Juanma Moreno protege su marca y aleja los líos del PP en su año clave

Si a alguien podría perjudicar este tipo de disputas tan sonadas, además de a los protagonistas, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, es a quien tiene a las puertas una convocatoria electoral de la que todavía no se conoce fecha, aunque en vistas de los acontecimientos todos los focos apuntan ya al final de legislatura en otoño
En la imagen de archivo Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y Juanma Moreno
photo_camera En la imagen de archivo Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y Juanma Moreno

Los más de 500 kilómetros que separan Madrid del Palacio de San Telmo de Sevilla, sede de la Presidencia de Juanma Moreno, representan en lo geográfico la distancia que el jefe del Ejecutivo andaluz ha decidido marcar con las guerras internas de su partido en un año clave para él por las elecciones.

Si a alguien podría perjudicar este tipo de disputas tan sonadas, además de a los protagonistas, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, es a quien tiene a las puertas una convocatoria electoral de la que todavía no se conoce fecha, aunque en vistas de los acontecimientos todos los focos apuntan ya al final de legislatura en otoño.

Moreno, con todos los sondeos a su favor, ve cómo la "marca PP" se deteriora a pasos agigantados por las luchas de poder en Madrid, con acusaciones cruzadas y sospechas de corrupción, algo que en Andalucía siempre ha sido el principal ariete del PP contra el PSOE.

Las distancias las está marcando el propio Moreno, ya lo hizo tras la ajustada victoria del PP en Castilla y León y se intensifica ahora: Se centra en Andalucía y se olvida de todo lo que ocurra de Despeñaperros hacia arriba, sobre todo a nivel de su partido.

El presidente andaluz intenta abstraerse de lo que en un principio llamó "ruido", pero que después ha pasado a catalogar como un "conflicto", eso sí, enmarcándolo en la normalidad de cualquier sociedad, organización y cómo no, partido político

En Andalucía, Juanma Moreno protege su propia marca, se apuesta por un perfil personalista del presidente, que lleva tres años gobernando con Cs sin problemas, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras comunidades, y que mantiene siempre un tono de moderación y puertas abiertas al diálogo.

Esa ha sido su postura también en esta pelea, ha optado por la neutralidad y ha vuelto a dibujar su perfil de barón moderado pidiendo diálogo, unidad, sentido común y que "empaticen" unos con otros para alcanzar un acuerdo, algo que ahora parece tarea difícil.

El presidente ha decidido que no alimentará una polémica que, como una pelota de nieve, sólo puede aumentar y terminar haciendo más daño al partido, que se está dividiendo entre uno y otro bando.

Moreno, del ala de Soraya Sáenz de Santamaría, también ha tenido disputas con Pablo Casado en estos tres años, como ocurrió con el control de las estructuras provinciales, principalmente en la provincia de Sevilla, con una doble guerra, pública y soterrada.

Sin embargo, Moreno siempre ha expresado su lealtad a Pablo Casado como presidente del partido y defiende habitualmente su antigua y buena relación.

Su línea moderada tampoco se asemeja a la de Isabel Díaz Ayuso, aunque no han tenido encontronazo alguno.

El presidente de la Junta ya se vio inmerso en plena disputa de Ayuso y Casado hace unos meses, cuando su guerra interna protagonizó el congreso en el que él salió reelegido al frente del PP de Andalucía. Allí ya pidió, en vano, que se abandonaran "los enredos estériles" que no beneficiaban a nadie.

Ahora, ha vuelto a hacer otro llamamiento: "Unidad, unidad, unidad".

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