Sánchez advierte de que llega la “ola más dura” del coronavirus y pide fortaleza y unidad

- El presidente del Gobierno pide prepararse emocionalmente para datos mucho más duros durante la próxima semana.

- Dice que rechaza polemizar con otras administraciones y reclama unidad a ciudadanos y partidos ante la "dureza" de la situación.

- Anuncia que se van a importar 6 millones de nuevos test y admite que España está inmersa en una "economía de guerra".

- Ciudadanos de toda España salen a sus balcones para protestar con una cacerolada contra la gestión del Gobierno.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este sábado en el Palacio de La Moncloa
photo_camera El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este sábado en el Palacio de La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido este sábado a los ciudadanos que se preparen emocionalmente para el final de la próxima semana porque "llegarán días muy duros" y ha situado el "impacto de la ola más dura" para finales de la próxima semana. "Lo peor está por llegar", insistió.

Así lo ha manifestado en la noche de este sábado, durante una comparecencia que ha comenzado cerca de las nueve y media en la que hizo balance de la primera semana de aplicación del decreto por el que se declaró el estado de alarma.

Con su discurso, Sánchez ha tratado de preparar a los ciudadanos para los momentos más duros que ha anunciado, están por llegar. "Estamos en un momento muy crítico y van a llegar días muy duros, para los cuales nos tenemos que preparar desde el punto de vista psicológico, emocional".

Y ha situado los peores momentos a finales de la próxima semana, cuando ha pedido a los españoles que lleguen a esa fecha "muy fuertes, muy fuertes". "Todavía debemos recibir el impacto de la ola más dura que pondrá a prueba todas nuestras capacidades morales", ha transmitido con emoción.

Ha reclamado a los españoles que estén "unidos" ahora que va a "llegar la ola", mientras su país, ha dicho, los protege para evitar que se contagien y lograr "aplanar la curva" manteniendo "la moral de victoria".

Admite que la "dureza" de las próximas semanas va a cambiar a la gente: "De nosotros depende que nos cambie para bien". Ha dejado claro que el riesgo "está en todas partes" y de ahí el confinamiento general que ha decretado.

Durante su intervención, Pedro Sánchez ha admitido que España es uno de los países más afectados de Europa por la pandemia y ha reconocido que el virus tiene varias particularidades diferentes de los de la gripe común y es que se propaga mucho más deprisa que ésta y su letalidad es más alta.

Por ello, ha insistido en la necesidad de cumplir con las medidas adoptadas por el Gobierno de confinamiento de los ciudadanos. De hecho, una de las mayores preocupaciones que ha transmitido esta noche es la de "ganar tiempo", que se necesita por dos motivos. Por un lado, para preparar el sistema sanitario para poder atender a todos los infectados y, por otro, para lograr que se encuentre una vacuna.

PIDE UNIDAD Y RECHAZA POLEMIZAR

Por estos motivos, ha dejado claro que no va a polemizar con otras administraciones o con los presidentes de las comunidades autónomas, señalando que su deber es "mantener la unidad". "Nadie de mi Gobierno va a polemizar" con ningún adversario político, porque el enemigo de todos es el virus, ha recalcado.

En la víspera de su segunda videoconferencia con los presidentes autonómicos tras la declaración del estado de alarma, Sánchez ha asegurado que no va a gastar "un segundo" de su tiempo en "reproches" a otras administraciones, pese a que tanto el president de la Generalitat catalana, Quim Torra, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se han quejado de que desde Sanidad se les estaba dificultando el acceso a material sanitario.

Ha afirmando que estas cosas le parecen menores anta la situación "crítica" en la que estamos. En este contexto, ha apuntado que si alguien marca distancias con el Gobierno, se acercará con la mejor intención y si alguien polemiza, tratará de conciliar.

LA SITUACIÓN MÁS GRAVE TRAS LA GUERRA MUNDIAL

Pedro Sánchez ha asegurado que esta es una "catástrofe" para la que la Humanidad no estaba preparada y ha apuntado que los líderes mundiales reconocen que esta situación es la más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Incluso ha expuesto que en España, solo los muy mayores, los que vivieron la guerra, guardan en su memoria situaciones colectivas más duras que las presentes.

El resto de generaciones, ha añadido, nunca había tenido que hacer frente a algo "tan duro y difícil" y cree que es en la adversidad cuando se demuestra de verdad de qué materia estamos hechos.

"Cuando todo esto pase, y va a pasar pronto, sabremos si somos generosos o valientes, si nos limitamos a quejarnos o si fuimos los que ayudamos a combatirlo", ha precisado.

Ha insistido también en que todos los países del mundo sufrirán el embate de la pandemia y ya están adoptando medidas extremas. Y aunque ha admitido que España es uno de los países donde la crisis es más grave, junto con Italia, tampoco ha dado una explicación clara del por qué.

SEIS MILLONES DE NUEVOS TEST DE DIAGNÓSTICO

El presidente del Gobierno, ha anunciado que el Ejecutivo va a cerrar una operación para la compra de 6 millones de nuevos test de PCR para el diagnóstico del coronavirus, que se suman a los 640.000 tests ya adquiridos que llegarán en los próximos días.

