Page rechaza un modelo de financiación “a la carta” y llama a reconstruir consensos
En un foro marcado por la preocupación territorial, las tensiones políticas y el desgaste institucional, Emiliano García-Page construyó en Toledo un diagnóstico amplio, severo y a la vez apelativo sobre la España actual. El presidente de Castilla-La Mancha, protagonista del encuentro 'La España Vertebrada' organizado por el diario El Mundo en el Cigarral del Ángel Custodio de Toledo, entrelazó asuntos autonómicos, debates nacionales y referencias históricas para dibujar un país “en marcha, en pie”, pero amenazado por la fragmentación, la desconfianza y la falta de consensos.
La financiación autonómica, el futuro del PSOE, el trasvase Tajo-Segura, la efeméride del fallecimiento de Franco, la responsabilidad política ante los casos de corrupción y el desgaste del Gobierno formaron un discurso que, en su conjunto, reivindicó certezas institucionales y advirtió contra privilegios territoriales, improvisaciones y renuncias a la igualdad ante la ley.
Financiación autonómica: “Haré todo lo que esté a mi alcance legal y constitucional”
El primer asunto abordado por García-Page —y el que quiso situar como prioridad absoluta— fue la reforma de la financiación autonómica. Desde el estrado del foro afirmó que hará “todo lo que esté a mi alcance legal y constitucional” para impedir que prospere cualquier modelo que establezca o “visualice un privilegio” para un territorio.
“No puede ser aprobado de ninguna de las maneras”, dijo sin matices, recordando que la Constitución impide regulaciones que generen ventajas exclusivas.
El presidente lamentó que el modelo lleve once años caducado sin que se haya abordado a fondo, un bloqueo que atribuyó a que “el nacionalismo catalán se negaba a sentarse en la misma mesa que el resto de los presidentes”. Y criticó que ahora el debate se reactive únicamente “por exigencias de los independentistas”, algo que considera un mal punto de partida.
García-Page también advirtió de que cualquier propuesta basada en el documento suscrito con Esquerra Republicana está condenada al fracaso: “No solo no va a prosperar, es que no lo va a apoyar ni siquiera mucha gente del PSOE”.
En su análisis recordó que, según los datos consensuados, cuatro comunidades están objetivamente infrafinanciadas: Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha. Las cuatro, dijo, han pedido un fondo compensatorio.
“Lo pidió María Jesús Montero cuando era consejera en Andalucía, pero ahora no lo quieren aprobar. Y ese era un acuerdo posible”, subrayó.
Criticó además la narrativa de que “todo el mundo saldrá ganando”: “No se puede repetir más veces eso. Es faltar a la verdad. No se trata de que todos tengamos más dinero, sino de que nos paguen lo que nos deben desde hace once años”.
En su intervención insistió en que el próximo modelo debe incluir un compromiso claro del Estado de no seguir aprobando normativas que carguen nuevos gastos sobre las autonomías “sin financiación adecuada y correspondiente”.
Armonización de servicios: “Se ha deshilachado el puzle autonómico”
Fuera del debate estrictamente financiero, García-Page dedicó un amplio bloque a defender que el Estado debe recuperar su papel en la armonización de la prestación de servicios públicos.
A cincuenta años de la muerte de Franco, un aniversario de inevitable carga simbólica, el presidente afirmó que España ha pasado en medio siglo de ser “un país centralista” a un país “descentralizado”, pero con una tendencia preocupante: “El Estado se ha ido despreocupando de sus competencias, mientras las autonomías, con acierto y buena intención, han contribuido a deshilachar el puzle”.
Por ello, reclamó un pacto entre PP y PSOE para “ahormar” muchos servicios, bajo la coordinación del Gobierno central. “Es de sentido común”, ejemplificó, que una radiografía hecha en La Coruña pueda verse en Tomelloso sin barreras técnicas ni administrativas.
A esta llamada a la armonización sumó la advertencia de que el país sufre un proceso de “desvertebralización”, al que solo se puede hacer frente mediante inversión en cohesión territorial y acuerdos transversales que garanticen igualdad efectiva de derechos en todo el territorio.
Pronóstico electoral: “Esto va a estar encapotado mucho tiempo”
Interrogado sobre el ciclo político, García-Page consideró que las próximas elecciones generales se celebrarán en 2026, aunque reconoció no saber cuál sería el “momento adecuado” para el PSOE.
“Esto va a estar encapotado mucho tiempo. Cuando no hay un pleito, hay otro; cuando no hay un informe, hay dos”, ejemplificó en alusión velada a la inestabilidad del Gobierno y de sus socios.
Recordó con dureza el escenario de 2023, cuando el presidente Pedro Sánchez adelantó las generales después de las municipales y autonómicas: “Mandó a la infantería al frente, esperando el resultado para las generales. Eso no puede pasar otra vez”.
A su juicio, el PSOE “se hundió” en ayuntamientos y comunidades por arrastre de la política nacional.
Sobre los Presupuestos Generales del Estado, el techo de gasto y el propio modelo de financiación, fue tajante: “No va a salir nada de esto. Es evidente”. Y se preguntó si al Gobierno le compensa el “gasto político” de intentarlo.
El trasvase Tajo-Segura: “Una infraestructura que fue un fraude desde el principio”
En materia hídrica, García-Page volvió a cargar contra el trasvase Tajo-Segura, del que afirmó que “fue un fraude desde el primer momento”, alimentado por intereses económicos: “Hay mucha gente que hace negocio con cada gota”.
