Cae una banda que robaba establecimientos en Almansa (Albacete)

La Guardia Civil de Almansa (Albacete) han detenido a cinco personas como presuntos autores de ocho robos con fuerza en las cosas cometidos en establecimientos públicos del municipio.

Así lo han dado a conocer hoy desde la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, en un comunicado, en el que han detallado que dos de los robos fueron cometidos en farmacias, tres en instalaciones municipales, uno en un colegio infantil, otro en un bar y el último en una tienda de ropa.

Con estas detenciones, en la operación Aldabas, se ha desarticulado un grupo criminal que operaba en la localidad y que actuaba de forma reiterada en este tipo de establecimientos públicos.

Las investigaciones se iniciaron a finales del año 2012, cuando la Guardia Civil de Almansa detectó un incremento significativo de las denuncias presentadas por robos cometidos en establecimientos públicos e instalaciones municipales de la localidad.

La principal línea de investigación se centró en la localización y detención de un conocido delincuente que se encontraba en paradero desconocido desde hacía dos años y sobre el que pesaban doce señalamientos judiciales en vigor de distintos juzgados de lo Penal de Albacete, Alicante y Valencia, y de quien se sospechaba que estaba dirigiendo un grupo delictivo asentado en Almansa.

La Guardia Civil detectó la presencia de este individuo en la localidad y pudo detenerlo tras un dispositivo policial en el que se coordinaron efectivos de varias unidades de la Guardia Civil de la provincia.

El resto de los integrantes de este grupo criminal fueron detenidos después, lo que permitió a la Guardia Civil establecer las conexiones existentes entre ellos y determinar el grado de participación de los detenidos en los delitos investigados.

Los robos eran cometidos durante la noche, cuando rompían puertas y ventanas si éstas no estaban abiertas para acceder al interior.

El local en el que actuaban los integrantes de este grupo criminal era decidido por su cabecilla y otro de los miembros más activos del grupo mientras que, el resto, eran los autores materiales de los robos.

Uno de ellos realizaba funciones de vigilancia en las inmediaciones del lugar en el que se cometía cada robo para alertar de una posible presencia policial, mientras que el resto inutilizaban los sistemas de alarma de los establecimientos que disponían de ellos y sustraían el dinero en efectivo que hubiese en los locales, así como aparatos de sonido e imagen y otros efectos de valor.

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