Los candidatos a presidir el PP han dejado aparcadas sus diferencias por un día y se han unido en torno al rechazo a cualquier medida por parte del Gobierno que suponga beneficios penitenciarios para los presos de ETA, como su acercamiento al País Vasco o un posible excarcelamiento.
Antes de que el propio Ejecutivo negara que vaya a excarcelar a estos presos y recalcara que los acercamientos se harán de forma individualizada y de acuerdo con la ley, María Dolores de Cospedal lanzaba una oferta a sus compañeros candidatos para oponerse a cualquier acción en este sentido.
Desde Valladolid, la secretaria general del PP propuso al resto de los aspirantes la firma de una "declaración conjunta de repulsa" contra la gestión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en relación con el acercamiento de presos etarras y su supuesta excarcelación.
Sáenz de Santamaría, que también se encontraba en Castilla y León, recogió el guante de Cospedal en Salamanca y planteó a su vez volver a firmar la declaración que el Gobierno de España hizo el 4 de mayo, cuando ETA "tuvo que admitir su derrota".
Según ha manifestado, cuando le "llame la gente de Cospedal", va a proponer volver a firmar la declaración que hizo el entonces presidente Mariano Rajoy y todo su Gobierno, que "emocionó a muchísimos españoles" y que considera que "reúne a todos".
Y es que, después de que este jueves Pablo Casado, el candidato y vicesecretario de Comunicación del partido, elevara el tono de la campaña al denunciar presiones de Cospedal y de Soraya Sáenz de Santamaría, hoy las aguas se han calmado un poco y los aspirantes se han centrado en el ataque al adversario común: Pedro Sánchez.
Casado ha acusado al presidente del Gobierno de legislar "para fracturar la sociedad" española y generar asimetrías y ha advertido, en un acto en Santa Cruz de Tenerife, de que no puede haber acercamiento de presos catalanes ni vascos "ni cesión al chantaje independentista".
Un Casado que ha eludido profundizar hoy en si hay "zancadillas" entre los candidatos, como proclamó ayer, y ha instado a volver a ser un partido con 11 millones de votos "y no depender de socios ni bisagras".
Por su parte, el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo se ha desmarcado de estos tres candidatos que "han pertenecido al sistema siempre" e incluso ha ofrecido pactos a las otras fuerzas políticas.
Así, parece que los principales candidatos han hecho caso a la llamada de atención del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, quien ha reclamado que "cuiden" al partido y no lo pongan en "entredicho", porque eso no es bueno y hay que mantenerse unidos.
La misma línea que también propuso el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso (COC) extraordinario del PP, Luis de Grandes, que ayer les pidió que no desprestigien al partido.
Este viernes la Comisión ha dado carpetazo a las distintas reclamaciones y escritos presentados por algunos candidatos, como Casado y José Ramón García-Hernández, para ampliar los plazos de inscripción de los militantes e incluso eliminar este requisito de inscribirse.
Y el propio De Grandes ha constatado la "neutralidad" de este órgano y la "igualdad" de trato a todos los precandidatos.
Por lo tanto, el proceso interno para elegir al nuevo líder del PP sigue según el calendario previsto, en el que hoy se ha dado a conocer el número de compromisarios que representarán a los militantes en el Congreso extraordinario.
Habrá un total de 3.184 compromisarios, que podrán votar en la segunda vuelta a su próximo presidente, de los que 2.612 serán elegidos por los afiliados el próximo día 5.
Las comunidades con más compromisarios electos son Andalucía, con un 18,2 por ciento, 475 representantes, y la Comunidad Valenciana, con 349 y el 13,4 por ciento.
Además, la COC ha aprobado las papeletas que se utilizaran tanto para la elección de los compromisarios como de los candidatos que afrontan el último fin de semana de campaña antes de tener que enfrentarse a la decisión de los militantes en las urnas.
