El Gobierno ve en la cita Sánchez-Mohamed VI el inicio de una etapa histórica

Si la cita ya tiene un carácter simbólico de cierre definitivo de la crisis diplomática entre España y Marruecos, el simbolismo se refuerza con la invitación del monarca alauí al jefe del Ejecutivo de compartir el "iftar", la cena con la que se rompe el ayuno del ramadán
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo durante un encuentro con el rey Mohamed VI
photo_camera El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo durante un encuentro con el rey Mohamed VI

El Gobierno considera que la reunión que mantendrán este jueves en Rabat el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI marcará no sólo la normalización de la relación bilateral, sino el inicio de una etapa histórica entre los dos países con hechos concretos que lo irán evidenciando.

Si esa cita ya tiene un carácter simbólico de cierre definitivo de la crisis diplomática entre España y Marruecos, el simbolismo se refuerza con la invitación del monarca alauí al jefe del Ejecutivo de compartir el "iftar", la cena con la que se rompe el ayuno del ramadán.

Habrá un encuentro previo entre ambos en el que abordarán diversos asuntos de la agenda de colaboración mutua para superar el paréntesis iniciado hace un año con el rechazo de Marruecos al ingreso hospitalario en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

Una decisión tras la que hubo una avalancha de migrantes irregulares en Ceuta procedentes de Marruecos sin que lo impidieran las fuerzas de seguridad de este país.

El paso definitivo para dejar atrás las diferencias fue la carta enviada por Sánchez a Mohamed VI en la que consideraba la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Marruecos ante el conflicto del Sáhara Occidental como la base "más seria, creíble y realista" para resolverlo.

De forma reiterada ha negado el Gobierno que eso suponga un cambio de posición sobre el Sáhara porque sigue defendiendo un acuerdo entre las partes en el seno de Naciones Unidas, pero tanto su socio, Unidas Podemos, como sus aliados parlamentarios y los partidos de la oposición han criticado ese giro ya sea por el fondo o por las formas.

El rechazo generalizado a la decisión de Sánchez quedará patente en el pleno del Congreso el mismo día que viaja a Rabat, ya que se votará una proposición no de ley debatida este miércoles en la que todos los grupos parlamentarios, excepto el PSOE, le han pedido que rectifique su decisión de alinearse con Marruecos ante el futuro del Sáhara.

Los reproches del PP por no haber consensuado un asunto de Estado como la relación con Marruecos se lo trasladará en persona a Sánchez el nuevo líder de este partido, Alberto Núñez Feijóo, en la reunión que mantendrán en el Palacio de la Moncloa horas antes del viaje a Rabat.

Frente a las críticas, fuentes del Gobierno hacen hincapié en que el paso dado por Sánchez abre la puerta a una nueva relación que se irá plasmando en hechos concretos.

El propio presidente del Gobierno ha ido desgranando en las últimas semanas lo que espera de esta etapa, como una garantía de la integridad territorial, tal y como subrayó en sus recientes visitas a Ceuta y Melilla.

También ha confiado en que muy pronto se puedan abrir las fronteras con estas ciudades autónomas, que se cerraron hace dos años a consecuencia de la pandemia de coronavirus.

Estaba previsto que el pasado 1 de abril el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajara a Rabat para reunirse con su homólogo, Naser Burita, y concretar la visita posterior de Sánchez, aunque tras una conversación telefónica la víspera entre el presidente del Gobierno y Mohamed VI se consideró innecesario ese viaje previo preparatorio.

Albares, que acompañará a Sánchez este jueves, ya avanzó que en ese viaje pretendía que se acordara la normalización completa de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, y eso es lo que el Gobierno prevé que ocurra en el encuentro con el rey marroquí.

El jefe del Ejecutivo también ha venido destacando los beneficios de la nueva etapa en otros ámbitos como el de la seguridad y la inmigración, aspectos en los que el Gobierno cree que los datos avalarán su decisión.

Así, fuentes gubernamentales recuerdan cómo se ha reducido en las últimas semanas la llegada de migrantes irregulares desde Marruecos y expresan su convencimiento de que la plena colaboración de este país se seguirá notando en el control de esos flujos.

Según datos publicados la pasada semana por el Ministerio del Interior, durante el primer trimestre de este año y por vía terrestre, saltando la valla fronteriza con Marruecos, entraron irregularmente en Ceuta y Melilla 1.118 personas, 778 más que el año pasado.

Pero, mientras que en la primera quincena de marzo Melilla registró un incremento notable de saltos masivos de subsaharianos (857 lograron entrar en España), en los últimos quince días del mes sólo lo consiguió una persona.

Por su parte, de acuerdo con los datos del Defensor del Pueblo, en 2020, de los más de 23.000 migrantes irregulares que llegaron en patera a Canarias, casi 12.000 (el 51 %) eran de Marruecos, y de acuerdo con las cifras de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), de los 5.143 llegados en los primeros meses del presente año, 3.103 (el 57,2 %) eran marroquíes.

Tras el viaje de Sánchez se espera que próximamente se pueda celebrar la Reunión de Alto Nivel, que está pendiente desde que se aplazara, alegando razones de seguridad sanitaria por la pandemia, la que estaba prevista para el 17 de diciembre de 2020.

El anuncio del viaje de Sánchez a Rabat para reunirse este jueves con Mohamed VI corrió a cargo de Albares en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del martes, en la que comentó que se estaban cerrando otros actos del presidente del Gobierno para la mañana del viernes.

Sin embargo, no hay confirmación oficial de que finalmente la agenda de Sánchez se extienda durante esa jornada en la capital marroquí.

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