El PP se ve en Moncloa como un "centro fuerte" y niega un viraje ideológico

Fuera del PP, la lectura que la izquierda hace de la convención nacional es que Casado vira hacia Vox y hacia el pasado
Isabel Díaz Ayuso a Pablo Casado: Tengo claro dónde está mi sitio y daré lo mejor para Madrid
photo_camera Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado este fin de semana en la convención nacional del PP celebrada en Valencia

El PP considera su convención nacional, que finalizó este domingo con un lleno en Valencia, el revulsivo definitivo que llevará a su líder, Pablo Casado, a la Moncloa y ante las críticas del PSOE niega un giro a su derecha. Fueron y son el "centro fuerte, reivindican.

El PP -Génova, pero también varias autonomías- retrata su cónclave y el mitin que le dio cierre con doce mil personas en Valencia -nueve mil en el interior de la plaza de toros y tres mil fuera- como un "chute de energía" y una "inyección moral" que les llevará a la Moncloa.

Casado, reafirmado en el liderazgo por el respaldo de todos los barones y de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, ha asegurado en Twitter que "el cambio ya está aquí", que están "preparados para gobernar", con un "nuevo contrato social" y un "centro fuerte".

Sus dirigentes han amplificado el mensaje. La portavoz del PP en el Europarlamento, Dolors Montserrat, ha señalado en TVE cuatro hitos: unidad en torno a Casado, un equipo preparado, un partido reformista y el objetivo de "sumar desde la base a todo lo que hay a la derecha del sanchismo".

"Somos el centro reformista y liberal de siempre con un líder como nunca como Pablo Casado", "radical es pactar con Bildu", ha apuntado además Antonio González Terol en Telemadrid, mientras Pablo Montesinos ve al PSOE nervioso por no poder conseguir una foto imponente como la suya e Valencia, como ha afirmado en La Sexta.

En los cuarteles de Casado se ha diseñado un plan para que el viento de cola del PP y de su convención no termine. Los vicesecretarios recorrerán España hasta diciembre para explicar el cónclave y "seguir ensanchando el partido" y se preparan además "actos importantes".

El nuevo contrato social propuesto por Casado, con estandartes tradicionales -la familia, la unidad de España, la baja fiscalidad, la lucha contra ETA- y renovadas -el feminismo, la ecologia o la defensa de la hispanidad- han gustado en el seno del PP, pese a que sigan subiendo de tono, y alejando cualquier pacto, las críticas al PSOE.

Gustó que Casado dijera que "el PP es mucho PP" y hablase de reunificar bajo sus propias siglas. Desde Galicia señalan a Efe que el discurso no se dirigió a Vox, sino a un "electorado cansado" y que fue duro porque era en contra de un mal gobierno. El PP ha fagocitado a Cs, el supuesto centro.

Las mismas fuentes admiten que por el momento no restan voto a Vox, pero creen que cuanto más competitivos se muestren más voto útil atraparán. Celebran además los rostros jóvenes que poblaron la convención.

Unión, ilusión y esperanza es también el balance en el PP de Castilla y León, donde acogen un discurso que no permite hablar de falta de alternativa o de programa y rechazan que haya signos de viraje ideológico.

También en Madrid creen que todo en la convención ha salido muy bien, también el mensaje con el que Isabel Díaz Ayuso negó un salto a la política nacional, pese a las críticas que suscitó entre algunos barones, a las que no responden desde el entorno de la presidenta madrileña.

Entre tanto, y pese a que Casado reivindicó en Valencia no haber pactado con el PSOE, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, explora un pacto presupuestario con los socialistas y este lunes ha señalado que no tiene "trincheras ideológicas".

Fuera del PP, la lectura que la izquierda hace de la convención nacional es que Casado vira hacia Vox y hacia el pasado.

Eva Granados (PSOE) ha calificado al PP de "derecha carca escorada en la ultraderecha" y Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, detecta "un viaje al pasado muy inquietante". Para Sira Rego (Izquierda Unida) la convención del PP fue un “circo nacional de odio y de racismo” y el único proyecto de Casado es "competir con Vox".

Vox resta importancia al cónclave de los populares. Su portavoz, Jorge Buxadé, no ve "novedad alguna", sólo un PP afanado en repetir que Casado será presidente "olvidando que necesita el apoyo de millones de personas que decidieron no ir a votar tapándose la nariz".

En Vox afean al PP vender la piel del oso antes de cazarlo y piden "menos discursos y más ejecución", derogando por ejemplo la ley de memoria histórica de Andalucía.

El PP se ha marcado en su convención el objetivo de lograr mayoría absoluta o, al menos, un Gobierno en solitario, aunque todos los sondeos indican que deberá alcanzar un pacto con Vox.

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