Un edificio céntrico de Ciudad Real se hunde por mala conservación

Un escape en la red de alcantarillado municipal y no la mala conservación del edificio es, al parecer, el motivo del hundimiento de un edificio de la céntrica plaza Cervantes de Ciudad Real que tuvo que ser desalojado la semana pasada

Un escape en la red de alcantarillado municipal y no la mala conservación del edificio es, al parecer, el motivo del hundimiento de un edificio de la céntrica plaza Cervantes de Ciudad Real que tuvo que ser desalojado la semana pasada.

La fuga de aguas residuales ha ablandado el subsuelo y ha motivado que la parte central de la fachada del bloque se haya hundido 10 centímetros y que el solado de la plaza frente al portal también haya cedido.

El movimiento del inmueble ha abierto grietas en toda la estructura.

El edificio, que data de 1958, tenía en el bajo un bar y los pisos superiores estaban ocupados por una gestoría, la Hermandad de la Santa Cena y por una familia, que vivía en el cuarto piso y todos ellos han tenido que abandonar la finca.

Las primeras grietas aparecieron en octubre del año pasado y han aumentado en anchura y en número con el paso de los meses, sobre todo en la fachada, por lo que el Ayuntamiento exigió el mes pasado a los propietarios que informaran de los daños que presentaba el inmueble y que achacaba al "incumplimiento del deber de mantenimiento".

Sin embargo, el propio Ayuntamiento anunciaba días después, el 24 de junio, que iba a invertir 61.438 euros en la renovación del colector de saneamiento de la plaza Cervantes con cargo al Plan de Obras de la Diputación.

Entretanto, los propietarios de la finca encargaron una inspección técnica del bloque que ha revelado que se ha vencido hacia adelante y que existe el peligro de que la fachada pudiera desprenderse de la estructura.

La causa de estos desperfectos es el escape de la red de alcantarillado, según ha comprobado una empresa especializada por encargo de los dueños del edificio.

Las catas realizadas demuestran que hay 1,7 metros de subsuelo en los que hay lodos orgánicos, concretamente entre los 3 y 4,7 metros de profundidad, justo por debajo de las zapatas sobre las que se asientan los pilares que sostienen el bloque.

El barro ha cedido por el peso y ha hecho que la plaza y el edificio se hayan hundido.

Los técnicos creen que de no ser por los inmuebles que lo sujetan a cada lado, el hundimiento sería de 70 centímetros y no de los diez registrados hasta ahora.

A la vista de estos dos informes, el Ayuntamiento obligó la semana pasada a desalojar el edificio, cuya fachada está cubierta con andamios y acordonada.

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