Los peces exóticos acentúan el cambio de la cadena trófica de Las Tablas de Daimiel

La llegada de peces exóticos invasores al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ha acentuado el cambio de la cadena trófica del humedal, lo que unido a los episodios de contaminación registrados han provocado la carencia absoluta de vegetación acuática sumergida, alimento de muchas especies de aves.

El informe sobre la situación ambiental presentado en el último patronato del parque nacional y dado a conocer por su presidente, Sebastián García, revela los esfuerzos que los gestores de este espacio natural están haciendo para cambiar la dinámica de la cadena trófica, como se denomina el proceso de transferencia de sustancias nutritivas a través de las especies de una comunidad biológica.

Estos trabajos se basan principalmente en evitar la aparición de nuevos episodios contaminantes en el parque nacional y en realizar extracciones controladas de peces.

Durante el año 2016 los técnicos del parque nacional lograron extraer 30 toneladas de peces exóticos invasores de las aguas del parque, principalmente carpa común y carpín.

En la actualidad, en Las Tablas de Daimiel se ha detectado la presencia, además de la carpa común y el carpín, de otras especies exóticas como el percasol, el pez gato, el black-bass, el lucio, la gambusia, la gambusia holbrooki, el cacho, el calandino y la colmilleja.

Las especies bentónicas, como la carpa común y el carpín, que se alimentan del sedimento, provocan la resuspensión del sedimento que reducen la luz que penetra en el agua y añade nutrientes al agua, favoreciendo el desarrollo del fitoplancton que también reduce la luz que penetra a la columna de agua, lo que impide el "enraizamiento" de vegetación acuática que debe cubrir los fondos de las tablas fluviales.

La presencia de grandes poblaciones de percasol y pez gato, tienen también consecuencia negativas sobre la cadena trófica al presentar unas tasas de predación elevadas sobre el zooplancton y los macroinvertebrados que se encuentran en el agua, que además están desprotegidos al no tener plantas subacuáticas donde refugiarse.

De este modo, "se está imposibilitando la reducción del fitoplancton".

Las praderas de ovas, compuestas por distintas especies del género Chara, sobre todo Chara hispida y Chara canescens, que debían estar presentes en el parque, no lo están ahora, a pesar de que en 2011 y tras la última época de sequía registrada se llegaron a recuperar hasta alcanzar una superficie de 450 hectáreas de terreno.

A la presencia de los peces exóticos invasores en Las Tablas de Daimiel, se une el estado de unas aguas muy eutróficas, debido al exceso de nutrientes procedentes de la cuenca hidrográfica y la descomposición de la vegetación del humedal.

El estudio del CSIF revela que, a pesar de la carencia absoluta de vegetación acuática sumergida, las esporas de ovas sí están presentes en el sedimento de Las Tablas, lo que si se evitan nuevos episodios de contaminación y se mantiene el esfuerzo de pesca, las praderas de ovas podrían mejorar en el futuro notablemente.

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