Iglesias aguanta la fuga diciendo que Sánchez pactará una 'coalición blanda' con la derecha

Los morados han pedido el voto a los socialistas desencantados, señalando que sólo con ellos el Gobierno será de izquierdas
Iglesias aguanta la fuga diciendo que Sánchez pactará una 'coalición blanda' con la derecha
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Podemos llega a la jornada de reflexión manteniendo el tipo en las encuestas --que le dan una leve caída-- y después de haber fiado la fase final de esta campaña exprés a pedir el voto de los socialistas desencantados con Sánchez, al que acusa de buscar un acuerdo de investidura con el PP que les permita aplicar las mismas recetas que en la anterior crisis ante una recesión.

Si bien en la precampaña pusieron el acento en que los poderes oligárquicos buscaban con la repetición electoral la restauración del bipartidismo en España, los de Pablo Iglesias han ido más allá en estos ocho días y apuntan que detrás de la "mano dura" del PSOE con Cataluña hay una clara intención de contentar a los de Casado para buscar una "coalición blanda" tras el 10N.

De hecho, en cada mitin y entrevista el líder morado ha reiterado que Pedro Sánchez utiliza el conflicto catalán "como excusa" para seducir al PP y poder aplicar cuando llegue la crisis económica medidas que satisfagan a los poderes económicos europeos y que irían en la línea de realizar recortes en los servicios públicos.

Frente a esa vía, Iglesias se erige como el defensor de lo común, y advierte de que sólo si ellos forman parte de un Gobierno de coalición éste podrá considerarse de izquierdas. Así, insisten en que sin ellos, Pedro Sánchez mirará a la derecha, por lo que su presencia en el Consejo de Ministros es clave para poder acometer algunas de sus propuestas, como la creación de una empresa pública de energía que abarate el precio de la electricidad, o que los bancos devuelvan el rescate de 60.000 millones de euros.

El punto de inflexión de la campaña estuvo para Unidas Podemos en el debate electoral, del que, según algunas encuestas, Iglesias salió reforzado, y que posteriormente ha usado en cada mitin para atacar abiertamente al candidato socialista. Le recrimina haber prometido traer a Madrid a Puigdemont y haber pedido a PP que le levantara el cordón sanitario. Incluso en un mitin en Bilbao, Iglesias ha llegado a parodiar al presidente en funciones.

IRENE MONTERO COBRA PROTAGONISMO

Del debate también surgió otra de las consignas de Iglesias para sus mítines, y es que a la extrema derecha de Vox no se le combate con eslóganes como hace el PSOE sino con medidas sociales que eviten que se enfrente "el penúltimo con el último". Para el líder morado, un Gobierno socialista sin Podemos que aplique medidas de derechas es el caldo de cultivo perfecto para que crezca la extrema derecha.

A pesar de que la campaña ha sido reducida por tratarse de una repetición electoral, el protagonismo en la misma ha recaído casi a partes iguales en la 'número dos' del partido, Irene Montero, y en el secretario general. De hecho, la portavoz parlamentaria fue la que dio el pistoletazo de salida a la campaña con la ya simbólica pegada de carteles --Iglesias participaba esa noche en El Hormiguero--, y luego ha llevado el peso de otros tres actos principales en Madrid, Barcelona y Pamplona.

La propia Montero fue quien introdujo una de las ideas 'fuerza' de Podemos para la recta final de campaña, y es que los ciudadanos que votaron socialista en las últimas generales, deben sopesar decantarse por Unidas Podemos dado el giro a la derecha de Sánchez.

LA INCÓGNITA ERREJÓN, DESPEJADA

Además, mitin a mitin los dirigentes morados han recalcado la importancia de "perseverar" en el voto el 10 de noviembre, argumentando que como ocurrió con la moción de censura, las cosas importantes nunca salen a la primera. Confían en que si están fuertes, aunque Sánchez no quiera, lograrán entrar en un Gobierno de coalición progresista.

Otra de las grandes incógnitas de esta nueva campaña era cómo influiría la decisión de Íñigo Errejón, cofundador de Podemos, de concurrir a las generales bajo el paraguas de Más País. Los morados despejaron rápido su posición sobre el nuevo actor político señalando que tarde o temprano llegaría el salto a la política nacional de Errejón, y señalando que en caso de que sumen con Más País tras el 10N, no tendrían problema en acordar con él para hacer un Gobierno de coalición.

Después de que los de Errejón lograran el apoyo de partidos como Equo, Compromís o la Chunta, y de que se dieran fugas desde los morados a la nueva formación, como la dirección de Murcia, tras unas primeras encuestas internas que les llegaron a pronosticar hasta 16 escaños, Más País perdió fuelle y durante la campaña han sido obviados por los de Iglesias.

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