Condenado a 4 años el hombre que quemó en un contenedor a otro en Malagón

La Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real ha condenado a R.C.C., de 26 años, por una falta de maltrato en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave por la muerte de V.S.D. en agosto de 2012 en Malagón

La Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real ha condenado a R.C.C., de 26 años, por una falta de maltrato en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave por la muerte de V.S.D. en agosto de 2012 en Malagón (Ciudad Real), al que prendió fuego en un contenedor. La sentencia también fija una indemnización de 200.000 euros para la madre de la víctima y 10.000 euros para cada uno de los cuatro hermanos del fallecido.

Al final del juicio, el jurado popular que vio el caso consideró al acusado responsable de la comisión de la falta en concurso con el delito por un total de 8 votos a favor y uno en contra.

La resolución judicial señala como hechos probados que ambos hombres, en la noche del 23 de agosto de 2012, se juntaron en una terraza de verano del recinto ferial de Malagón.

Cuando el establecimiento cerró, sobre las 03.45 horas, acusado y víctima, que padecía una minusvalía física, se trasladaron a otra terraza, hasta que la misma también echó el cierre.

Después, sobre las 05.15 horas, fueron a sentarse en un banco cerca del paseo de la Estación de la localidad, donde comenzaron una discusión.

En un momento dado, R.C.C. "dio un golpe o un empujón" a V.S.D., que cayo contra el banco golpeándose en la cabeza. Aturdido, intentó levantarse, pero se volvió a caer, dándose esta vez, en la cara contra el bordillo de la acera.

La hemorragia provocada por el primer golpe en el parietal izquierdo, según dice la sentencia, "produjo un aumento de volumen y presión a nivel intracraneal y un herniación de amigdalas que provocó la muerte".

Posteriormente, el procesado cogió a la víctima y lo arrastró hacía una equina de la calle, dejándolo en el suelo, golpeándose de nuevo contra el asfalto. A continuación, el acusado se dirigió a un contenedor que estaba en la otra esquina de la calle y lo acercó, vertiendo sobre el otro hombre toda la basura que contenía, procediendo a prenderla fuego.

El ruido producido hizo que se despertara un vecino que, asomado a la ventana de su casa, vio todo lo que había sucedido.

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