Obispo de Ciudad Real: El ex sacerdote tuvo un comportamiento "moralmente punible"

Por otra parte, la falta de sacerdotes es una de las preocupaciones del obispo de Ciudad Real y de la Iglesia en estos momentos
El obispo prior de Ciudad Real, Gerardo Melgar, durante la rueda de prensa que ha ofrecido para realizar balance del año - Fotografía: LANZA/J. JURADO
photo_camera El obispo prior de Ciudad Real, Gerardo Melgar, en una imagen de archivo

El obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, ha asegurado que la Iglesia no valora las decisiones judiciales sobre el exsacerdote acusado de abusar de nueve menores en el Seminario Diocesano, aunque ha recordado que la institución eclesiástica consideró que tuvo un comportamiento "moralmente punible".

El prelado, que ha mantenido este jueves un encuentro navideño con los medios de comunicación, ha respondido a las declaraciones que el exsacerdote realizó al término que contra él que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, y en las que aseguró que la Iglesia se había "precipitado" a la hora de tomar la decisión de secularizarlo.

Melgar ha defendido la actuación llevada a cabo por la Iglesia en este caso y ha considerado normal que el exsacerdote haya querido defender su inocencia, y ha mantenido que el proceso que abrió la institución eclesiástica al tener conocimiento de los hechos, que se hizo con "toda la legalidad", ha subrayado.

Además, ha puntualizado que ambos proceso "no tenían por que coincidir ni en tiempo ni en valoración" y, por lo tanto, ha negado que haya existido precipitación por parte de la Iglesia.

En este sentido, ha explicado que el proceso penal administrativo llevado a cabo por la Iglesia se debe desligar del proceso judicial, en el que habrá una condena o una absolución, mientras que en el proceso de la Iglesia, lo que ha habido es la imposición de una "penas expiatoria", que buscaban su bien espiritual.

El obispo ha reconocido que tras considerar la Iglesia que había habido un comportamiento moralmente punible se le impuso una pena condicionada que recluía al exsacerdote en un convento por un plazo de cinco años, en el que recibiría tratamiento psiquiátrico y se le invitaría a "reflexionar en qué se tenía que convertir", tras lo cual, el obispo volvería a analizar su caso y se propondría a Roma si se le secularizaba o no.

Pero el exacerdote rechazó "hasta en cinco veces" el aceptar esta pena, por lo que se tuvo que adoptar la decisión de expulsarlo de la Iglesia, ha subrayado Melgar, quien ha reconocido que este caso "ha sido especialmente doloroso" para la Iglesia y para él mismo, que se encontró con este asunto cuando llegó a hacerse cargo de la Diócesis de Ciudad Real.

Ha admitido que la situación "francamente me ha quitado hasta el sueño", aunque ha insistido en defender el papel que la Iglesia ha jugado en todo este proceso, así como la claridad que ha habido durante el mismo, ofreciéndose en todo momento la información adecuada sobre lo sucedido.

Este miércoles quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Ciudad Real el juicio contra este exsacerdote que está acusado de haber abusado sexualmente de nueve menores de entre 11 y 14 años que estudiaban en el Seminario Diocesano de Ciudad Real.

En la última sesión del juicio, que se celebró a puerta cerrada, se han conocido las conclusiones finales de todas las partes, entre ellas las de la Fiscalía, que ha mantenido la petición de pena de 40 años de cárcel para el exsacerdote al considerar que ha quedado probada su implicación en los hechos.

FALTA DE SACERDOTES EN LA IGLESIA

En otro orden de asuntos, el obispo de la Diócesis de Ciudad Real ha asegurado durante su encuentro con los medios de comunicación que la falta de vocaciones y, en consecuencia, de sacerdotes, es una de las mayores preocupaciones de la iglesia en estos momentos.

Aunque ha asegurado que en la actualidad el Seminario Mayor de Ciudad Real cuenta con un total de 17 alumnos, ha reconocido que pueden ser insuficientes en el futuro para hacer frente a las necesidades de la iglesia para poder atender a las distintas parroquias.

Además, ha indicado que si el número de alumnos en el Seminario Mayor está bien, el número de alumnos en el Seminario Menor es preocupante, puesto que "no hay ingresos" nuevos desde la calle.

En este sentido, ha apuntado que "falta un interés grande por la promoción de las vocaciones sacerdotales" y ha reflexionado que "es consecuencia de la sociedad en la que vivimos en la que, entre otras cuestiones, cada vez se tienen menos hijos y a los padres les cuesta más desprenderse de sus hijos".

Por otro lado, el obispo ha puesto en valor el proyecto de creación de Unidades de Acción Pastoral que ha impulsado desde su llegada a la Diócesis, que permiten una mejor organización de los servicios que se prestan en cada una de las parroquias.

En la actualidad, ha dicho, se han puesto en marcha seis Unidades de Acción Parroquial, desde las que, además, se está impulsando mucho más la labor evangelizadora.

Además, Melgar ha comentado que entre los objetivos que se ha marcado la Diócesis para los próximos años está el involucrar a los laicos en la acción evangelizadora y, sobre todo, en acercar más a las familias y a los jóvenes a la iglesia.

En este sentido, ha reconocido que los jóvenes sigue siendo un "gran sector alegado de la iglesia" a los que, ha reconocido, "no les ha llegado la invitación de participar en ella o simplemente no les interesa".

Cambiar esta percepción, ha comentado, es uno de los grandes retos que se han marcado y ha asegurado que la iglesia no puede permanecer como lo ha hecho hasta ahora. "Es el momento de acercarse a las familias y los jóvenes, a los que no hay que cansarse de ofrecerles" que participen de lo que ofrece, ha incidido.

Finalmente, ha señalado que una forma de acercar a los jóvenes a la iglesia puede ser a través de su participación en las cofradías.

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