Page alerta de crisis de credibilidad en el PSOE y pide que manden los votantes ya
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha lanzado una de sus advertencias más contundentes sobre la situación interna del PSOE, al asegurar que el partido atraviesa una “clarísima crisis de credibilidad” y que su futuro solo podrá recomponerse si vuelve a ser “patrimonio del país” y, sobre todo, de la gente que deposita su confianza en él, por encima de sus líderes.
Así lo afirma en una extensa entrevista en La Razón, en la que el dirigente socialista —único presidente autonómico con mayoría absoluta— analiza sin rodeos el momento político del PSOE, el impacto de los casos de corrupción, el deterioro electoral en comunidades como Extremadura y el desgaste provocado, a su juicio, por la política nacional.
Desde su despacho del Palacio de Fuensalida, García-Page reconoce una preocupación creciente entre militantes, votantes y exvotantes socialistas por el futuro del partido una vez concluya la actual etapa. “La mayoría ya ha pasado la página del presente y está asustada por cómo va a quedar el PSOE después”, sostiene, alertando incluso del riesgo de una “cuarentena” política si no se recupera la confianza mayoritaria.
El castigo electoral y la política nacional
El presidente castellanomanchego vincula de forma directa el deterioro electoral en Extremadura a decisiones adoptadas desde Madrid. A su juicio, en las últimas elecciones autonómicas se produjo una “simbiosis absoluta” entre lo nacional y lo territorial, “con nombres y apellidos”, que explica el castigo recibido por el partido. “La mayor parte del castigo tiene que ver con la política nacional”, subraya, en línea con el teletipo difundido este domingo.
En ese contexto, insiste en que los partidos con vocación mayoritaria deben dejar que sea la sociedad la que marque el rumbo. “Los verdaderos destinos de un partido los marcan los votantes, más que los dirigentes y más que los propios militantes”, afirma, advirtiendo del riesgo de que una minoría interna imponga decisiones alejadas del sentir ciudadano.
Corrupción, palabra y credibilidad
García-Page sitúa la pérdida de credibilidad del PSOE no solo en la corrupción, sino también en comportamientos que, a su juicio, erosionan profundamente la confianza ciudadana. “La corrupción mina la credibilidad, pero también la minan los incumplimientos de palabra, los cambios de guion y hacer lo contrario de lo prometido en una campaña electoral”, señala.
En referencia a los últimos escándalos, recuerda que aunque sean “unos pocos”, su posición en el núcleo de poder del partido termina “manchando” al conjunto de la organización. Aun así, descarta que el daño sea irreversible, aunque admite que la recuperación será costosa.
Sobre la financiación del partido, asegura estar convencido de que no ha existido financiación irregular, pero rechaza que esa sea la única línea roja. “Es igual de grave que quienes dan la cara en nombre del partido resulten ser unos golfos. No se puede consentir toda la corrupción siempre que no afecte a la financiación”, afirma.
Moralidad y acoso
Preguntado por los presuntos casos de acoso sexual protagonizados por altos cargos, el presidente autonómico se muestra tajante. Defiende que la inmensa mayoría de las personas que ve en el PSOE “no tiene esas tentaciones”, pero sitúa el problema en la falta de moralidad. “La moralidad no se puede asumir por partes”, advierte, antes de dejar una de las reflexiones más duras de la entrevista: “Desconfiaría mucho de quien predica mucha moralidad con el bolsillo y no la tiene con la bragueta. La experiencia demuestra que quien es amoral para pactar o con las amistades puede terminar siéndolo también con la bragueta”.
A su juicio, cuando alguien está dispuesto a “hacer cualquier cosa por tener el poder”, lo que realmente busca es “el poder para hacer cualquier cosa”.
Militancia, liderazgo y futuro
García-Page cuestiona que el apoyo de la militancia pueda utilizarse como salvoconducto moral. “Que te vote la gente no te hace más limpio. Ni perder unas elecciones te hace más corrupto”, afirma, rechazando que las primarias o la falta de alternativas internas justifiquen determinadas conductas.
Sobre el futuro liderazgo del PSOE, se muestra escéptico ante las transiciones dirigidas desde el poder y descarta ejercer de “monarca” designando sucesores, tanto a nivel nacional como en Castilla-La Mancha. Defiende, además, que el partido está preparado para que una mujer pueda liderarlo si así lo decide y se presenta.
Pacto territorial y visión de Estado
Más allá de la coyuntura interna, el presidente regional plantea la necesidad de grandes acuerdos de Estado, especialmente en materia de armonización autonómica. Propone una estrategia común a largo plazo para evitar desigualdades y reprocha que el Estado se haya “desentendido” de competencias transferidas. “España debería tener un consejo de armonización permanente”, sostiene, convencido de que la igualdad es la mejor garantía de la diversidad territorial.
Respecto al debate territorial, reivindica el consenso constitucional de 1978 y rechaza reabrir debates identitarios que, en su opinión, solo buscan “romper el país” y generar privilegios.
Defensa de su gestión autonómica
Ante las críticas por su proyección nacional, García-Page defiende que alzar la voz en Madrid forma parte de la defensa de los intereses de los ciudadanos de su región. Recuerda que el 90 por ciento del presupuesto autonómico se destina a sanidad, educación y bienestar social, y subraya que Castilla-La Mancha “no quiere más que los demás, pero no consiente menos”.
Sobre su continuidad política, evita fijar plazos y deja la decisión en manos del partido y de una reflexión personal junto a su familia.