Confirman la pena por narcotráfico para extrabajador del aeropuerto

El Supremo ha confirmado la pena de diez años por narcotráfico a un trabajador del aeropuerto de Ciudad Real por su implicación en una operación de tráfico de cocaína incautada en dos aviones procedentes de Bogotá (Colombia)

Un avión procedente de Bogotá aterrizó en el aeropuerto vitoriano de Foronda (en la imagen) con 2.000 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de flores
photo_camera Un avión procedente de Bogotá aterrizó en el aeropuerto vitoriano de Foronda (en la imagen) con 2.000 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de flores

El Supremo ha confirmado la pena de diez años por narcotráfico a un trabajador del aeropuerto de Ciudad Real por su implicación en una operación de tráfico de cocaína incautada en dos aviones procedentes de Bogotá (Colombia) que aterrizaron en la sede aeroportuaria alavesa.

El Supremo ha confirmado la pena a Ricardo G.P., que en el momento de los hechos ejercía sus labores profesionales en el aeropuerto de Ciudad Real aunque había trabajado también en el citado aeropuerto de Foronda (Álava).

Este exdirectivo del aeropuerto de Álava fue condenado junto a otras cinco personas y a todos ellos se les impusieron penas de diez años y multas por valor de cientos de millones de euros, salvo al líder de la trama, a quien la Audiencia Nacional condenó a once años de prisión.

En la sentencia notificada este martes, el tribunal endurece la pena de cárcel para el último de los condenados por su participación en la trama de narcotráfico y, así, eleva la pena para el líder de la trama, Raúl J.V., de 11 a 14 años de pena.

En diciembre de 2009 la Guardia Civil se incautó de la droga que entró en España en dos vuelos de aviones cargueros, oculta entre flores frescas y distribuida entre más de 2000 paquetes de cerca de un kilo de peso cada uno. Aquella cocaína tenía una pureza del 61,5% y hubiera alcanzado un valor de unos 58 millones de euros.

El exdirectivo del aeropuerto, que esperó la entrada de los dos aviones en el mismo, se encargaba de que no hubiera problemas en la operación aeroportuaria de narcotráfico, según considera probado la sentencia.

Raúl J.V. creó una empresa, "International Air Cargo Airlines", para llevar a cabo su propósito de introducir la cocaína en nuestro país, para lo que integró en la trama a otras personas también condenadas.

Sin embargo, cuando la cocaína había entrado sin problemas en los hangares del aeropuerto, un agente de la Guardia Civil localizó en uno de los armazones de madera que sostenían la carga "una sustancia blanca a la que se aplicó el sistema de narcotest, dando un resultado positivo de cocaína".

Aquel control policial se dispuso porque "un vuelo de carga de Colombia a Vitoria es sospechoso por sí mismo, sin necesidad de denuncia alguna", recuerda la sentencia.

Sobre Ricardo G.P. la sentencia señala que se integró en el núcleo de confianza del narcotraficante y le aportó "con pleno conocimiento de causa, sus conocimientos profesionales y sus relaciones personales".

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