La militancia de Ciudadanos se debate en cómo afrontar la estrategia ideológica del partido en estos dos años que en teoría quedan para las generales, y mientras hay quienes apoyan la idea de la dirección de enfatizar el liberalismo, hay otros que apuestan por resistir en el centro para recuperar terreno.
Ha sido la ejecutiva la que ha puesto sobre la mesa este debate al considerar que se puede relanzar el proyecto naranja, bastante maltrecho por las últimas derrotas electorales y la fallida moción de Murcia, poniendo el foco en reivindicarse como una fuerza liberal europea más que de centro, como han estado haciendo durante este primer año de Inés Arrimadas.
Desde la dirección, sostienen que es mejor vincular a Cs con el liberalismo europeo para relanzar el proyecto porque la etiqueta de centro siempre va ligada al apellido de centro derecha o centro izquierda, según explican a Efe.
Será uno de los debates de la convención de julio, de la que saldrán nuevas propuestas para reflotar una marca devaluada por el cúmulo de desastres electorales, arrastrados desde las generales de noviembre de 2019, y errores garrafales como la moción de Murcia.
La dirección quiere abanderar también nuevas propuestas y plantea, entre otras cosas, hacer hincapié en las políticas verdes y en el municipalismo, que han tenido abandonado.
Aunque nadie sabe cómo acertar, hay afiliados que no son muy partidarios de girar más al liberalismo, explican a Efe, porque el centro es un espacio que existe y el liberalismo hay quien lo ve más ligado "al siglo XIX y a la derecha".
"Hay que ser progresista en políticas sociales y liberal en lo económico. Y eso es el centro", recalca alguno al subrayar que el liberalismo no se entiende bien y tampoco motiva mucho.
En eso coincide también otro militante consultado, que recuerda que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha ganado precisamente los comicios autonómicos apelando a la libertad y al liberalismo.
Cree que además se debería recuperar la tradición "socialdemócrata" que Albert Rivera suprimió en la Asamblea de 2017 porque con la propuesta de la dirección, Cs "se va a empotrar más en el PP", mientras que él ve claramente que "hay un espacio huérfano en la socialdemocracia".
Eso no quiere decir que haya que confraternizar con Pedro Sánchez -dice- sino atraer ese voto de izquierda moderada que no se siente representada por el PSOE que éste lidera.
En cualquier caso, cree que Arrimadas lleva un año "jugando a la lotería a ver si gana y ahora ha comprado el número de la lotería liberal a ver si sale".
La corriente crítica de Renovadores, que encaja en el espacio liberal, social y de centro que define a Cs, lo que quiere es que se convoque una Asamblea general extraordinaria porque consideran que es necesario dar la vuelta otra vez al partido una vez que Cs "ha perdido la confianza y la credibilidad de los electores" por la suma de errores de comunicación y liderazgo.
Apuestan por mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y ampliar la participación de la militancia, en definitiva, abordar "una profunda regeneración", sostienen al criticar a Arrimadas por continuar en el "inmovilismo" y no afrontar los cambios "imprescindibles" para la supervivencia de la formación naranja.
Para poder activar una Asamblea extraordinaria se necesita la firma de un tercio de los afiliados como reflejan los estatutos y precisamente, una de las quejas entre algunos sectores de la bases es que no tienen acceso el censo de militantes naranjas -el último censo facilitado por el partido, de 27.402 afiliados, es de febrero de 2020, pero se han producido muchas bajas en el último año-.
De hecho, para alguno de los asistentes al Consejo General del viernes fue sorprendente que la dirección no proporcionara estos datos.
