El mejillón cebra aún está ausente en la cuenca hidrográfica del Guadiana

El mejillón cebra aún está ausente en la cuenca hidrográfica del Guadiana
photo_camera El mejillón cebra aún está ausente en la cuenca hidrográfica del Guadiana

El mejillón cebra, un molusco bivalvo considerado una de las especies exóticas invasoras más perjudiciales del planeta, aún está ausente de los cauces fluviales de la cuenca hidrográfica del Guadiana, donde su presencia no ha sido detectada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).

Así lo ha dado a conocer el presidente de la CHG, José Díaz, quien ha reconocido que, aunque la presencia del mejillón cebra no se ha detectado, existe un temor fundado de que pueda acabar llegando como ya lo ha hecho a los ríos y embalses de otras comunidades autónomas como Cataluña, Castilla y León, La Rioja, Navarra, País Vasco, Comunidad Valenciana y Andalucía.

"En la cuenca estamos muy preocupados con la posible llegada del mejillón cebra" hasta el punto, ha reconocido, que "cada tres-cuatro meses hacemos análisis del agua de nuestros embalses para ver si encontramos larvas".

El trabajo de los técnicos de la CHG, ha comentado Díaz, se centra en poner en marcha medidas preventivas para detectar esta especie, como ocurre con el resto de especies invasoras.

Hace tan sólo unas semanas, la CHG presentó una aplicación móvil con el fin de que la ciudadanía colaborará y participará activamente en la lucha contra estas especies invasoras mediante la activación de alertas temprana.

Junto con los muestreos de agua y la nueva aplicación móvil, la CHG lleva a cabo un programa de control "sobre los vectores" que pueden provocar la llegada de esta especie a la cuenca, que se basa principalmente, ha añadido Díaz, en establecer un control sobre las embarcaciones y los instrumentos de pesca que pueden haber sido utilizados en otros embalses y que podrían transportar las larvas hasta los ríos de la cuenca.

De hecho, ha señalado que en la cuenca existen varias estaciones móviles de desinfección y se va a trabajar ya, de acuerdo con el resto de administraciones implicadas, asociaciones y colectivos relacionados con el mundo de la pesca, en adoptar más medidas de control para seguir evitando su entrada en la cuenca.

El mejillón cebra es un molusco bivalvo de aguas dulces y salobres, originario de los mares Negro y Caspio, que fue detectado por primera vez en septiembre de 2001 en el río Ebro, aunque en la actualidad se extiende por ríos y embalses de la geografía española.

El molusco adulto tiene concha de forma triangular alargada, con bandas claras y oscuras en zigzag, que apenas excede los 3 centímetros, como máximo, y se sujeta al sustrato mediante un biso que le permite formar racimos semejantes a las mejilloneras marinas.

Su gran capacidad de reproducción viene dada porque una hembra puede liberar un millón de óvulos al año de los que aproximadamente prosperarán un 10 %, hasta llegar a convertirse en larvas con gran capacidad de dispersión, lo que favorece una rápida expansión.

Además, cuando se fijan a un sustrato pueden tener una densidad de hasta 750.000 individuos por metro cuadrado.

Los principales impactos ambientales que produce es que modifica las condiciones de los hábitats que coloniza, compitiendo por el espacio y recursos con las especies de moluscos bivalvos nativos.

También hace disminuir el fitoplacton del que se alimenta y la concentración del oxígeno del agua y provoca la pérdida de calidad de las aguas al incrementar los niveles de materia orgánica produciendo la proliferación de plantas bentónicas y contribuyendo al booms de algas cianófitas, y encima tapiza los sustratos donde se asienta provocando grandes desequilibrios ecológicos en la cadena trófica.

El impacto económico producido por la presencia de ejemplares adultos de la especie viene derivaba de la capacidad que tiene para dañar los sistemas de captación y distribución de agua, lo que obliga a los usuarios a gastar importantes cantidades de dinero en el acondicionamiento de sus instalaciones.

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