Cae una banda dedicada a fabricación y tráfico de armas con taller en Hellín

La Guardia Civil ha desarticulado, con la detención de cuatro personas, una banda dedicada a la fabricación y tráfico de armas de fuego que tenía un arsenal con 93 armas largas, 19 armas cortas, una ametralladora, 36 kilos de pólvora y 200 detonadores, cuyo taller clandestino estaba en Hellín (Albacete).

Según ha informado la Dirección General de la Guardia Civil, la operación "Recarga" se ha llevado a cabo en Albacete, Madrid y Gijón y ha culminado con la detención de cuatro personas a las que se imputan los delitos de tráfico, tenencia y depósito de armas y municiones, así como delitos de tenencia y depósito de explosivos.

Se trata de tres personas de nacionalidad española y otra marroquí que fueron arrestadas en la localidad albaceteña de Hellín (2), en Gijón (1) y en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial (1).

En los registros se ha encontrado un verdadero arsenal con 19 armas cortas (pistolas y revólveres), 93 armas largas (escopetas y rifles), una ametralladora considerada arma de guerra, piezas fundamentales para montar armas de fuego, como armazones, cañones y cerrojos, abundante munición, 36 kilos e pólvora, 27.000 pistones y 200 detonadores.

La operación comenzó a principios del año 2012, cuando el instituto armado sospechó de la existencia en Hellín (Albacete) de un taller clandestino en el que se podían fabricar, manipular y rehabilitar de armas para su posterior venta, sin ningún tipo de autorización y fuera de los cauces legales.

Los investigadores constataron que el taller estaba en una nave y era utilizado por un grupo organizado que disponía de todo tipo de maquinaría y utensilios para manipular y fabricar armas.

Entre otros utensilios contaban con torno, fresadora, soldadora, cortadora, esmeriladora y diferentes herramientas para la confección de recámaras de rifles y de culatas.

También tenían moldes para fabricar cañones "en bruto" e incluso cañones usados para su utilización y montaje en nuevos rifles, así como punzones falsos de letras y números y de bancos oficiales de pruebas para realizar las marcas en las armas y sus piezas fundamentales o modificarlas.

Las piezas fundamentales y las armas que montaban las enviaban a través de empresas de mensajería a diferentes países de la Unión Europea, sobre todo a Alemania, Austria y Reino Unido, sin las correspondientes autorizaciones.

A continuación simulaban su "legalización", según las normas nacionales de los correspondientes países, y en ocasiones las montaban en el extranjero.

Posteriormente las armas regresaban a España eludiendo los cauces reglamentarios en la mayor parte de los casos, y eran documentadas como armas o piezas fundamentales nuevas para introducirlas en el mercado español de forma aparentemente legal.

Para dar apariencia de legalidad a sus actividades el grupo utilizaba como cobertura empresas mercantiles dedicadas a la fabricación de armas y proyectiles, en las que ocupaban cargos de directivos.

Los detenidos han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Hellín.

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