Piedrabuena valoriza un manantial de aguas ferruginosas ligado a sus volcanes

La localidad ha inaugurado la obras de adecuación de la conocida como "Fuente agria" y su entorno, que incluye también la reapertura al público de unos históricos baños de agua ferruginosa que se abrieron en 1891
Piedrabuena valoriza un manantial de aguas ferruginosas ligado a sus volcanes
photo_camera Piedrabuena valoriza un manantial de aguas ferruginosas ligado a sus volcanes

El Ayuntamiento de Piedrabuena ha valorizado un manantial de aguas ferruginosas ligado a los procesos hidrotermales del volcanismo de la zona del campo de Calatrava, para que quienes lo deseen puedan disfrutar del singular sabor del agua agria.

Coincidiendo con la celebración de San Isidro Labrador, patrón de este municipio, se han inaugurado la obras de adecuación de la conocida como "Fuente agria" y su entorno, que incluye también la reapertura al público de unos históricos baños de agua ferruginosa que se abrieron en 1891.

Este paraje de Piedrabuena ya aparece recogido en las descripciones del Cardenal Lorenzana de finales del siglo XVIII, ha explicado a Efe el alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, quien ha inaugurado las obras acompañado del presidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, José Manuel Caballero.

En Piedrabuena, ha comentado, el agua al filtrarse en el subsuelo y entrar en contacto con los gases volcánicos, se enriquece con CO2 y otros compuestos, como el hierro, ascendiendo luego a través de fisuras hasta surgir en manantiales.

La historia relata que no es hasta finales del siglo XIX cuando se realizarán obras de acondicionamiento del lugar, año en el que Ángel García García vende al Ayuntamiento de Piedrabuena, por valor de 500 pesetas, el paraje de la Fuente Agria.

Entre 1890 y 1891, el Ayuntamiento de Piedrabuena sanea la zona pantanosa existente construyendo la fuente, el baño y plantado de árboles que dan sombra al paraje actualmente.

Desde el verano de 1891, cuando se inauguran los baños, hasta finales de la década de los años 70 del siglo XX, el baño tuvo una enorme aceptación, tanto para su consumo de aguas o baño, por iniciativa propia o bajo prescripción médica, ya que a estas aguas ferruginosas se le atribuían numerosas propiedades curativas no sólo en enfermedades dermatológicas, sino también para el riñón y el hígado, tratar carencias de hierro, astemias o problemas de tiroides.

Con el paso del tiempo este lugar se fue convirtiendo en sitio privilegiado de los vecinos de Piedrabuena y en 1956 la Hermandad de los Labradores y Ganaderos de la localidad mandó construir la ermita de San Isidro Labrador, a unos 50 metros de la fuente, en lo alto de una pequeña loma.

El 19 de mayo de 1957, se celebra por primera vez la Romería de San Isidro, años después comenzaría a festejarse el día 15 de mayo, declarándose este día fiesta local.

Conocidas desde muy antiguo, estas aguas llevan más de siglo y medio declaradas recurso de utilidad pública gracias a unas propiedades terapéuticas que ayudan en la prevención y la cura de numerosas dolencias.

Su alto contenido en hierro determinan su idoneidad y eficacia para paliar estados carenciales, especialmente cuando es por falta de hierro, como anemias o hemorragias, dolencias hepáticas, favorecen la regeneración de la sangre, actúan sobre las enfermedades de la piel y ayudan en los regímenes adelgazantes.

Además, su composición les otorga un exclusivo sabor que las hacen muy populares.

Este espacio pasa a engrosar la lista de recursos que ofrecerá el futuro Geoparque Volcanes de Calatrava:Ciudad Real, que impulsa la Diputación Provincial de Ciudad Real y busca obtener el reconocimiento de la Unesco. 

Las Cruces de Piedrabuena incorporan elementos ornamentales del pasado volcánico de este municipio

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