Defendió que existe una alternativa evidente: la desalación, impulsada por Europa y en expansión en el mundo.
Criticó que las desaladoras instaladas en el Levante funcionen “a medio rendimiento”: “Si se pone en marcha toda la capacidad de desalación que tiene España, el trasvase es absolutamente innecesario”.
Se mostró “moderado” al reconocer que una industria entera no puede desaparecer “de la noche a la mañana”, pero insistió en que su Gobierno no cuestiona el consumo humano del Levante ni el de los turistas, solo el uso excesivo del agua trasvasada cuando puede sustituirse por técnicas más sostenibles.
La Transición, medio siglo después: “Celebrar lo que construyó España”
En la víspera del 50º aniversario de la muerte de Franco, García-Page dedicó parte de su intervención a defender la necesidad de celebrar la Transición, no como un ritual nostálgico, sino como un recordatorio de que España fue capaz de construir un proyecto común desde un clima de miedo, inseguridad e ilusión. “Hubo pacto, hubo acuerdo. Ahí nació la idea moderna de España”, afirmó.
Reconoció que, aunque se puede conmemorar la muerte del dictador, “murió en la cama”, sin que nadie lo derrocara, y que el mérito histórico reside en el proceso democrático posterior. Castilla-La Mancha, anunció, organizará una celebración importante de la Transición.
No obstante, consideró que España llega a la efeméride en un clima muy distinto: “Hoy estamos en las peores condiciones para conmemorarla. Cuando un país se mira a sí mismo y no se reconoce, tiene una crisis de identidad”.
Pidió “recuperar la normalidad” y “prescindir de los que generan frentismo”, porque la política “no puede convertirse en un fin en sí mismo”.
La Corona y el papel de Juan Carlos I: “Un rey antológico para España”
En su repaso histórico, García-Page dedicó una valoración particularmente extensa a la figura del rey Juan Carlos I. Según dijo, su papel en la Transición fue de “dimensión de Estado”, hasta el punto de constituir “un rey antológico para la historia de España”.
Recordó que, incluso mientras el dictador dudaba, Juan Carlos tenía claro que el camino era la democracia.
Describió su carácter como “osado”, una virtud que le generó problemas personales pero que también “fue clave para descolgar un teléfono y llamar a Carrillo en momentos de enorme tensión”.
Contrastó este perfil con el del actual monarca: “Cuando se necesitaba prisa, estaba Juan Carlos. Hoy que se necesita paciencia, está Felipe. Los papeles no han ido mal”.
El futuro del PSOE: “Me imagino un PSOE distinto; el PSOE tiene que volver a ser el PSOE”
En un momento de especial sensibilidad interna, García-Page dedicó un amplio bloque a reflexionar sobre el futuro del PSOE. Preguntado cómo se imagina el partido dentro de cinco años, respondió sin rodeos: “Distinto. El PSOE tiene que volver a ser el PSOE”.
Negó ser una corriente organizada y aseguró no tener ambiciones internas: “No lo hago por votos, hablo de estrategias y principios”.
Desveló que, tras las pasadas elecciones, una figura del partido —“hoy en la cárcel”, añadió— le llamó para decirle que ya no tenía que discrepar. Su respuesta fue clara: “Estáis muy equivocados”.
Reivindicó un socialismo “perimetrado, con espacio propio” y con un proyecto que “no se vende al mejor postor”. Aseguró que mucha gente agradece que mantenga ese discurso y que su objetivo es defender el legado de la socialdemocracia que encarnó Felipe González.
Sobre la corriente crítica contra el sanchismo, de la que forman parte dirigentes como Jordi Sevilla, advirtió: “Si le dan a elegir a Sánchez, prefiere un modelo que siempre tenga una trinchera”.
Y señaló que hay dirigentes que “solo se sienten definidos si tienen un enemigo, aunque sea interno”.
El caso Koldo: “El informe de la UCO es horroroso”
Tras el foro, García-Page atendió a los medios y fue preguntado por la puesta en libertad del ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, acordada por el juez del Supremo. Consideró que es “lo lógico”, porque la prisión provisional debe ser “siempre una excepción” y aplicarse “lo menos posible”. A su juicio, la decisión del juez implica que ya tiene toda la documentación y pruebas necesarias.
Pero fue especialmente contundente con el último informe de la UCO conocido en el caso: “Es horroroso. Ojalá todo esto fuera una pesadilla”, afirmó.
Reconoció la profesionalidad de la Guardia Civil y dijo que el informe “da la apariencia de no ser el último”.
El presidente admitió que el elemento más doloroso es que todos los implicados formaban parte del “núcleo duro de confianza, íntima y personal, del presidente del Gobierno”.
Aunque recalcó que respeta la presunción de inocencia, afirmó que la situación es “muy dañina para la convivencia democrática, mala para la democracia y particularmente mala para los que militamos en el mismo partido”.
Sobre las responsabilidades de Pedro Sánchez, fue claro: “La responsabilidad política siempre existe y la fija la ciudadanía. La urna es definitiva”.
Recordó que antes de determinar si hubo fallos de vigilancia o negligencias debe aclararse judicialmente qué ocurrió, pero se mostró preocupado por que imputados puedan intentar señalar hacia arriba en la cadena de mando, “sea verdad o mentira”.
Negó que el PSOE pueda medir sus estándares por comparación con otros partidos: “No quiero que nos midamos por el listón de corrupción del PP. Aspiro a que mi partido sea infinitamente más limpio”.