Miguelturra vive sus fiestas patronales más deslucidas y polémicas en una década

Imagen del recinto ferial de Miguelturra (Ciudad Real) durante estas fiestas patronales
El programa escaso, la falta de ambiente y la marcha anticipada de feriantes evidencian el fracaso organizativo de unas fiestas que, lejos de reforzar la identidad local, han provocado un malestar generalizado. Los vecinos piden una revisión profunda del modelo festivo.

Miguelturra, localidad ciudadrealeña de fuerte tradición festiva, afronta estos días el cierre de unas Ferias y Fiestas patronales que quedarán en la memoria colectiva como las más deslucidas de los últimos diez años. Lo que debía ser un momento de orgullo vecinal y dinamismo económico ha derivado en una edición marcada por la apatía, la falta de programación atractiva y un evidente desencanto ciudadano.

La fiesta más larga… pero también la más vacía

El calendario oficial preveía once días de celebraciones, convirtiendo a las Ferias y Fiestas 2025 en una de las ediciones más extensas de las últimas décadas. Sin embargo, la duración no se ha traducido en vitalidad: según numerosos testimonios, la actividad festiva real se concentró únicamente en el primer fin de semana, dejando al resto de jornadas un ambiente frío y carente de participación.

Muchos vecinos coinciden en señalar la ausencia de actos de calidad dirigidos a la juventud y la improvisación en la organización como dos de los principales factores de la desafección. “Se han llenado días con actividades de relleno, sin pensar en qué quería realmente la gente. Al final no había nada que invitase a salir”, asegura un joven del municipio.

Un programa deficiente y sin comunicación

La sensación de desorganización se vio acentuada por la falta de comunicación institucional. El tradicional reparto del programa de fiestas en los domicilios no se realizó este año, lo que generó aún más desconexión entre la ciudadanía y las actividades. Muchos vecinos aseguran no haber tenido acceso a la información sobre horarios y eventos, lo que dificultó la asistencia y redujo la visibilidad de los actos programados.

En contraste, en años anteriores la distribución del programa en papel era esperada por familias, asociaciones y comerciantes como una guía fundamental para planificar la participación y para reforzar el sentimiento colectivo en torno a las celebraciones.

Impacto económico en hostelería, comercios y feriantes

El descontento no se limita al plano social. Comerciantes, hosteleros y feriantes coinciden en calificar esta edición como una decepción económica. Mientras en pasadas fiestas la afluencia de público se traducía en notables repuntes de consumo, este año la baja asistencia ha provocado menos beneficios.

Los feriantes, protagonistas habituales del recinto, han sido el reflejo más visible de la situación. Varios de ellos desmontaron y abandonaron con hasta tres y cuatro días de antelación al cierre oficial, ante la imposibilidad de cubrir gastos mínimos. “El lunes ya estábamos pensando en marcharnos porque no salían las cuentas. Nunca nos había pasado en Miguelturra”, relata uno de los afectados.

También bares y restaurantes de la localidad han mostrado su malestar. Algunos aseguran que los ingresos durante las fiestas han sido similares a un fin de semana corriente, muy lejos de las cifras habituales en estas fechas. “En otros años necesitábamos reforzar plantilla. Este año, en cambio, había días en los que sobraban mesas vacías”, comenta un hostelero del centro.

Comparativa con años anteriores

Vecinos veteranos destacan el contraste con las celebraciones de hace apenas una década, cuando Miguelturra era referente comarcal por la amplitud y calidad de su programación festiva. Actuaciones musicales de primer nivel, concursos gastronómicos multitudinarios, verbenas y eventos para todas las edades llenaban las calles de ambiente y favorecían el dinamismo económico.

En localidades vecinas, los programas de fiestas mantienen aún hoy una línea ascendente, con mayor apuesta por la música en directo, la diversidad de actividades y la promoción turística. “Mientras en otros pueblos se innova, aquí parece que vamos hacia atrás”, lamenta una vecina que recuerda con nostalgia las ediciones de 2012 o 2015.

El papel de las asociaciones

En este escenario de desilusión, las asociaciones locales sin ánimo de lucro han sido las que han salvado en parte el espíritu festivo. Con iniciativas culturales, deportivas y sociales organizadas a contrarreloj, han conseguido llenar algunos vacíos y ofrecer propuestas atractivas para el público. Sin su implicación voluntaria, el malestar generalizado habría sido aún mayor.

Una gestión en el punto de mira

Estas Ferias y Fiestas son las terceras bajo el mandato del alcalde Luis Ramón Mohíno, lo que ha situado a la organización municipal en el centro de las críticas. Desde diferentes sectores vecinales se reclama una revisión en profundidad del modelo festivo, con mayor planificación, participación ciudadana en el diseño del programa y un impulso decidido a actividades que generen identidad, orgullo y atractivo económico.

El malestar es tan generalizado que muchos vecinos no dudan en calificar la edición de 2025 como “las peores fiestas en la historia reciente de Miguelturra”. La esperanza ahora es que las críticas sirvan como punto de inflexión y que el próximo año el municipio recupere la esencia de unas celebraciones que forman parte de su identidad colectiva.

Polémica por el campeonato de tiro al pichón

A la falta de ambiente y al descontento vecinal se ha sumado en esta edición la fuerte polémica por la inclusión en el programa oficial de un campeonato de tiro al pichón, presentado bajo la denominación de “Campeonato de Tiro al Blanco” y organizado por el Club Deportivo de Caza de Miguelturra “La Tonela” con la colaboración del Ayuntamiento.

Diversas asociaciones animalistas, entre ellas Corazón de Paloma Ciudad Real, han denunciado que la actividad encubre una práctica de gran crueldad, en la que los pichones son lanzados a mano frente a escopetas. En un comunicado, la entidad criticó que el consistorio “haya tratado de suavizar la denominación ocultando la referencia a las palomas” y calificó la actividad como “indigna, cruel y presuntamente contraria a la Ley de Bienestar Animal”.

El rechazo ha cristalizado en la convocatoria de una protesta vecinal y animalista frente al Ayuntamiento el viernes 12, donde se reclamó la retirada inmediata de este tipo de competiciones del programa de fiestas.

La controversia ha trascendido al ámbito político. IU–Podemos Miguelturra se ha sumado a las críticas al denunciar la inclusión del campeonato y de un festival taurino como parte de las fiestas, señalando que ambas actividades suponen “un evidente maltrato animal”. Según la formación, “en pleno 2025 resulta un despropósito normalizar la crueldad contra los animales bajo el pretexto de la tradición o la diversión”.

El debate ha alimentado aún más la percepción de que estas Ferias y Fiestas 2025 no solo han fracasado en el plano organizativo y económico, sino que además han proyectado una imagen negativa de Miguelturra, asociada a polémicas que dividen a la ciudadanía y alejan el espíritu de respeto y convivencia que debería inspirar las celebraciones patronales.