El novillero Carlos Aranda corta seis orejas en su encerrona en Daimiel

El novillero Carlos Aranda cortó un total de seis orejas en la tarde en la que se enfrentó a otros tantos utreros en solitario en la plaza de toros ciudadrealeña de Daimiel.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Los Ronceles, bien presentados, descastados y deslucidos en general. El cuarto, el menos malo.

El balance artístico del novillero Carlos Aranda, que actuó como único espada, fue el siguiente: oreja, oreja, oreja, oreja, dos orejas y vuelta al ruedo.

La plaza registró un tercio de entrada en los tendidos.

MÁS OREJAS QUE CONTENIDO

A pesar del balance de orejas, seis, poco se pudo ver en la encerrona de Carlos Aranda en Daimiel. En gran medida debido al escasísimo juego ofrecido por los utreros lidiados de Los Ronceles, aunque el nivel mostrado por el novillero ciudadrealeño tampoco fue para tirar cohetes, desgraciadamente.

En su descargo cabe señalar las pocas oportunidades de torear que ha tenido desde que debutara con picadores allá por el mes de mayo de 2014.

Apenas un vistoso quite por faroles se podría señalar de su actuación capote en mano, mientras que con la muleta hubo momentos aislados de lucimiento, como tres derechazos en el cierre de faena al cuarto, o el torero cierre al quinto.

En el resto de su actuación hubo tantas ganas como desacople a la hora de armonizar embestida y trazo de los muletazos. Con la espada anduvo decidido, sobresaliendo las buenas estocadas cobradas ante el tercero y el cuarto, en este caso al segundo intento.

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