Page celebra la "derrota" a la delegación de las competencias migratorias para Cataluña

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, atendiendo a los medios de comunicación este miércoles en Toledo
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado la derrota del acuerdo para transferir a Cataluña la gestión de la inmigración y ha advertido de que la legislatura está “en vía muerta”, al tiempo que ha tachado de “estrambótica” la decisión de juzgar a Begoña Gómez mediante jurado popular, algo que puede interpretarse como un “juicio político” más que legal.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado con contundencia el rechazo del Congreso a la propuesta de PSOE y Junts para delegar en Cataluña la gestión de la inmigración. Al mismo tiempo, ha calificado de “estrambótica” la decisión del juez Juan Carlos Peinado de plantear que Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, sea juzgada por un jurado popular en caso de apertura de juicio oral, advirtiendo de que ello puede interpretarse como un “juicio político” más que legal.

Las declaraciones del dirigente autonómico se produjeron este martes en Toledo, con motivo de su intervención en la II Cumbre de Comunidades Energéticas UNEF y en la inauguración del Congreso Internacional de Negocios y Comercio Exterior Foro Exporta. Allí abordó los principales temas de actualidad política, desde la legislatura en curso hasta la situación europea, el debate presupuestario y la polémica judicial que afecta al entorno del presidente Pedro Sánchez.

“Lo mejor que se puede celebrar en política es una derrota”

García-Page afirmó que la derrota parlamentaria de la proposición de ley impulsada por socialistas y Junts constituye un motivo de satisfacción. “Hay días que lo mejor que se puede celebrar en la política española es una derrota. Yo celebro la de ayer particularmente”, sostuvo, en referencia al rechazo en el Pleno del Congreso de un proyecto que, de haber prosperado, “avergonzaría al mundo progresista” y supondría “un grave retroceso en el concepto de soberanía nacional”.

El presidente castellanomanchego consideró que la votación del Congreso ha desvelado una “gran mentira” en torno al denominado bloque progresista. Según su análisis, “nunca ha sido ni bloque ni progresista”, ya que en él se incluyen formaciones “claramente conservadoras, nacionalistas o incluso de extrema derecha como Junts per Catalunya”.

Críticas al bloque progresista y a la deriva de la legislatura

El dirigente socialista profundizó en su diagnóstico sobre el estado de la legislatura, que en su opinión avanza sin rumbo. “Normalmente, cuando no hay principios o cuando los principios son malos, los finales son peores”, reflexionó.

Para García-Page, gobernar no consiste en “ocupar las instituciones” sino en cumplir con los compromisos electorales. “Gobernar es sacar adelante lo que has prometido a la gente. Pero si se reduce a permanecer en el poder, puede durar lo que dicen las leyes, hasta que acabe el periodo de cuatro años”, señaló.

A su juicio, la legislatura “no está automáticamente acabada, pero sí en vía muerta”. Argumentó que la principal justificación que escucha en las últimas semanas para no convocar elecciones es el temor a que “ganen la derecha y la extrema derecha”, algo que interpreta como “un reconocimiento explícito de que la mayoría del pueblo español está en otra dirección”.

Con un símil náutico, advirtió de los riesgos de sostener una legislatura en estas condiciones: “Se puede manejar un barco contra todas las corrientes, pero eso solo se arregla cuando desaparecen las corrientes; si no, puede acabar mal”.

Presupuestos Generales del Estado: “no más peajes”

Otro de los asuntos abordados fue la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. García-Page se mostró escéptico sobre su aprobación y receloso de los posibles acuerdos con Junts. “Si el precio de sacar unos presupuestos son los peajes de Junts, esa cuenta sale poco rentable”, sentenció.

Recalcó que el debate presupuestario es “inexistente”, después de que el propio presidente Pedro Sánchez restara importancia a la aprobación de las cuentas públicas. “Cuando el presidente del Gobierno dice que aunque no se apruebe el presupuesto seguirá gobernando, lo que está diciendo a sus socios es que le da igual que le apoyen o no”, interpretó.

Frente a esta situación, García-Page subrayó que lo prioritario es evitar nuevas concesiones: “A estas alturas, lo único que me importa es que no se ceda a más peajes. Eso no lo digo yo, lo dijo una vicepresidenta del Gobierno de España”, apuntó, en referencia a las advertencias de Yolanda Díaz sobre la necesidad de no “vender a España”.

Europa, populismo y universidad: una reflexión más amplia

El presidente autonómico también situó el debate en clave europea, aludiendo a la inestabilidad internacional. Aseguró que la Comisión Europea “no sabe si la presión le viene de Estados Unidos o de China”, y describió un contexto donde “los dos grandes bloques se han roto” y proliferan los “extremistas y populistas”, con consecuencias negativas para los proyectos comunes.

En su opinión, tanto España como la Unión Europea deben apostar por reforzar las instituciones democráticas. “El mayor interés general hoy sería acabar con el populismo y la demagogia barata que nos dividen e impiden tomar buenas decisiones de futuro. Los problemas de Europa solo se arreglan con más Europa; los de España, con más democracia”, defendió.

También hizo referencia al papel de la universidad como motor de cohesión y autoestima en Castilla-La Mancha. Recordó el salto cualitativo experimentado en apenas dos generaciones, desde el analfabetismo a la alta cualificación, y destacó que el talento formado en las universidades españolas “se rifan en el extranjero”, aunque insistió en la necesidad de retenerlo en el país.

Caso Begoña Gómez: “más político que legal”

Sobre la decisión del juez Juan Carlos Peinado de que Begoña Gómez pueda ser juzgada por un jurado popular en caso de apertura de juicio oral por presunta malversación, García-Page no ocultó su sorpresa. “A mí me resulta estrambótico muchas de las cosas que están pasando. Respeto la labor judicial, pero creo que este supuesto no se ajusta a lo que sería un juicio de jurado popular”, explicó.

A su juicio, el planteamiento judicial puede llevar a que “muchísima gente piense que se está buscando un juicio más político que legal”. Insistió en que no cree que prospere la iniciativa, ya que “cuando la persona a la que se quiere enjuiciar tiene alta relevancia política, es inevitable que haya una mezcla de juicio político, y eso no es saludable”.

Aunque cuestionó la idoneidad de la medida, se cuidó de no acusar a los jueces de parcialidad. “Decir que un juez hace política equivale a acusarle de prevaricación, y yo no voy a caer en eso. Presumo que los jueces y el sistema judicial en su conjunto son solventes en España”, remarcó.

El presidente regional criticó que las descalificaciones hacia los jueces solo se produzcan cuando los investigados son políticos. “No veo a ministros ni líderes de la oposición atacar a los jueces cuando se juzga a un fontanero o a un periodista. Es dramático que solo se cuestione a la Justicia cuando los encausados son ellos”, advirtió.