Incendio político en medio de la nueva negociación para la última prórroga de la alarma

La decisión, en todo caso, es inminente y lo más probable es que la anuncie el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este mismo próximo sábado
Espinosa de los Monteros (Vox) abandona la comisión para la reconstrucción tras la acusación de Iglesias de golpistas
photo_camera Espinosa de los Monteros (Vox) abandona la comisión para la reconstrucción tras la acusación de Iglesias de golpistas

Los diez días de luto oficial arrancaron el miércoles con duros cruces de acusaciones en el Congreso y una crisis en la cúpula de la Guardia Civil y el segundo día de luto ha acabado con un nuevo incendio político en medio de las negociaciones del Gobierno para aprobar la sexta prórroga del estado de alarma.

Tanto en un día como en otro, uno de los principales protagonistas de esa escalada de tensión ha sido el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Si el miércoles era la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, quien encendía la mecha en el Congreso, echándole en cara que fuera hijo de un "terrorista" del FRAP, esta vez ha sido el vicepresidente segundo quien avivaba el fuego arremetiendo contra Vox, un partido al que, denuncia,"le gustaría dar un golpe de Estado".

"Les gustaría dar un golpe de Estado, pero no se atreven, porque para eso, además de quererlo, hay que atreverse", ha afirmado en una tensa comparecencia ante la Comisión de Reconstrucción de la Cámara Baja.

Indignado por esta acusación que Iglesias se ha negado a retirar y que ha ratificado incluso con más dureza, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha abandonado la sesión, al tiempo que ha acusado al vicepresidente del Gobierno de "reventar" la comisión.

En un primer momento, el presidente de la Comisión, el socialista Patxi López, prefería mantenerse al margen del rifirrafe y enmarcaba el episodio en un ejercicio de la libertad de expresión, aunque horas más tarde y ante el revuelo creado, pedía perdón por el espectáculo y reconocía no haber estado a la altura.

La bronca ha terminado por ensombrecer los trabajos de la comisión, creada en teoría, para consensuar entre los diferentes partidos medidas sociales y económicas que palien los efectos de la pandemia de coronavirus.

Un incendio político que coincide con las negociaciones abiertas por el Gobierno para una posible sexta prórroga del estado de alarma. 

En los últimos días, el Ejecutivo y el grupo socialista están sondeando a los grupos para explorar la viabilidad parlamentaria de esa nueva prórroga después de que PP y Vox se desmarcaran de la aprobación parlamentaria de ese instrumento legal.

Ciudadanos y PNV son la prioridad de los socialistas, ya que han sido los aliados esenciales en la cuarta y en la quinta prórrogas y la intención es que lo sigan siendo, aunque la polémica por el acuerdo con Bildu para la reforma laboral, dificulta el "sí" inmediato de ambos partidos.

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, una de las principales negociadoras, ya ha avanzado que el Gobierno pedirá esa nueva prórroga si ve que tiene mayoría para sacarla adelante.

Aunque, si no la consigue, prepara también un decreto ley con las medidas "mínimas posibles" para regular el final de la desescalada.

La decisión, en todo caso, es inminente y lo más probable es que la anuncie el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este mismo próximo sábado. 

Negociaciones que se producen en mitad de otro incendio con derivada política, la crisis interna en el seno de la Guardia Civil después del cese de los números dos y tres del instituto armado, que han abandonado sus puestos por discrepancias con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

El titular de Interior ha recibido el apoyo de su compañero en el Gobierno y ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que ha negado que los cambios en la cúpula de la Guardia Civil estén relacionadas con injerencia alguna en la investigación judicial por la actuación del Ejecutivo en los días previas al estado de alarma.

Opinión con la que no coincide en absoluto el presidente del PP, Pablo Casado, que ha acusado a Marlaska de emprender una "caza de brujas" en el instituto armado.

Tras reunirse con asociaciones de guardias civiles, la dirección del PP ha pedido al ministro del Interior que "quite las manos de la Guardia Civil" y que "por dignidad" abandone su puesto.

 Vox ha ido un paso más y ha registrado una proposición no ley para forzar al Congreso a votar la reprobación de Marlaska, al tiempo que ha pedido a Pedro Sánchez que le destituya "sin mayor dilación".

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