Durante su comparecencia, ha recordado, como han informado este sábado en rueda de prensa representantes del Ministerio de Sanidad, que se hacen 15.000 pruebas diarias en todos el país, con un total de 355.000 realizadas hasta el momento.

La cifra podrá incrementar hasta las 80.000 pruebas rápidas diarias, que ofrecen resultados en 15 o 20 minutos, cuando se sustancie la compra de 4 robots que realizan miles de estas pruebas rápidas con seguridad.

Sánchez ha justificado la espera en la disponibilidad de estos test rápidos, que ya se están utilizando en algunas comunidades autónomas, en que deben tener el aval y la garantía del Instituto Carlos III.

En este sentido, ha argumentado que en un mercado en el que todos los países compiten en la compra de materiales de protección, pruebas y respiradores es "importante que los test sean homologados y tengan el sello del Carlos III. Todo lo que se distribuye cuenta con esa homologación y por eso pedimos paciencia", ha señalado.

Asimismo, ha destacado la necesidad de que España empiece también a fabricar mascarillas y otros productos de protección para poder hacer frente a las necesidades del sistema sanitario.

"ECONOMÍA DE GUERRA"

Por otra parte, Sánchez ha admitido que España se encuentra inmersa en una "economía de guerra" debido a la reconversión de algunas industrias hacia la fabricación de material sanitario para combatir el Covid-12, "ahora y cuando se recupere el día a día" tras el estado de alarma.

"Hay en parte algo de eso (de economía de guerra), estamos hablando con la industria manufacturera para la producción de mascarillas y material de protección que no solo lo vamos a necesitar hoy, sino cuando recuperemos el día a día", ha admitido Sánchez al ser preguntado sobre si se está estableciendo una "economía de guerra" en España ante la pandemia del coronavirus.

En este sentido, ha explicado que el Ejecutivo está hablando con distintas industrias para "centrar y dirigir la producción de bienes" hacia el material sanitario que España va a necesitar estas semanas y en el futuro.

Además de los pedidos en líneas de producción extranjeras, Sánchez ha recalcado que España tiene que procurar disponer de esos materiales a través de la industria nacional.

Así, Sánchez ha reconocido la necesidad que tiene en este momento España de mayor material de protección para el personal sanitario, así como respiradores para los enfermos, y ha añadido que el país está "compitiendo en un mercado absolutamente agresivo como el que está viviendo el mundo para defender los derechos y la salud pública de los ciudadanos".

El presidente del Ejecutivo se ha referido al deterioro de los últimos años del Estado de bienestar tras los recortes producidos por "múltiples razones" para avanzar que una vez pase la crisis sanitaria, España se dotará de recursos públicos para estar preparada y afrontar eventuales pandemias.

En su intervención, Sánchez ha resaltado el "nivel sobresaliente" del funcionamiento de algunos servicios básicos como el de la alimentación o telecomunicaciones ante los elevados consumos, y ha querido agradecer el compromiso de las cadenas de alimentación y el conglomerado empresarial ante la actual situación.

MEDIDAS ECONÓMICAS

El pasado martes el Consejo de Ministros aprobó un real decreto-ley de medidas urgentes para paliar los efectos del coronavirus, en vigor desde el miércoles hasta que dure el Estado de alarma, que contempla la movilización de hasta 200.000 millones de euros (117.000 millones de euros del sector público), así como una moratoria hipotecaria, flexibilización en ERTEs y fomento del teletrabajo, entre otras.

Este paquete de medidas del plan de choque contra el Covid-19 se suma al de la semana previa, con la inyección de 18.225 millones para paliar las consecuencias económicas, que incluía el aplazamiento y fraccionamiento de deudas tributarias por un plazo de seis meses sin intereses, con una inyección de 14.000 millones de euros en liquidez a pymes y autónomos, entre otras.

CACEROLADA CONTRA LA GESTIÓN DEL GOBIERNO

Por último y de otro lado, ciudadanos de varias localidades españolas han salido a sus balcones este sábado para protestar con una cacerolada contra la gestión del Gobierno en la crisis del coronavirus.

Una multitudinaria cacerolada ha resonado a las 21.00 horas de este sábado en ciudades como Sevilla, Valencia, La Coruña, Valladolid, Badajoz, Córdoba o Madrid, convocada por las redes sociales bajo las etiquetas #CaceroladaIglesias y #CaceroladaGobierno.

Miles de españoles se han asomado al exterior desde sus viviendas para criticar cómo el Ejecutivo central ha hecho frente a la crisis del coronavirus, que ha dejado al menos 24.926 casos confirmados y 1.326 fallecidos en España.

La reivindicación ha sido bastante seguida en ciudades como La Coruña o Madrid, donde la protesta ha resonado con bastante intensidad, junto a gritos de "Viva España".

No es la primera vez que los españoles salen a sus balcones con sus cacerolas durante esta cuarentena por el estado de alerta decretado por el Gobierno central.

El pasado miércoles los ciudadanos exigieron que los supuestos fondos a favor del rey emérito Juan Carlos I, que investiga la Fiscalía suiza, se donen a la sanidad para hacer frente a la crisis del coronavirus.

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