Anchuras, el pueblo de Ciudad Real que le ganó la batalla al Ejercito y los aviones

El municipio recuerda como logró hace tres décadas ganar una dura batalla al Gobierno español, evitando que acabara instalando un campo de tiro en el que los aviones del Ejército pudieran realizar maniobras militares

Uno de los hitos contra el campo de tiro: 21 de julio de 1989, Festival por Anchuras. En la imagen el alcalde Santiago Martín con Hilario Camacho, José Antonio Labordeta, Luis Eduardo Aute, Luis Pastor y Javier Krahe / Fotografía: LANZA
photo_camera Uno de los hitos contra el campo de tiro: 21 de julio de 1989, Festival por Anchuras. En la imagen el alcalde Santiago Martín con Hilario Camacho, José Antonio Labordeta, Luis Eduardo Aute, Luis Pastor y Javier Krahe / Fotografía: LANZA

Anchuras, un pequeño municipio de Ciudad Real de unos 400 habitantes, recuerda este sábado como logró hace tres décadas ganar una dura batalla al Gobierno español, evitando que acabara instalando un campo de tiro en el que los aviones del Ejército pudieran realizar maniobras militares.

El pueblo, con el apoyo de muchas otras personas comprometidas con la paz y la conservación de la naturaleza, se sublevó contra la decisión del Gobierno, que en 1982 decidió instalar en España el mayor campo de tiro del ejército en Europa, para ser utilizado como campo de práctica de tiro por las fuerzas aéreas de la OTAN, aunque esta idea que se abandono finalmente en 1988.

Treinta años más tarde, los grandes protagonistas de esta hazaña histórica, del triunfo de David frente a Goliat, se han reunido en Anchuras para celebrar con numerosas actividades y actos de homenaje que fueron capaces de echar atrás la decisión del Gobierno de turno y de que Anchuras se ganase el derecho a ser considerado ejemplo de lucha colectiva.

Según recuerda Santiago Martín, al alcalde de Anchuras en 1987 y regidor aún en la actualidad, la lucha contra el campo de tiro quedó marcada en la memoria colectiva de la sociedad española y reflejada en los medios de comunicación de la época, que recogieron la desigual pelea que les enfrentó con el todo poderoso Ministerio de Defensa de la época, que en aquel entonces tenía al frente a Narcís Serra.

El Ministerio, que había desechado la idea de construir el campo de tiro en la finca Cabañeros, que fue la primera opción del Gobierno, había decidido que la instalación militar se instalara en la finca El Rosalejo, propiedad de la familia Moro, estratégicamente localizada en un lugar recóndito de la provincia de Ciudad Real, donde los aviones pudieran lanzaran sus proyectiles, lejos de las grandes zonas urbanas y pobladas.

La presión de los ecologistas dado el valor ecológico de Cabañeros desvió la vista de los militares hacía Anchuras, y el 20 de julio de 1988 la finca 'El Rosalejo' fue declarada de 'Interés para la Defensa Nacional'.

Sin embargo, ni la coacciones que sufrieron entonces, ni las cargas de los antidisturbios, frenaron el empeño de un pueblo "que se negaba a contar con una instalación militar en sus tierras", ha relatado a Efe el alcalde de Anchuras.

Asimismo, ha dicho que "de la batalla de entonces nos queda recordar que costó mucho ganarla y que hubo gente que no lo pudo celebrar cuando se ganó, y a esa memoria nos debemos".

"También nos queda que junto a nuestro pueblo, hubo otra gente que se sentían anchureños, que mantuvieron vivo un espíritu de lucha, que hoy, que nos hemos vuelto a reunir, comprobamos que se mantiene intacto", ha añadido el regidor.

De aquellos años Santiago Martín recuerda como Anchuras "fue capaz de aglutinar a lo mejor de este país, a intelectuales, gente de la política, de los sindicatos, de la iglesia y del mundo de la cultura, que con su esfuerzo lograron que las formas de hacer las cosas en este país cambiaran".

En este sentido, ha apuntado que "en el bagaje positivo de esa lucha, queda la satisfacción de que a partir de Anchuras la forma de tomar las decisiones de los gobernantes cambió, y ya no se tomaron tan a la ligera, independientemente de que si esa decisión afectaba a una gran ciudad o a un pueblo pequeño como el nuestro".

En cualquier caso, ha subrayado que el logró fundamental "fue que el campo de tiro no se hizo" y también ha valorado que "se demostrado, al contrario de lo que se decía para asustarnos, que la defensa nacional no ha peligrado, treinta años después, ni nos han invadido los ejércitos a pesar de no tener campo de tiro y que al revés de lo que nos dijeron, nuestras fuerzas armadas están ahora en misión de paz fuera de España".

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