Page pide rechazar la crispación para no seguir el juego del enfrentamiento político

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, felicita el Año Nuevo a los castellanomanchegos
El presidente de Castilla-La Mancha llama a rebajar el clima político y social durante su mensaje de Año Nuevo y pide a la ciudadanía no caer en la crispación ni en el frentismo. Desde el Palacio de Fuensalida, defiende la coherencia, el sentido común y el diálogo como base para traducir el crecimiento en mejores servicios públicos.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha aprovechado su tradicional mensaje de Año Nuevo para lanzar un llamamiento a la serenidad cívica y al rechazo de la crispación política, alertando del riesgo de que el enfrentamiento se traslade a la vida cotidiana y personal de los ciudadanos, especialmente en momentos de convivencia familiar.

Rechazo a la crispación y al enfrentamiento político

Durante su intervención, escenificada como es habitual en el Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia regional, García-Page ha pedido expresamente que la tensión política no “se cuele en las mesas” durante las fiestas. A su juicio, el enfrentamiento personal “no merece la pena”, ya que supone “seguirle el juego a los políticos que crean la crispación y el frentismo”.

El presidente autonómico ha sido contundente al dirigirse a quienes, según ha afirmado, fomentan ese clima de confrontación permanente. “No le sigan el juego a los que buscan el enfrentamiento para esconder sus miserias”, ha insistido, advirtiendo de que la crispación responde en muchos casos al interés de ocultar problemas propios detrás del ruido político y del enfrentamiento artificial.

En este sentido, ha lamentado que la sociedad se vea sometida de forma constante a una presión para posicionarse. “No nos merecemos los españoles que todos los días nos estén obligando a tomar partido”, ha señalado, ni tampoco que lleguen de manera continua “mensajes que buscan el odio”, algo que, ha subrayado, tampoco merecen los ciudadanos de Castilla-La Mancha.

Una “España dividida de diseño”

García-Page ha ido más allá al reflexionar sobre el contexto político nacional, que ha definido como “una España dividida de diseño”. A su juicio, esta división es consecuencia directa de personas “a las que les interesa esconderse o esconder sus problemas detrás de la crispación”, generando un clima de frentismo que acaba contaminando la convivencia.

Frente a ese escenario, el presidente regional ha defendido la necesidad de rebajar el tono del debate público y evitar que el conflicto político acabe trasladándose al ámbito familiar y social, especialmente en fechas señaladas como las fiestas de fin de año, que deberían ser espacios de encuentro y no de confrontación.

Valores reconocidos dentro y fuera de la región

Durante su mensaje, en el que también ha tenido palabras de recuerdo para quienes ya no están, García-Page ha reivindicado los valores que, a su entender, definen a Castilla-La Mancha y la hacen “muy reconocida” tanto dentro como fuera de España.

“Son valores sencillos, casi quijotescos, bastante nuestros y, por lo demás, bastante universales”, ha afirmado, destacando entre ellos el consenso y la búsqueda del entendimiento como elementos centrales de la identidad regional y de su forma de entender la convivencia política y social.

En este sentido, ha señalado que en Castilla-La Mancha “buscamos la paz, buscamos la armonía” y que se intenta evitar la crispación “por todos los medios”, apostando por el diálogo como herramienta principal. Esa moderación, ha explicado, tiene que ver con centrarse en lo verdaderamente importante: “que las cosas funcionen” y dedicarse a los problemas reales de la gente en lugar de “fabricar nuevos problemas”.

Sentido común, coherencia y honestidad

El presidente autonómico ha puesto también en valor el sentido común como rasgo distintivo de la región. “Aquí abordamos con sentido común muchos problemas en el día a día. Y lo intentamos trasladar a la sociedad, que está tan neurótica, al menos políticamente, en nuestro país”, ha afirmado.

En este punto, García-Page ha defendido que Castilla-La Mancha es “una tierra coherente” y ha vinculado directamente esa coherencia con la honestidad. “La coherencia es la condición previa para que a alguien se le pueda reconocer como honesto”, ha asegurado, antes de sentenciar que “la honestidad pasa por la coherencia”.

Asimismo, ha considerado que el hecho de que la coherencia o el sentido común se conviertan en noticia es “un síntoma que debemos desterrar”, ya que deberían formar parte de la normalidad tanto en la vida pública como en la política diaria.

Crecer para compartir en 2026

Mirando al año que comienza, García-Page ha expresado su deseo de que Castilla-La Mancha avance en 2026 hacia un modelo de crecimiento sólido y compartido. “A mí me interesa que esta región crezca, pero sobre todo para que lo podamos compartir”, ha afirmado.

Ese crecimiento, ha subrayado, debe traducirse en mejoras concretas para la ciudadanía, especialmente en “mejor sanidad, mejor educación y mejor atención a los que más lo necesitan”, reforzando así el carácter social de las políticas públicas.

Junto a ello, ha deseado un año nuevo marcado por la estabilidad, entendida como la base para adueñarse del futuro y seguir avanzando. El presidente regional ha mostrado su aspiración de continuar creciendo en exportaciones, empleo, llegada de empresas, servicios públicos e igualdad, como pilares de un desarrollo equilibrado y sostenible.

Identidad clara y rechazo a los privilegios

En la parte final de su mensaje, García-Page ha defendido con firmeza la identidad de Castilla-La Mancha. “No dudamos de lo que somos”, ha afirmado, antes de añadir que “otros podrán entretenerse en dudar si son de aquí o son de allá, pero nosotros sabemos que somos españoles a mucho orgullo”.

En esta línea, ha reiterado que la región “no pretende más, pero no asume ni consiente menos”, una posición que, según ha indicado, sirve de base para combatir “cualquier tipo de intento de privilegios” y para defender la igualdad entre territorios.

Tras asegurar que Castilla-La Mancha tiene “los horizontes claros” y sabe “hacia dónde quiere avanzar”, el presidente autonómico ha cerrado su intervención deseando a la ciudadanía “un 2026 mejor que todos los años anteriores”, con la esperanza de hacer “lo que podamos por nosotros mismos, por nuestras familias, pero también intentar hacerlo por los demás”.