Urdangarin sale por primera vez de la cárcel para hacer voluntariado en un hogar religioso

El juez ha autorizado que Urdangarin salga de la prisión dos veces por semana y un máximo de ocho horas al día
Iñaki Urdangarin llega al Hogar Don Orione para comenzar sus labores de voluntario
photo_camera Iñaki Urdangarin llega al Hogar Don Orione para comenzar sus labores de voluntario

Iñaki Urdangarin ha regresado a las cinco de la tarde a la cárcel de Brieva (Ávila) tras completar este jueves su primera jornada como voluntario en el Hogar Don Orione en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde ha realizado labores en las "unidades de movilidad" encargadas de la "psicomotricidad y la fisioterapia".

Ocho horas antes, el "guapete alto", como le han denominado algunos de los residentes en el centro, salió por primera vez de la cárcel y recorrió, en una hora y acompañado de dos escoltas, los 103 kilómetros de distancia que separa la prisión abulense de este centro.

La de este jueves ha sido la primera salida de la cárcel de Urdangarin desde que ingresó el 18 de junio de 2018 para cumplir una condena de 5 años y 10 meses de prisión por el caso Noós.

Con camisa azul, pantalones azules oscuros y una mochila gris, el marido de la infanta Cristina accedió al centro visiblemente delgado y ha saludado con una sonrisa a los medios de comunicación.

Tras una hora de papeleo con el director del Hogar Don Orione, Francisco Sánchez, Urdangarin ha recorrido el lugar y ha prestado especial atención a los detalles, según han indicado a Efe fuentes del centro, donde realizará estas labores de voluntariado todos los martes y los jueves.

Ha recibido el kit de voluntario con una identificación y una camiseta blanca con el lema "Atrévete. ¡Haz lo ordinario extraordinario¡", un mensaje del papa Francisco. Ese lema ha agradado a Urdangarin, según el director del centro.

Sánchez también ha comentado que, como un voluntario "más", ha comido en el interior del recinto con sus compañeros, a pesar de que llevó plátanos y manzanas desde la prisión de Ávila.

El director ha comentado además que Urdangarin tiene "libertad de movimientos" para poder salir del centro, aunque ha reconocido que "lo normal" es que las salidas de las instalaciones sean para realizar su labor de voluntario acompañando a las personas que atiende.

"Puede recibir visitas, pero no es normal", ha aclarado el director, que, preguntado sobre si podría salir a comer con su familia, ha dicho: "¿Por qué no? Sin ningún problema. Aquí viene porque quiere", ha subrayado, aunque ha revelado que, por el momento, "no ha pedido permiso para que vengan su mujer y sus hijos".

Respecto a las tareas que desarrollará en el recinto, el director ha explicado que Urdangarin prestará apoyo a las "unidades de movilidad", encargadas de la "psicomotricidad y la fisioterapia". "Se juega y se hace deporte para usuarios que necesitan moverse", ha explicado antes de destacar que en estas actividades siempre hay un técnico.

Además, a su llegada los residentes le han tratado con familiaridad. "El guapete alto lo quiero yo para mi", ha dicho algún interno.

Fuentes penitenciarias consultadas por Efe recuerdan que el centro tiene la obligación de remitir periódicamente informes a la prisión sobre el cumplimiento de la medida aplicada a Urdangarin, que, a su vez, serán trasladados al juez de vigilancia.

Sus salidas de la cárcel de Brieva al centro de discapacitados de Pozuelo se realizarán los martes y jueves de cada semana y, según lo acordado, Urdangarin estará de vuelta a su celda a primera hora de la tarde de cada día que realice el voluntariado.

No obstante, la fiscal general del Estado, María José Segarra, ha explicado este jueves que el Ministerio Público sigue estudiando si recurre la salida de prisión del interno, pues, aunque inicialmente se opuso, "cada caso es excepcional" y el tratamiento a los penados es "individualizado".

Con un escueto "muy bien", Urdangarin ha abandonado las instalaciones del centro a las 15.40 horas y minutos antes de la cinco, en medio de una gran tromba de agua, ha accedido en coche a la cárcel de Brieva (Ávila).

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