El consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha asegurado que el Ejecutivo regional no va a "cejar en el empeño" de garantizar la calidad de los vinos que se elaboran en la comunidad autónoma, porque "en la calidad está la clave del sector vitivinícola".
Martínez Arroyo ha lanzado este mensaje durante su intervención en el acto institucional de las LXVI Fiestas de la Vendimia y el Vino de Valdepeñas, que se ha celebrado este sábado por la noche, tal y como ha informado el Gobierno regional en un comunicado.
Según ha resaltado, en la medida que en que Castilla-La Mancha sea capaz de "garantizar muy bien a los consumidores" que la región realiza un "producto excelente" y aporta la "información necesaria", el sector será "mejor" y las explotaciones de los viticultores serán más rentables.
En ese camino por la calidad, ha recordado, se embarcó la Denominación de Origen Valdepeñas, que a día de hoy es la "que más garantiza la trazabilidad del vino y más información da a los consumidores", porque cada año aumenta "el compromiso" con los consumidores en esa misma línea.
Así, ha recordado que sus blancos y tintos ya llevan en la tirilla de la contraetiqueta la variedad y la añada en los crianza con que se han realizado, y ha anunciado que en un año esa información vendrá recogida en los reserva y en dos años, en los gran reserva.
La DO Valdepeñas la conforman actualmente 3.000 viticultores y 24 bodegas con las que el Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja "codo con codo" a través de su Consejo Regulador.
El consejero también ha recordado que en la actualidad se está en plena temporada de vendimia, que se prevé un 30 por ciento por debajo de la producción del año pasado en Castilla-La Mancha, con entre 20 y 23 millones de hectolitros.
Una campaña con una uva de mayor calidad y mayor grado alcohólico y que, "si no se tuerce", implicará que se va a "poder vender bien el vino" y la actividad debe ser rentable para todos los eslabones de la cadena que sigan esa senda del compromiso con la calidad, en la que el Gobierno de Castilla-La Mancha estará "vigilante".
Contratos de compraventa entre bodegas particulares y viticultores, que reflejen el precio de la uva, o el pago a 30 días desde que se recibe el producto, son aspectos, ha finalizado Martínez Arroyo, que ya marca la propia normativa y que deben cumplirse para garantizar los derechos de los viticultores.
