Los hilos tensores, una técnica innovadora en el campo de la estética

 Los hilos tensores, una técnica innovadora en el campo de la estética
photo_camera Los hilos tensores, una técnica innovadora en el campo de la estética

Los avances en el campo de la estética no dejan de sorprender a propios y extraños. La técnica de los hilos tensores actúa en uno de los lugares donde más se nota el paso del tiempo y que preocupa a la mayoría de las personas, en la flacidez facial. Con este método que no precisa de intervención quirúrgica, el rostro volverá a quedar bien definido, difuminando notablemente los efectos de la edad, aunque también es utilizado para brazos y muslos.

El paso del tiempo es el principal enemigo para mantener una piel joven y fresca, actuando inmisericorde en su pérdida de firmeza. Esta flacidez se debe a la constante disminución de las fibras de colágeno y elastina, dos elementos fundamentales para mantener la resistencia y la elasticidad en los tejidos. Al cumplir los años la producción de estas proteínas se va reduciendo gradualmente, un problema que se ve reforzado si además la persona es fumadora, se expone con exceso al efecto del sol, pierde peso de forma acelerada, lleva una vida sedentaria o por la propia carga genética que posee, entre otros motivos.

Afortunadamente, la ciencia y la medicina ofrecen un amplio abanico de tratamientos para luchar de forma activa y segura contra este proceso inevitable del organismo. Pero, si se quiere llevar a cabo un proceso realmente eficaz sin pasar por un quirófano, entonces la respuesta está en los conocidos como hilos mágicos o hilos tensores. La forma más innovadora y eficiente de oponerse a la flacidez, así como de reafirmar la piel estimulando, sin dolor ni cirugía, los tejidos internos.

¿Qué son los hilos tensores?

Los hilos tensores no son más que hilos muy finos que se utilizan en la cirugía estética para rejuvenecer el rostro, los muslos y los brazos. Usados fundamentalmente tanto para combatir la flacidez como para eliminar las arrugas, pero, también, para redefinir el óvalo de la cara, el contorno de la mandíbula e incluso para levantar las cejas. En definitiva, es un procedimiento que consigue corregir el excedente de piel, así como la pérdida de posición de las estructuras cervicales y faciales sin cirugía.

En la actualidad, en el tratamiento de los hilos tensores ya no se utilizan los tradicionales hilos de oro que daban problemas de rechazo, sino que se utilizan los elaborados a partir de un material reabsorbible y biocompatible, denominado Polidioxanona (PDO). Este material utilizado es el que le da el carácter innovador a una técnica que ya venía practicándose desde hace bastantes años.

Preguntas y respuestas de los hilos tensores

Al ser un tratamiento poco conocido, las dudas que aparecen sobre él son bastantes. A continuación, se dan respuesta a las más habituales.

¿Cuál es el precio de este tratamiento?

Es normal que los precios de hilos tensores sea una de las principales preocupaciones de aquellos que se interesan por este método. En tiempos de crisis el dinero siempre ocupa un lugar predominante ante cualquier decisión. Sin embargo, hay que afirmar con rotundidad que los efectos que producen bien merecen la inversión, además siempre va a resultar más económico que cualquier tratamiento quirúrgico. En cualquier caso, es un factor que va a depender de la comunidad autónoma donde se realice y el profesional que lleve a cabo el tratamiento.

El precio oscila entre los 600 y los 1000 euros, y en él se incluye una primera visita (de 20 a 60 euros), donde se determina el precio de la aplicación de los hilos. Cada una de estas aplicaciones puede rondar entre los 200 a los 400 euros. Posteriormente, se deberá seguir yendo a consulta para ir evaluando y controlando los resultados, con un precio similar a los de la primera consulta.

Tipos de hilos tensores

Efectivamente, no hay un solo tipo. Por un lado, se localizan los permanentes cuyos hilos están hechos de propileno (material plástico usado como fibra). Por otro lado, los temporales, ya mencionados brevemente en el artículo que se hacen con dioxanona, que es el que se utiliza hoy día. Se trata de un material que es reabsorbido por el organismo después de un par de años, aproximadamente, si necesidad de operar.

¿Cómo funciona?

Este tratamiento para tensar la piel está basado en la implantación de varios de estos micro hilos formando una red subcutánea. La mencionada red actuará como soporte de los tejidos, lo que produce un efecto instantáneo de firmeza, favoreciendo, además, la producción de colágeno de forma natural.

Para llevar a cabo esta intervención se requiere de pequeñas incisiones sobre la piel a tensar. A través de ellas se injertan los hilos y se colocan después en la zona deseada, desplazándolos hasta quedar fijados en la posición que determine el profesional.

Ventajas de los hilos tensores

Con esta intervención se podrá luchar activamente contra los efectos de la edad y el paso del tiempo al disimular las arrugas del contorno de los ojos, elevar las mejillas, reafirmar el cuello (eliminando papada), elevar las cejas, reduciendo las aureolas… Pero, también, consiguen alcanzar simetría a la cara, reafirmando el contorno facial y difuminando las arrugas de la frente.

¿Qué ocurre después de la intervención?

Es posible que el postratamiento resulte un poco molesto, ya que se suelen presentar algún tipo de hematoma, hinchazón o calor en la zona intervenida, e incluso un poco de dolor rápidamente pasajero. No obstante, ninguno de estos síntomas suele durar más de un par de días.

Es recomendable, según algunos profesionales del sector, completar el tratamiento con mesoterapia que incluya plasma rico en plaquetas o rellenos con ácido hialurónico.
 

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