¿Cuándo tengo que cambiar mi mochila?

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Todos sabemos lo importante que es comprar una buena mochila, y lo fácil que es encontrarla si se acude a los lugares adecuados. Afortunadamente, hay una mayor concienciación sobre la importancia que tiene el uso de algo adecuado en este campo, ya que una mochila de mala calidad puede provocar dolores y serias lesiones de espalda.

Comprar una nueva es de lo más sencillo, de hecho, si buscas algo realmente bueno, tan solo tienes que acudir a webs como www.mundomochilas.es y escoger lo que más te convenga. Las dificultades vienen, por ejemplo, a la hora de detectar cuáles son los mejores modelos o, incluso, cuándo es el momento adecuado para cambiar el que tienes por uno nuevo.

Esa es la cuestión que vamos a abordar aquí. Vamos a ver cuándo hay que cambiar de mochila. Vamos a enseñarte los elementos que observar, los rasgos que delatan la necesidad de renovar la mochila que tienes y hacerte con una diferente para poder seguir disfrutando de las bondades de este complemento. Porque es algo que queda bien, pero también es algo que puede incluso mejorar tu salud.

Cómo saber cuándo cambiar de mochila

Existen varias formas de saber cuándo es el momento adecuado para comenzar a mirar una mochila nueva. Se suele decir que el plazo de tiempo ideal para renovar y comenzar a mirar otra nueva es de entre uno y dos años, o incluso menos cuando es para un niño que está en plena época de crecimiento.

Aun así, los factores principales que indican que es el momento adecuado para cambiar de mochila son los que vamos a repasar a continuación. Si se da cualquiera de ellos, va siendo hora de mirar una nueva mochila; si se dan todos, deja la que tienes cuanto antes, porque solo vas a conseguir que te moleste en lugar de serte de ayuda.

Comienzan los dolores de espalda

Cuando una mochila está en buenas condiciones y cumple bien con su cometido, y también cuando la usas adecuadamente, los dolores de espalda no tienen que aparecer de ninguna de las maneras. Por supuesto, pueden aparecer por otros motivos, pero si no ha cambiado nada en tu rutina habitual y empieza a dolerte, el problema seguramente está en tu mochila.

Ya no aguanta como debería, o su material se está desgastando y está haciendo que no se amolde bien a tu cuerpo. No importa el motivo que haya tras esto porque, si te empieza a doler, es porque algo no va bien y tienes que ponerle remedio. Si el dolor viene por el uso de la mochila, ya sabes que es la hora de ir mirando alternativas.

No se sujeta tan bien como antes

Uno de los aspectos más importantes de una mochila es su capacidad para sujetarse a tus hombros y tu espalda, de hecho, las que están pensadas para llevar cargas algo más grandes de lo habitual, cuentan también con un cinturón adicional que permite repartir el peso a las caderas y distribuir mejor la carga.

Pero es posible que, por el uso, las correas ya no puedan moverse con la misma facilidad que antes, que las sujeciones no encajen como es debido y que, en definitiva, no quede tan bien sujeta como antes. Si es así, es cuestión de tiempo que se coloque inadecuadamente sobre tu cuerpo y que, por lo tanto, comiencen a aparecer los dolores de nuevo. Si ves que ya no sujeta bien y que los broches no encajan como antes, ve preparando su retiro.

Ya no te queda bien

Con eso de que ya no te queda bien no queremos decir que no tenga el estilo que se adecua a las modas actuales, sino más bien que no encaja bien con tu cuerpo, sobre todo tus hombros y tu espalda. Recuerda que debe quedar lo más pegada posible a ti para poder garantizar una buena postura y evitar cualquier posible dolor debido a una mala posición.

Por eso, en el momento en el que empieces a notar que no se sujeta igual de bien, como mencionábamos antes, y que tampoco se ajusta bien a tu espalda y tus hombros, sea por desgaste o porque tu fisionomía ha cambiado con el paso del tiempo, entonces también tendrás que cambiar de mochila.

¿Has tomado nota? Estos son los principales factores que indican la necesidad de cambiar de mochila y comprar una nueva. La clave, en el fondo, radica en la presencia de dolor en la espalda. Si comienza a doler, siempre y cuando se deba al uso de mochilas y la carga que hay en ellas, entonces es porque tienes que cambiar.

No es algo a lo que se le deba restar importancia, porque estas molestias pueden derivar en problemas que provoquen incluso desviación de la columna o algún posible desgarro. Por eso hay que actuar con rapidez en el momento en el que se detectan esos “síntomas” que delatan el deterioro o la ineficacia de una mochila.

 

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