Condenan a 5 años de prisión al extesorero de Villarrubia por malversación

La sección segunda de la Audiencia provincial de Ciudad Real ha condenado a cinco años de cárcel a Florencio Palomino, extesorero del Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), por malversación de caudales públicos, si bien lo ha absuelto del delito de falsedad en documento público.

La Sala, presidida por la magistrada Carmen Pilar Catalana, ha considerado probado que el acusado aprovechó su condición de tesorero municipal para apoderarse entre 2001 y 2003 de fondos municipales por valor 145.390 euros a través de trasferencias de la cuenta del Ayuntamiento y, además, por medio del pago de recibos procedentes de impuestos municipales.

El fiscal había solicitado 10 años de prisión por los delitos de malversación de caudales públicos y falsedad documental, una petición a la que se adhirió la acusación particular del Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos.

El tribunal ha dado por bueno los testimonios tanto del exalcalde la localidad, Fernando García-Santos, como de la actual tesorera del Consistorio, quienes aseguraron que el acusado, de 67 años de edad, les confesó haberse quedado con el dinero del Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos.

Asimismo, los jueces han tenido en cuenta que el Tribunal de Cuentas declaró en marzo de 2008 culpable al acusado por la apropiación de los fondos municipales sin que el extesorero recurriera la sentencia que le obligaba a pagar 145.390,52 euros.

En cambio, la Audiencia provincial ha absuelto a Florencio Palomino del delito de falsedad en documento público en relación a la cuenta corriente que abrió en el Banco Santander con "la firma autorizada del alcalde" pese a que éste reconociera en el juicio que "no había leído el contenido", un hecho que la sala califica de "imprudente" por parte del ex regidor.

Según la sentencia, el acusado "no alteró" el documento de autorización de la cuenta corriente aunque la creación de la misma "hubiera sido para un fin distinto" que no era otro que sustraer los fondos públicos para su beneficio.

Sobre el estado de salud mental del extesorero, el tribunal considera que el trastorno depresivo no ha quedado probado y que, en el caso de que lo padeciera, "no influía en sus capacidades psíquicas para conocer que el llevarse un dinero que no es suyo es un hecho delictivo", concluye.

Igualmente ha rechazado las atenuantes de confesión, reparación del daño ocasionado y la aplicación de diligencias indebidas por ser "contradictorias".

El tribunal, además de condenar al procesado a cinco años de prisión, ha decretado la inhabilitación del acusado durante ocho años y al pago de la mitad de las costas procesales.

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