Plataforma en Defensa del Tajo cree que el río 'recupera su pulso' con las lluvias

Vista de la crecida del río Tajo a su paso por la ciudad de Toledo tras la últimas lluvias - EFE/Ángeles Visdómine
photo_camera Vista de la crecida del río Tajo a su paso por la ciudad de Toledo tras la últimas lluvias - EFE/Ángeles Visdómine

La Plataforma en Defensa del río Tajo en Toledo ha destacado que "lo positivo" de las últimas lluvias para el río es que le hace "recuperar su pulso" y devolverle "su aspecto y su imagen" al ejercitarse la función de arrastre y limpiarse los fondos.

En declaraciones a Efe, el presidente de la Plataforma en defensa del Tajo en Toledo, Alejandro Cano, ha señalado que una vez que baje el nivel del agua se notará que las lluvias "han favorecido" al río porque habrán arrastrado muchos sedimentos y las aguas volverán otra vez a estar depuradas o semidepuradas.

Hasta ahora, ante la sequía, el Tajo podría considerarse como "un sistema lagunar donde las aguas eran estancas, calmas, poco profundas y muy someras", ha subrayado Cano, y sin embargo la crecida de la corriente ha eliminado mucha de la vegetación palustre -juncos y carrizos- que no es propia del río pero que se había hecho fuerte y cada vez más grande en toda la margen del Tajo.

Es más, el presidente de la plataforma en Toledo ha vaticinado que "si el Tajo volviera al régimen natural que ha tenido siempre y se dejara que los embalses hicieran correr algo de agua de vez en cuando, simulando las crecidas y el estiaje propio de cada estación, es posible que en cuestión de cuatro o cinco años se tuviera el río que fue en los años 60 y principios de los 70".

Sin embargo, ha lamentado que la naturaleza está "enclaustrada" y no se deja que los ríos corran y cumplan su función de ser fuentes de vida, de manera que se han convertido en una fuente de desechos, "una alcantarilla" donde se lanza todo, ha criticado.

Por otro lado, Alejandro Cano ha incidido en que lo ocurrido en los últimos días, y en particular el pasado fin de semana, no son "ni desbordamientos ni inundaciones" del Tajo en Toledo, sino que se trata de "una crecidita de las que eran normales que hubiera en el río", ha recalcado.

La diferencia es que ahora es infrecuente ver esta imagen, ya que -ha recordado- la última crecida que hubo fue en abril de 2016 y no por un episodio de lluvia fuerte sino por la apertura de presas que provocó que los cauces se llenasen de agua.

Hace dos años, ha calculado, llegaron a pasar por Toledo cerca de 600 metros cúbicos por segundo, mientras que en esta ocasión habrá sobrepasado los 200 metros cúbicos por segundo.

"Llevamos cuarenta años en los que el río Tajo no es normal, pues lo normal es que estas crecidas las tenga en invierno y en primavera e incluso muchísimo mayores", ha precisado, y lo más frecuente ahora es ver al Tajo desprovisto de caudal y siempre con la misma lámina de agua.

En cuanto a la calidad del agua, Cano ha dicho que empieza a verse desde hace un par de días de color marrón, pero que los primeros días de lluvia tenía un color grisáceo, "de agua de alcantarilla", y ahora corresponde más al color que provocan las escorrentías por la arena que arrastran.

Y sobre el caudal, ha indicado que de los 200 metros cúbicos que han estado pasando ayer o el sábado por el río, "solamente un máximo de 8 metros cúbicos por segundo son de río Tajo, el resto es Jarama", lo que ha calificado como "una pena" y una consecuencia del trasvase y de haber "esquilmado y saqueado" la cabecera en favor del Levante, ha concluido.

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