Ecologistas pide a los ayuntamientos de Ciudad Real impedir proyectos perjudiciales

En el escrito les hace saber que hay procedimientos legales para negarse a admitir en sus pueblos macro granjas, mega plantas fotovoltaicas y eólicas, minas y otras actividades que "arruinarían la calidad y cantidad de nuestras aguas, el aire y la tierra que sustentan la vida"
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Ecologistas en Acción Ciudad Real ha remitido un escrito a todos los ayuntamientos de la provincia de Ciudad Rel pidiéndoles que modifiquen sus normas urbanísticas para impedir la instalación de proyectos que resulten perjudiciales para sus términos municipales.

En el escrito les hace saber que hay procedimientos legales para negarse a admitir en sus pueblos macro granjas, mega plantas fotovoltaicas y eólicas, minas y otras actividades que "arruinarían la calidad y cantidad de nuestras aguas, el aire y la tierra que sustentan la vida", ha informado este miércoles en un comunicado de prensa la organización.

Recuerda cómo desde los años 80 del siglo XX lucha por la conservación de los acuíferos subterráneos, coincidiendo con el 'boom' de la puesta en regadío de cultivos que en La Mancha habían sido tradicionalmente de secano.

"No se le ha querido poner freno y es urgente y necesario hacerlo ya, porque el agua es un bien imprescindible para la vida de esta tierra", ha indicado Ecologistas en Acción.

Por otro lado, ha señalado que últimamente hay una "proliferación de proyectos especulativos y mastodónticos, que amenazan acabar con la salud de las personas y del medio ambiente como son las macrogranjas, megaplantas fotovoltaicas y eólicas, minas y vertederos con unas dimensiones muy por encima de las necesidades de los ciudadanos de esta provincia".

En opinión de esta organización, "no aportan nada positivo, pero que sí van a arruinar el paisaje, el modo de vida y, lo que es más importante, el agua, el aire y el suelo, que son imprescindibles para la vida de los humanos y la flora y fauna, de la que dependemos".

De todo ello ha estimado necesario advertir a los ayuntamientos, para que "no se pueden quedar con los brazos cruzados, en el mejor de los casos, o quieran vender como buenas estas actividades que ya se sabe que no lo son". 

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