Las Tablas de Daimiel, el "mayor fracaso ambiental" de la democracia en Castilla-La Mancha

Rafael Ubaldo, miembro del patronato, asegura que los gobiernos regionales son los responsables de este "fracaso", al haberse convertido en "títeres" en materia de agricultura y medioambiente "a manos" de la patronal agraria de la comunidad autónoma
Las Tablas de Daimiel, el "mayor fracaso ambiental" de la democracia en Castilla-La Mancha - EFE/Jesús Monroy
photo_camera Las Tablas de Daimiel, el "mayor fracaso ambiental" de la democracia en Castilla-La Mancha - EFE/Jesús Monroy

El miembro del patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y profesor de Geografía Física de la UCLM, Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, ha asegurado este lunes que la gestión del humedal es "el mayor fracaso ambiental de la democracia en Castilla-La Mancha".

Según ha explicado en declaraciones a Efe, los gobiernos regionales son los responsables de este "fracaso", al haberse convertido en "títeres" en materia de agricultura y medioambiente "a manos" de la patronal agraria de la comunidad autónoma.

Pero "no son los únicos responsables" de su situación actual, también incluye a los Parques Nacionales y otros científicos que "han adoptado y avalado" las distintas actuaciones que desde 1987 se han acometido en Las Tablas de Daimiel.

Estas actuaciones, ha dicho, se iniciaron con la construcción de la presa de Puente Navarro hace 35 años y que, de momento, ha concluido con una actuación "vergonzosa y agresiva de maquillaje ambiental" en torno a la zona de visita de la Isla del Pan "con el aval del CSIC en un discutible proceso de evaluación ambiental".

Para Gosálvez, la "lamentable" situación en la que se encuentran en la actualidad Las Tablas tiene su origen en lo que él llama el 'Plan de Degeneración Hídrica', aprobado a finales de la década de 1980, que se inició con la construcción de la presa de Puente Navarro, a la que posteriormente se sumó la presa del Morenillo, la presa de Molemocho y la presa de Entrambasaguas.

Estas cuatro presas hicieron que Las Tablas de Daimiel pasaran de ser un ecosistema excepcional de inundación fluvial y de interrelaciones con las aguas subterráneas a una suerte de embalse, con un funcionamiento hidrológico y limnológico propio de un embalse, lo que favoreció un proceso de colmatación de Las Tablas que conllevó la acumulación de sedimentos y de materia orgánica, especialmente por vía de la contaminación difusa.

Este proceso de colmatación propició la extensión de los carrizales en detrimento de los masegares y las praderas de ovas, la desaparición de la fauna piscícola autóctona en favor de especies exóticas de peces, especialmente la carpa y, con ello, el aumento exponencial de las aves piscívoras.

Con el encharcamiento temporal actual, cuando no efímero, y con los aportes de agua por los trasvases a través del río Gigüela, la salinización del agua y el suelo favoreció a los tarayes.

A ello se sumó el intento de utilizar las aguas residuales depuradas para encharcar las Tablas de Daimiel, que en su día ideó el CSIC para degenerar las aguas del Parque todo ello "bajo la premisa falsa de que todos los humedales del mundo se hayan intervenidos por el ser humano".

El resultado, en su opinión, tras casi cuarenta años "de despropósitos ambientales", con actuaciones que han contado con el aval del CSIC, "es la actual situación de emergencia ambiental de Las Tablas de Daimiel en el marco de una emergencia climática sin precedentes".

Y ha apuntado que cuando la Confederación Hidrográfica del Guadiana convoca el próximo miércoles 28 de septiembre a una jornada bajo el título de 'El Alto Guadiana, una responsabilidad de todos', se ha de saber que "la responsabilidad no es de todos, la responsabilidad es de la propia Confederación, del organismo autónomo Parques Nacionales y del gobierno de Castilla-La Mancha", ha opinado Gosálvez.

"Ellos han permitido en los últimos 50 años el saqueo de las aguas subterráneas y superficiales por parte de la agricultura y el desmantelamiento hidrológico y limnológico del Parque Nacional, convirtiendo Las Tablas de Daimiel en un embalse colmatado de sedimentos, materia orgánica, carrizos, tarayes y peces alóctonos", ha criticado. 

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