Gran Ventura abre la Puerta Grande en Ciudad Real junto a Miguel Ángel Martín

El rejoneador Diego Ventura, con tres orejas, se proclamó máximo triunfador del festejo celebrado en Ciudad Real, en el que el local Miguel Ángel Martín, con dos trofeos, acompañó al hispanoluso en su salida a hombros

Julio César Sánchez

El rejoneador Diego Ventura, con tres orejas, se proclamó máximo triunfador del festejo ecuestre celebrado éste sábado en Ciudad Real, en el que el local Miguel Ángel Martín, con dos trofeos, acompañó al hispanoluso en su salida a hombros.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Pallarés, el cuarto como sobrero, reglamentariamente despuntados, bajos de raza y de más a menos.

Andy Cartagena, palmas y oreja con fuerte petición de la segunda.

Diego Ventura, dos orejas y oreja.

Miguel Ángel Martín, oreja y oreja con dos vueltas al ruedo.

La plaza tuvo media entrada.

Ventura, suma y sigue

Tres horas duró el festejo de rejones de Ciudad Real en el que lo más destacado llegó a cargo de un inspirado Diego Ventura en el quinto de la tarde montando a "Nazarí". El caballero hispano-portugués toreó con despaciosidad, clavando de manera ortodoxa y matando a la primera.

Sin embargo la faena que fue premiada con el doble trofeo tuvo menos entidad. Destacó montando a "Cheque", con el que la intensidad de la faena remontó tras un tropiezo con el toro. Mató a toro totalmente parado.

Andy Cartagena buscó el calor de los tendidos de sol en todo momento, dirigiéndose a ellos tras clavar, generalmente con más espectacularidad que al estribo.

Tras una aseada y algo populista faena al sobrero cuarto se le pidieron las dos orejas, si bien tan solo se le concedió una, desencadenándose una protesta generaliza de los tendidos contra el palco. Tuvo que dar dos vueltas al ruedo a lomos de "Juncal".

El local Miguel Ángel Martín suplió con garra y entrega la falta de cuadra, sobre todo si la comparamos con la de sus compañeros de cartel.

Especialmente emotiva fue la ovación que le brindó el público ciudarrealeño al salir a recibir a su primero. De sus dos faenas cabe destacar la frecuente renuncia de sus monturas a obedecer, y su labor a lomos de "Lagartijo" en el sexto, un toro con el que destacó clavando banderillas cortas y una rosa.

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