La presidenta de Castilla-La Mancha enumeró algunos de los proyectos municipales de Francisco Gil-Ortega durante sus mandatos, entre los que destacó el Parque Reina Sofía, el Hospital General Universitario de Ciudad Real, los nuevos juzgados, la Playa del Vicario o la ampliación del Museo Villaseñor. Todo eso, según Cospedal, es el legado de Gil-Ortega, que "dio un giro de 180 grados la ciudad, así como a la percepción que de la ciudad se tenía desde fuera".

Por todo ello, así como por su experiencia durante su etapa como parlamentario en Castilla-La Mancha y sus conocimientos en el ámbito de la química y la energía, Cospedal destacó que la dedicación y entrega de Gil-Ortega al frente de ENRESA le hacen "un buen responsable", con dotes de "transparencia y buen gobierno".

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