Iñaki Urdangarin deberá ingresar en prisión en un plazo de cinco días tras ser condenado

El marido de la infanta Cristina tiene derecho a pedir el indulto, lo que no supone necesariamente esquivar la entrada en la cárcel

El ex duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a su llegada a la Audiencia Provincial de Palma para recibir la orden de ingreso en prisión tras su condena por el caso Nóos
photo_camera El ex duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a su llegada a la Audiencia Provincial de Palma para recibir la orden de ingreso en prisión tras su condena por el caso Nóos

Por primera vez en la historia moderna de España, un pariente directo del Rey entrará en prisión: Iñaki Urdangarin tiene hasta el próximo lunes para ir a la cárcel condenado a casi seis años de reclusión por varios delitos de corrupción en el caso Nóos.

La denuncia de favoritismo hacia el marido de la infanta Cristina de 2006, convertida luego en instrucción judicial como pieza 25 el caso Palma Arena y finalmente en el juicio más mediático celebrado nunca en el país, ha sido confirmada por una doble sentencia condenatoria de la Audiencia de Palma y del Tribunal Supremo.

El tribunal provincial ha comunicado este miércoles a Urdangarin, en un trámite de apenas 12 minutos, que tiene cinco días para presentarse en la cárcel que elija e iniciar el cumplimiento de una pena que pone fin a un proceso de doce años en el que el reo ha pasado de ser yerno a cuñado de Rey.

Hasta el lunes, el marido de la infanta Cristina, residente en Suiza, tendrá libertad de movimientos.

Urdangarin se ha tenido que desplazar a Palma para recibir esta notificación judicial precisamente el día del 53 cumpleaños de la infanta, a quien el próximo ingreso en prisión de su marido podría aconsejar un nuevo traslado de residencia con sus hijos después de casi cinco años en Ginebra como coordinadora de programas de la Fundación La Caixa con agencias de la ONU,

Este miércoles, cuando ha comparecido ante la Audiencia de Palma, además de un centenar de periodistas, le esperaba una veintena de ciudadanos que le han recibido a gritos de "Los borbones a los tiburones", "Iñaki Urdangarin, devuelve el botín" y "Urdangarin, trabaja, devuélvenos la pasta".

En su quinto periplo judicial a Palma, -después de las dos veces que viajó para declarar como imputado, las sesiones del juicio en 2016 y la vista tras ser condenado en la que no se le aplicaron medidas cautelares-, Urdangarin ha salido esta mañana de la Audiencia con un papel en la mano que determina su encarcelamiento.

El Tribunal Supremo ratificó este martes la condena inicial de la Audiencia por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, pero le absolvió de falsedad en documento público, con lo que rebajó en cinco meses la pena de privación de libertad, que será en total de 5 años y 10 meses.

Penará por haber usado el "trampolín de su privilegiada posición" para lograr el "sometimiento" del expresidente balear Jaume Matas a sus intereses y que le contratara excluyendo toda concurrencia posible.

Tras la orden de ir a prisión, además del recurso de amparo ante el Constitucional, que difícilmente paralizaría el ingreso en la cárcel, a Urdangarin le cabe la posibilidad de solicitar el indulto al Gobierno. Mientras tanto, deberá ir a la cárcel en cuestión de 5 días.

Urdangarin vuelve a compartir destino el socio con quien fundó el Instituto Nóos, Diego Torres, condenado a 5 años y 8 meses de cárcel y que también ha recibido hoy el mandamiento de ingresar entre rejas antes del lunes.

El tercer condenado a pena de prisión por el caso Nóos ya la está cumpliendo. El expresidente del Govern, Jaume Matas, ha evitado comparecer de nuevo ante la Audiencia y ha ingresado en torno a la una de esta tarde de forma voluntaria en la cárcel de Aranjuez (Madrid), según han informado a Efe fuentes penitenciarias. Está condenado a tres años y ocho meses de cárcel.

El exfiscal Pedro Horrach, que llevó la instrucción del caso Nóos de principio a fin, ha declarado hoy a Efe que las condenas en firme son para él "una satisfacción y un alivio".

"Han pasado ocho años de proceso y una vez finalizado uno lo primero que siente es alivio, luego lee y relee la sentencia y la verdad es que en global es positiva. Los argumentos son sólidos, consistentes y creo que ya difícilmente atacables desde cualquier punto de vista", ha añadido Horrach, quien sobre la posibilidad de recurso ante el Constitucional ha dicho que ve "difícil que pueda prosperar". 

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