Hace 40 años los pactos de la izquierda controlaron los grandes ayuntamientos

Aunque UCD se situó como la primera fuerza con 5 millones de votos y el 30 por ciento de los sufragios, el PSOE se quedó sólo a dos puntos y la alianza con otras formaciones de izquierda les dio varias alcaldías

Hace 40 años los pactos de la izquierda controlaron los grandes ayuntamientos
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Las primeras elecciones municipales de la democracia, el 3 de abril de 1979, tuvieron a UCD como fuerza ganadora, sin embargo y pese al triunfo del partido de Adolfo Suárez, que un mes antes había ganado las generales, los pactos dieron a la izquierda las alcaldías de las grandes ciudades.

Aunque UCD se situó como la primera fuerza con 5 millones de votos y el 30 por ciento de los sufragios, el PSOE se quedó sólo a dos puntos y la alianza con otras formaciones de izquierda les dio las alcaldías de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Palma de Mallorca.

De las 50 capitales de provincia, el PSOE obtuvo 23 alcaldías; UCD, 20; el PNV, 3; el Partido Socialista de Andalucía (PSA), 2 y Unidade Galega y Unión del Pueblo Canario (UPC), una en cada caso.

En Madrid, el partido más votado fue UCD pero una alianza entre PSOE y PCE dio la alcaldía al socialista Enrique Tierno Galván, que fue el primer alcalde democrático desde la Transición en la capital.

Regidor de gran carisma, fue reelegido por mayoría absoluta en 1983, tres años más tarde fallecía y el pueblo de Madrid le despedía con una multitudinaria manifestación.

En Cataluña, el PSC-PSOE se hizo con las alcaldías de las cuatro capitales de provincias: Barcelona, para Narcís Serra; Gerona, Joaquim Nadal; Lérida, Antoni Siurana y Tarragona, Josep María Recasens.

En 1979, en Andalucía, la izquierda gobernó en todas las capitales de provincia: el PSOE, en Almería, Cádiz, Huelva, Jaén y Málaga; el PSA, Sevilla y Granada y el PCE, en Córdoba, con Julio Anguita de alcalde.

En abril de 1979, todavía no se había hecho el reparto autonómico actual por lo que no existía Castilla y León sino Castilla la Vieja que comprendía las provincias de Ávila, Burgos, Logroño Palencia, Santander, Segovia, Soria y Valladolid. En todas estas capitales (salvo Valladolid) UCD fue la primera fuerza.

Tampoco Madrid era comunidad autónoma si no que pertenecía a Castilla la Nueva y la Región Leonesa incluía Salamanca, con alcalde del PSOE; y León y Zamora, con regidores en ambas ciudades de UCD.

La Coruña (hoy el nombre oficial es A Coruña) colocó en la alcaldía a un representante de Unidade Galega. Aquí, al igual que en Madrid, UCD ganó en votos pero un pacto de izquierdas dio el bastón de mando a Domingo Merino (UG).

Los nacionalistas también vencieron en el País Vasco. El PNV en alianza con el PSOE se hizo con los ayuntamientos de San Sebastián y Bilbao y con Vitoria, pactando con UCD.

También los nacionalistas de Unión del Pueblo Canario (UPC) conquistaron la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria y Pamplona nombró un alcalde socialista, Julián Balduz, fruto de un pacto a tres bandas, entre PSOE, HB y PNV.

Al igual que ocurre con la convocatoria de este 26 de mayo, las elecciones municipales del 3 de abril de 1979 se celebraron un mes después de las generales (1 de marzo), que supusieron una clara victoria para UCD que obtuvo 6,2 millones de votos y 168 diputados.

Entonces, el PSOE fue la segunda fuerza con 5,4 millones de votos y 121 diputados y el PCE la tercera, 1,9 millones de sufragios y 23 escaños.

Cuando se celebraron las municipales, un mes más tarde, las tres fuerzas ganadoras repitieron el mismo orden si bien UCD sumó 5 millones de votos (un millón menos que en las generales) que se tradujeron en 28.960 concejales y el PSOE también restó 800.000 votos frente a los logrados un mes antes y se hizo con 12.059 concejales.

En aquella época, otros ganadores fueron las Agrupaciones Electorales Independientes que recabaron 1,6 millones de votos y 14.684 concejales y el PCE que subió a 2,1 millones de votos y 3.727 ediles.

Las elecciones municipales de 1979 supusieron la llegada de la democracia a los ayuntamientos, controlados hasta entonces por los herederos del régimen franquista, pero también la entrada casi simbólica de las mujeres como candidatas.

De los 8.432 alcaldes que se eligieron en esa ocasión, sólo hubo 104 alcaldesas, apenas 1,2 por ciento.

Ni una sola alcaldesa en las provincias de A Coruña, Lugo, Pontevedra, Asturias y Soria.

Mientras en las provincias de Cádiz, Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Teruel, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Palencia, Tarragona, Madrid, Alicante, Castellón, Baleares, La Rioja, Vizcaya, Guipúzcoa y Murcia, sólo contaban con un municipio gobernado por una mujer, en cada una de ellas.

Y en esas corporaciones, con un 99 por ciento de varones al frente, dominaban los alcaldes con estudios primarios, dedicados a la agricultura, la ganadería y al sector servicios.

Pocos universitarios y un porcentaje reducido de empresarios. Eso sí, los primeros regidores de la democracia eran más jóvenes que los actuales, un 27 por ciento tenía entre 30 y 40 años y un 10 por ciento rondaba la veintena.

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