Trasladan el malestar por el cierre de oficinas de Unicaja en municipios de Albacete

La entidad financiera envía a sus clientes en seis municipios de la provincia a otras sucursales que están a más de 30 kilómetros de distancia
Unicaja Banco plantea la salida de 1.513 empleados del grupo, el 15% de la plantilla
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La exclusión financiera es uno de los problemas que más afectan a la España despoblada. Los vecinos de las zonas rurales comprueban cómo los grandes bancos llevan años cerrando sucursales poco rentables y cada vez es más complicado para ellos pagar recibos, hacer gestiones o conseguir dinero en efectivo. Una situación que están padeciendo especialmente en la Sierra del Segura, en la provincia de Albacete.

Los habitantes de la comarca están indignados con Unicaja Banco, que tras absorber Liberbank ha tomado la decisión de clausurar seis oficinas en los pueblos de Elche de la Sierra, Yeste, Riópar, Letur, Ayna y Paterna del Madera, "sin que se esté prestando ningún servicio desde el mes de julio". Son palabras de la presidenta del Grupo de Acción Local (GAL) de la Sierra del Segura, Cortes Buendía, que ha afeado a la entidad financiera que haya ejecutado el cierre "sin dar ningún tipo de información a los clientes".

Ante estos hechos, el GAL ha presentado una reclamación ante el Servicio Provincial de Atención Ciudadana de la Diputación de Albacete, así como ante la Dirección General de Consumo del Gobierno de Castilla-La Mancha, al entender que se están vulnerando los derechos de un gran número de vecinos de esta comarca de la sierra albaceteña.

En su escrito, los vecinos de la envejecida comarca albaceteña lamentan que el no contar con asistencia presencial en su entidad bancaria perjudica especialmente a las personas mayores, con más dificultades para el uso de la banca digital y necesitados de "una atención cercana y personal, basada en la confianza, en un servicio tan importante como sacar dinero para los gastos del día a día, por personas que no se encuentran preparadas para el uso de los servicios de pago electrónico".

A los clientes, según aseguran desde el GAL de la Sierra del Segura, Unicaja les deriva a las sucursales de Isso y Alcaraz, que se encuentran a una distancia de entre 30 y 50 kilómetros, por lo que los afectados reclaman "una respuesta rápida y una solución urgente a la atención en oficina en cada uno de los municipios que han cerrado sus oficinas, indicando cuándo se volverán a abrir las mismas".

Cortes Buendía ha recordado que "la pérdida paulatina de servicios en los pueblos de la comarca hace que cada vez nos encontremos con mayores problemas para mantener de la población en los pueblos rurales".

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