Rajoy considera la situación en Cataluña como la 'única sombra' para la economía

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la reunión del Consejo de Minisros para hacer balance del año que finaliza
photo_camera El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la reunión del Consejo de Minisros para hacer balance del año que finaliza

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dibujado este viernes un horizonte económico optimista para España y ha considerado que "la única sombra" es la situación en Cataluña, donde quiere que haya cuanto antes un Govern que respete la ley y, por ello, ha anunciado que el nuevo Parlament se constituirá el 17 de enero.

En su balance de fin de año tras presidir la última reunión del Consejo de Ministros en 2017, Rajoy ha asumido que éste ha sido un ejercicio "extraordinariamente difícil" y "con momentos de enorme tensión para todos" porque se ha tenido que hacer frente a algo tan "desestabilizador" como la declaración de independencia de Cataluña.

Pero a pesar de ello, cree que hay más elementos para hacer un balance positivo que negativo, porque estima que ha sido "un año ganado para la recuperación de España desde el punto de vista económico, social e institucional".

En esa línea ha subrayado que la consolidación de la recuperación económica se nota cada vez más en la vida de los ciudadanos.

El jefe del Ejecutivo ha expuesto una serie de datos económicos que cree que avalan su optimismo en este ámbito, como el crecimiento en el entorno del 3,1 por ciento, haber recuperado el PIB previo a la crisis y la creación de casi 600.000 empleos para seguir con el objetivo de reducir el paro hasta el 11 por ciento en 2020.

Todo ello cree que sienta las bases para seguir creciendo al 2,5 por ciento hasta el 2020, año en el que cree que se podrá estar cerca del equilibrio presupuestario.

"La única sombra que se cierne cobre la economía es el factor de inestabilidad que genera la política en Cataluña", ha recalcado antes de volver a poner en valor la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la calidad de la democracia española, la independencia de poderes, el imperio de la ley, la utilidad de las normas que nos hemos dado y la serenidad del conjunto de la sociedad.

"Lo lógico y lo razonable sería no volver a ponerlos a prueba", ha resaltado antes de considerar que al futuro Govern, "sea el que sea" le corresponde exponer a los ciudadanos sus prioridades políticas dentro de la ley.

Y ha insistido en que no caben más apelaciones a la ruptura o la ilegalidad "porque la ley no lo permitirá" y porque tampoco pueden alegar el apoyo mayoritario de la sociedad "para mantenerse en esa deriva tan perniciosa".

Rajoy ha confiado en que haya cuanto antes un Gobierno en Cataluña capaz de entenderse con todos los catalanes y con el resto de España y al que ha vuelto a ofrecer "diálogo constructivo, abierto, realista y siempre dentro de la ley".

En ese contexto es cuando ha anunciado la convocatoria de la sesión constitutiva del nuevo Parlament el 17 de enero tras haber hablado (a través de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría) con los grupos políticos (excepto con la CUP).

A partir de entonces correrá el plazo de diez días para la primera sesión de investidura, y al plantearle si ve posible que se presentara a ella desde la distancia Carles Puigdemont, ha calificado de "absurdo" pretender ser presidente de una comunidad viviendo en el extranjero.

Ha añadido que él nunca podría de candidato de su partido a alguien que se ha fugado de la Justicia.

Respecto al hecho de que la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, no intente su investidura pese a ser la fuerza más votada, ha respetado esa decisión, pero ha recordado que él negoció la suya tras las elecciones de 2015 y, cuando comprobó que no tenía suficientes apoyos, es cuando renunció a ella.

Rajoy, quien no ve extrapolables los resultados de las elecciones catalanas, ha destacado que está demostrando que se puede gobernar en tiempos de fragmentación política gracias a los acuerdos con otros partidos y ha apelado a la lealtad de todos, pese a las discrepancias que pueda haber, para que se sigan logrando.

El diálogo es el que ha dicho que permitió aprobar los presupuestos de 2017 y el que espera que haga factible también que salgan adelante los de 2018.

Para ello está dispuesto a hablar con todos, tanto con los líderes de partidos que ya respaldaron las cuentas de 2017 (entre ellos, el lehendakari, Íñigo Urkullu), como con otros que no lo hicieron (como el secretario general el PSOE, Pedro Sánchez).

El presidente ha asegurado que no hará ninguna remodelación de su Gobierno porque cree que está cumpliendo con su obligación, y ha vuelto a mostrarse dispuesto a hablar sobre cualquier medida que le propongan los grupos para luchar contra la corrupción.

"Porque -ha precisado- es un tema que me ha preocupado, lo hemos sufrido y espero que no vuelva a ser noticia ya nunca más en el futuro de nuestro país".

En su intervención ha tenido palabras de recuerdo para las víctimas de los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils y de la violencia de género y ha reiterado su compromiso contra estas lacras.

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