Técnico de la CHG dice que los ayuntamientos pudieron hacer más por evitar vertidos

Este jueves continuará el juicio con la declaración del director del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y con la del que entonces era comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadiana
Vista general del banquillo de los acusados, incluido el alcalde de Membrilla, Manuel Borja (i), y el exalcalde de Manzanares, Antonio López de la Manzanara, en el juicio por delito ambiental - EFE/Jesús Monroy
photo_camera Vista general del banquillo de los acusados, incluido el alcalde de Membrilla, Manuel Borja (i), y el exalcalde de Manzanares, Antonio López de la Manzanara, en el juicio por delito ambiental - EFE/Jesús Monroy

El jefe de la Calidad del Agua de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Domingo Carrillo, ha asegurado este miércoles que los ayuntamientos de Membrilla y Manzanares "podían haber adoptado más medidas" para evitar los vertidos de las cooperativas a la red de saneamiento.

Carrillo ha declarado en calidad de testigo en la segunda sesión del juicio que se sigue en el juzgado de lo Penal número 1 de Ciudad Real por los vertidos que llegaron al río Azuer a través de la depuradora de agua de Manzanares y que según la fiscalía afectaron al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y causaron un daño ambiental.

Un procedimiento en el que la Fiscalía acusa al actual alcalde Membrilla, Manuel Borja, y el exalcalde de Manzanares, Antonio López de la Manzanara, y a los concejales de Medio Ambiente de ambos ayuntamientos en el momento en el que tuvieron lugar los hechos, para los que el Ministerio Fiscal pide una pena de cárcel de 2 años y medio de prisión.

Además, junto a ellos, se juzga a los administradores de las bodegas Jesús del Perdón de Manzanares, Galán de Mebrilla y Don Quijote Bodegas, para los que la Fiscalía también pide la pena de 2 años y 6 meses de prisión y la inhabilitación para que puedan ejercer actividades industriales durante dos años.

El caso por vertidos en las campañas de vendimia 2013-2014 ya fue sancionado por la vía administrativa con multas de unos 140.000 euros, y ahora se enjuicia el daño ambiental que sufrió el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel por la contaminación de estos vertidos.

En su declaración, Carrillo ha vinculado los vertidos que se produjeron durante estos años a la actividad vitivinícola de alguna de las bodegas de estos municipios que, ha dicho, carecían de estaciones de tratamiento de aguas residuales como comprobó en la campaña 2013.

Ha indicado que un año después, en 2014, estas bodegas seguían sin tener plantas de tratamiento para los residuos industriales que generaban, aunque, ha precisado, alguna de las que no tenían comenzaron a instalarlas pero no llegaron a entrar en funcionamiento hasta el 2015.

"La carga contaminante que tenía que soportar la Estación Depuradora de Manzanares y Membrilla era muy alta por la vendimia, y los valores del agua a depurar estaban muy por encima de carga de depuración que podía asumir esta planta", ha afirmado.

En este sentido, ha indicado que pidió a los ayuntamientos que no permitieran incorporar a la red de saneamientos estos vertidos y ha llegado a asegurar que en su opinión "hubo dejación de funciones de los ayuntamientos a la hora de evitar los vertidos".

Durante la sesión del juicio también han declarado los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que realizaron la toma de muestras en los vertidos que se produjeron en 2013 y 2014.

Los agentes han indicado que acudieron a tomar muestras al río Azuer "mutuo proprio" en 2013 y alertados por unos vecinos en el año 2014.

Los agentes han indicado que la toma de muestras se llevó a cabo aguas arriba de la estación depuradora y aguas abajo, donde el agua mostraba mal olor y un color oscuro.

También en la sesión de este miércoles ha declarado la que era jefa de Planta de la Estación Depuradora de Manzanares y trabajadora de Acciona, quien ha reconocido que el agua que se vertió al río Azuer no estaba dentro de los parámetros establecidos.

También ha indicado que todos los años, coincidiendo con la época de vendimia, Acciona incrementaba los controles en la depuradora, donde el agua llegaba con mucha carga contaminante que era incapaz de asumir el tratamiento biológico con el contaba la planta.

La entonces trabajadora de Acciona ha señalado que los ayuntamientos estaban al tanto de todas las situaciones que se producían en la depuradora.

Este jueves continuará el juicio con la declaración del director del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, y con la del que entonces era comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Timoteo Perea.

Comentarios