Borja e Irene, los bebés que simbolizan el cambio de era hospitalaria en Cuenca

Marta Blanco y Gilberto González, vecinos de Minglanilla, posan junto a su hijo Borja, el primer bebé del Hospital Universitario de Cuenca
Borja González Blanco e Irene Romeral Torrijos han hecho historia en la sanidad conquense al convertirse, respectivamente, en el primer bebé nacido en el nuevo Hospital Universitario de Cuenca y en la última recién nacida del Hospital Virgen de la Luz. Dos partos separados por menos de una hora que simbolizan el cierre de una etapa y el inicio de una nueva era sanitaria en la provincia.

Borja González Blanco e Irene Romeral Torrijos han quedado ligados para siempre a una fecha histórica en la sanidad conquense. El primero fue el primer bebé nacido en el nuevo Hospital Universitario de Cuenca, mientras que la segunda se convirtió en la última recién nacida en los paritorios del Hospital Virgen de la Luz, coincidiendo con la activación completa del nuevo centro y el inicio del traslado definitivo de pacientes.

La jornada del 13 de diciembre de 2025 marcó un antes y un después en la atención sanitaria de la provincia. Ese día, Cuenca dijo adiós a más de seis décadas de actividad del Hospital Virgen de la Luz y dio la bienvenida plena al Hospital Universitario, en un operativo de gran complejidad que culminó, de forma simbólica y humana, con dos nacimientos que quedarán para la historia.

Borja González Blanco nació a las 12:25 horas en el nuevo Hospital Universitario de Cuenca, apenas cincuenta minutos después de que Irene Romeral Torrijos viniera al mundo a las 11:35 horas en el Virgen de la Luz. Dos partos separados por menos de una hora y por apenas unos kilómetros, pero cargados de significado en un día clave para la sanidad regional.

Un parto marcado por el traslado histórico

Borja es hijo de Marta y Gilberto, vecinos de Minglanilla, que ingresaron inicialmente en el Hospital Virgen de la Luz a las 21:00 horas del jueves. Aunque el parto no estaba previsto para esa jornada, el dispositivo especial activado permitió su traslado al nuevo hospital para que el nacimiento se produjera ya en las nuevas instalaciones.

Nos sentimos muy acompañados y todo fue fenomenal”, relató Marta tras el parto, agradeciendo el trabajo de los profesionales sanitarios implicados. Tanto ella como su marido subrayaron que todo el equipo “se merece un diez” y mostraron su ilusión por que su hijo haya sido el primer bebé nacido en el Hospital Universitario de Cuenca, además de poder conocer pronto a su hermana Adriana, de cinco años.

Borja nació con un peso de 3.340 gramos y una talla de 50,5 centímetros, convirtiéndose en el primer símbolo de la nueva etapa asistencial que se abre en la provincia.

El último nacimiento en el Virgen de la Luz

Pocos minutos antes, Irene Romeral Torrijos había protagonizado el otro gran momento de la jornada al convertirse en la última bebé nacida en los paritorios del Hospital Virgen de la Luz, un centro que ha sido referencia para varias generaciones de conquenses.

Sus padres, Soledad y Julián, vecinos de Fuente de Pedro Naharro, reconocieron que este hecho será un recuerdo “inolvidable” para toda la familia. “Todos los médicos, matronas y enfermeras estuvieron a nuestro lado. Nos sentimos muy arropados”, explicó Soledad, quien detalló que, tras el parto, Irene fue trasladada en UVI móvil al nuevo hospital, con la familia siguiendo el convoy en ambulancia y escoltados por la Policía.

Irene nació con un peso de 3.170 gramos y una longitud de 50 centímetros, cerrando de manera simbólica la historia obstétrica del Virgen de la Luz y dando paso a una nueva etapa en el Hospital Universitario.

Un día histórico para la sanidad conquense

Desde el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha se ha destacado que ambos bebés “han hecho historia en la sanidad conquense” en la misma jornada en la que se activaba al completo el nuevo Hospital Universitario de Cuenca y se ponía en marcha el operativo para el traslado de los pacientes ingresados desde el antiguo centro.

El día estuvo marcado por un complejo dispositivo logístico y sanitario que incluyó el cierre progresivo de servicios en el Virgen de la Luz, el traslado seguro de pacientes y la apertura plena de urgencias, hospitalización y áreas críticas en el nuevo hospital. En ese contexto, los nacimientos de Borja e Irene pusieron el acento humano a un proceso largamente esperado por la ciudad y la provincia.

Para sus familias, será una anécdota imborrable. Para Cuenca, un símbolo claro de que la sanidad entra en una nueva era, sin olvidar la historia y el legado del hospital que durante más de 60 años fue el escenario de miles de nacimientos.

Soledad Torrijos y Julián Romeral, de la localidad conquense Fuente de Pedro Naharro, junto a la pequeña Irene, última bebé nacida en el Hospital 'Virgen de la Luz' de Cuenca