Ciudad Real recibe a Abilio Martínez Varea como nuevo obispo y prior de Órdenes
La diócesis de Ciudad Real abrió este sábado una nueva etapa con la toma de posesión de monseñor Abilio Martínez Varea como obispo y prior de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. La solemne ceremonia, celebrada en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Prado, congregó a más de 1.200 fieles y a una amplia representación de la Iglesia y de las instituciones públicas.
Una catedral abarrotada y con pantallas en el exterior
El acto comenzó a las 11:00 horas, cuando el nuevo obispo llegó acompañado por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, y el administrador apostólico, Gerardo Melgar, a la Puerta del Perdón del templo. Allí fue recibido por el Cabildo Catedralicio y veneró el lignum crucis, además de asperjarse con el acetre bendecido.
La Catedral del Prado estaba llena y, ante la gran afluencia, se instalaron pantallas en los jardines para que los fieles que no pudieron acceder al interior siguieran en directo la ceremonia.
Presencia episcopal y sacerdotal sin precedentes recientes
En el altar se dieron cita 23 obispos españoles, entre ellos el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal; los arzobispos de Toledo y Granada; y los arzobispos eméritos de Toledo y Zaragoza.
La misa fue concelebrada por 153 sacerdotes, de los cuales 119 pertenecen a la diócesis de Ciudad Real. Los demás procedían principalmente de Osma-Soria y de La Calzada-Logroño, diócesis muy ligadas al recorrido pastoral de Martínez Varea.
Amplia representación institucional
El acto estuvo marcado también por la presencia de autoridades civiles y militares. Entre ellas, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, así como parlamentarios, senadores, diputados y responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El Ayuntamiento de Ciudad Real quiso mostrar su cercanía a la comunidad diocesana en este momento de relevo. Cañizares trasladó en nombre de la ciudad “la bienvenida más cálida y afectuosa” al nuevo pastor: “Ciudad Real le recibe con los brazos abiertos, como uno más de los nuestros, con el deseo sincero de que se sienta desde hoy vecino y paisano”.
El rito de la toma de posesión
Tras el saludo inicial de Gerardo Melgar, que presentó la situación de la diócesis y agradeció la fe de las familias ciudadrealeñas, intervino en nombre de la Nunciatura Apostólica en España el consejero Roman Walczak, que recordó el lema episcopal de Martínez Varea: “Fidelis est qui vocat vos” (El que os llama es fiel).
El momento central llegó con la lectura de las Letras Apostólicas firmadas por el papa Francisco. A continuación, el nuevo obispo recibió el báculo y ocupó la cátedra episcopal, quedando constituido formalmente como obispo de Ciudad Real y recibiendo una ovación prolongada de los asistentes.
Mensaje de servicio, comunión y misión
En su homilía, el nuevo obispo expresó su gratitud al Papa por confiarle esta misión y a Gerardo Melgar por su acogida fraterna. Recordó con emoción su trayectoria: desde su natal Autol (La Rioja), pasando por Roma, Salamanca y Logroño, hasta sus ocho años como obispo de Osma-Soria.
“Llego a esta diócesis con el corazón dispuesto al servicio y a la comunión”, afirmó, insistiendo en que su propósito será fortalecer la unidad de todos los bautizados y trabajar para que la Iglesia ciudadrealeña sea “una comunidad viva, fraterna y misionera”.
Retos de la diócesis
Martínez Varea no eludió los desafíos que afronta el cristianismo actual:
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Descristianización progresiva de la sociedad.
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Envejecimiento de las comunidades y falta de vocaciones.
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Pérdida del sentido trascendente en la vida cotidiana.
“No podemos conformarnos con construir una Iglesia solo hacia dentro”, advirtió. Frente a estas dificultades, animó a que “cada parroquia, cada familia, cada joven y cada sacerdote sea testigo del Evangelio”, porque “la misión es el corazón de nuestra identidad cristiana”.
Un obispo cercano, según el Papa Francisco
El prelado riojano destacó las cuatro cercanías que debe cultivar un obispo, según enseña el Papa Francisco:
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Cercanía a Dios, que se manifiesta en la oración y la liturgia.
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Cercanía a los otros obispos, en comunión fraterna.
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Cercanía a los sacerdotes, a quienes debe acompañar como padre y hermano.
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Cercanía al pueblo de Dios, al que está llamado a amar y guiar con entrega.
Recuerdo de los santos de la tierra y de la Virgen del Prado
Martínez Varea evocó a grandes santos vinculados a Castilla-La Mancha, como santo Tomás de Villanueva, san Juan de Ávila y san Juan Bautista de la Concepción, además del beato Narciso Estenaga, obispo de Ciudad Real que fue martirizado en 1936.
Pidió también la intercesión de la Virgen del Prado, patrona de Ciudad Real, para que guíe su ministerio episcopal y “haga de esta Iglesia diocesana una comunidad viva, fraterna y misionera”.
Palabras de la ciudad y del alcalde
El alcalde Francisco Cañizares subrayó la profunda vinculación de Ciudad Real con su patrona: “Quienes vivimos en esta ciudad sentimos un cariño inmenso por Nuestra Señora del Prado, sin la cual no podría entenderse Ciudad Real ni su historia”.
El regidor también tuvo palabras de reconocimiento para Gerardo Melgar, al que agradeció “su compromiso con esta tierra y su entrega a lo largo de estos años”.
Una diócesis con historia y futuro
La diócesis de Ciudad Real, erigida en 1980 a partir del histórico priorato de las Órdenes Militares, cuenta con más de 500 parroquias. El obispo de Ciudad Real ostenta, por razones históricas, el título de prior de las Órdenes Militares españolas, cuyos caballeros estuvieron presentes también en la celebración.
Con este nuevo inicio, la diócesis abre una etapa bajo el liderazgo de un pastor que ha dejado claro que sus prioridades serán la unidad, la misión y la apertura a la sociedad.