Castilla-La Mancha pedirá ejecutar las sentencias del trasvase en Navidad si no cambian las reglas

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha participado este viernes en la 16ª Asamblea Regional y Local Euromediterránea, (ARLEM) celebrada en Palermo (Italia)
García-Page advierte al Gobierno central desde Palermo que exigirá responsabilidades si antes de diciembre no se aplican las nuevas reglas de explotación del Tajo-Segura, y reclama en Europa una estrategia hídrica que garantice la sostenibilidad y la equidad entre territorios.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha lanzado un ultimátum al Gobierno central en relación con el trasvase Tajo-Segura, al advertir que acudirá a la ejecución de las sentencias si el Ministerio para la Transición Ecológica no aplica antes de Navidad las nuevas reglas de explotación acordadas. “Nos hemos dado de plazo precisamente de aquí a Navidades para intentar por las buenas y, si no, tendremos que acudir a la ejecución de sentencias, pero ya con exigencia de responsabilidades”, ha declarado este viernes desde Palermo (Italia), donde ha participado en la 16ª sesión plenaria de la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM).

El mensaje, directo y sin matices, marca una nueva fase en la posición del Ejecutivo autonómico, decidido a defender los intereses hídricos de la cuenca del Tajo y a presionar al Gobierno de España para que cumpla las resoluciones judiciales que obligan a actualizar las normas del trasvase. García-Page subrayó que, aunque existe diálogo con el Ministerio, Castilla-La Mancha no renunciará a su estrategia jurídica y técnica para garantizar el cumplimiento de las sentencias y el principio de sostenibilidad.

Un ultimátum con base técnica y jurídica

El presidente autonómico explicó que su intención es mantener en las próximas semanas una reunión con la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, con el fin de abordar el calendario de aplicación de las nuevas reglas. Sin embargo, advirtió que la Junta seguirá su propio camino si el Ministerio no avanza con la celeridad necesaria. “Me consta que están trabajando con los documentos técnicos, también que han solicitado al Levante español aportaciones, y espero que las puedan hacer desde el punto de vista técnico y científico, no político”, señaló.

García-Page recordó que Castilla-La Mancha ha presentado ya un informe técnico-científico “inapelable”, elaborado con criterios ambientales y de planificación hidrológica, que respalda la necesidad de modificar las actuales normas del trasvase. “Nosotros vamos a seguir nuestro camino. Si siguen mirando para otro lado o siguen ganándole tiempo al tiempo, ejerceremos acciones”, enfatizó.

El presidente lamentó que durante décadas la política del agua en España se haya basado en priorizar “el agua regalada” frente al agua desalada, multiplicando “por diez las expectativas de un recurso escasísimo como el del Tajo” y renunciando a aprovechar la red de desaladoras construida con fondos europeos. “Ha habido una determinación política clarísima”, denunció, recordando que “la mitad de las plantas de desalación en España están paradas pese a haber supuesto una inversión multimillonaria”.

La desalación, “único futuro” del Mediterráneo

Para el jefe del Ejecutivo regional, la desalación representa “el futuro, probablemente el único futuro para buena parte del Mediterráneo”, al ser la tecnología que permite garantizar un suministro estable y sostenible en un contexto de cambio climático. En su intervención en Palermo, insistió en que Europa ha asumido ya la consigna del uso razonable y proporcionado del agua, y que las políticas deben orientarse hacia la innovación tecnológica, la eficiencia y la protección ambiental.

“Hoy la tecnología más avanzada es la de la desalación. Simplemente con que España tuviera todas sus plantas en funcionamiento, tendríamos suficiente capacidad instalada como para no tener que depender de trasvases. ¿Por qué no se hace? Porque sigue siendo más fácil contar con un agua regalada”, lamentó.

García-Page subrayó que la defensa de la desalación no responde a un interés territorial, sino a una visión europea de justicia ambiental y solidaridad hídrica. En ese sentido, destacó el papel que Castilla-La Mancha desempeña como región promotora de políticas responsables en el uso de los recursos naturales: “El agua está cada día más presente en los debates europeos y nosotros lo incentivamos de forma permanente, porque en el ámbito de las relaciones mediterráneas el problema es común y la respuesta debe serlo también”.

“El agua no debe gestionarse a costa de los vecinos”

Durante su intervención ante los representantes de la ARLEM —una asamblea que reúne a gobiernos locales y regionales del arco mediterráneo para coordinar políticas comunes—, García-Page defendió un principio que considera esencial: “La gestión del agua no debe comportar nunca que esta se haga a costa de los territorios vecinos”.

A su juicio, hablar de “excedentes hídricos” es en gran medida una falacia, porque “es muy difícil encontrar que realmente existan”. El presidente alertó de que, en algunos casos, la sobredimensión del consumo agrícola ha llevado a situaciones insostenibles. “En España se están dando casos en los que la sobredimensión del gasto de agua para regadío ha comportado que las zonas de donde procedía el agua, a través de trasvases, no han permitido ni siquiera el consumo de población, teniendo que abastecer a pueblos con cisterna”, denunció.

Por ello, pidió establecer criterios comunes para compartir y gestionar el agua sin perjuicio de las regiones colindantes, apelando a un principio de equidad territorial. “El agua no conoce fronteras”, insistió, recordando que los Estados mediterráneos deben adoptar una visión compartida del recurso que evite conflictos entre cuencas.

Una estrategia hídrica europea

El presidente castellanomanchego propuso en Palermo una estrategia europea y mediterránea de gestión sostenible del agua, que incorpore criterios de justicia, eficiencia y resiliencia climática. Alertó de que el cambio climático y la falta de coordinación entre países están poniendo en riesgo el abastecimiento y la sostenibilidad ambiental, y que resulta urgente armonizar políticas para evitar tensiones derivadas de la escasez.

García-Page reclamó, además, que se priorice el abastecimiento humano sobre cualquier otro uso, recordando que el 90 % del consumo de agua se destina a la agricultura. “Es imprescindible garantizar primero el acceso al agua potable en todos los territorios europeos y mediterráneos”, apuntó, para luego exigir que todo el regadío se someta a estándares de eficiencia, como el riego por goteo. “Es un deber moral, además de una necesidad”, añadió.

El presidente regional propuso establecer un calendario común que marque una transición obligatoria hacia modelos de riego sostenible, y advirtió de que a partir de ese momento no deberían autorizarse nuevos regadíos si no se ajustan a condiciones de eficiencia. En su opinión, solo mediante una gobernanza coordinada y basada en la ciencia será posible garantizar el futuro de los ecosistemas mediterráneos.

Garantizar caudales ecológicos y respetar los principios naturales

García-Page también reclamó medidas para asegurar caudales ecológicos mínimos en los ríos, advirtiendo de que la sobreexplotación y el uso intensivo del recurso están contribuyendo a la contaminación del mar Mediterráneo. “No se puede tratar el agua como una simple red de cañerías”, expresó, defendiendo una concepción integral del ciclo hidrológico.

El mandatario recordó que, históricamente, la ubicación de pueblos y ciudades ha estado determinada por la disponibilidad de fuentes de agua, y que ignorar esa lógica natural conduce a desequilibrios estructurales. Por ello, pidió que las políticas de gestión del agua respeten los principios ecológicos que garantizan la sostenibilidad de los territorios.

Asimismo, alertó contra los discursos que niegan la crisis climática y ambiental, convencido de que “solo fomentan el egoísmo y dificultan la búsqueda de soluciones compartidas”. A su juicio, negar la evidencia del cambio climático equivale a obstaculizar las decisiones necesarias para asegurar el abastecimiento futuro y proteger los ecosistemas fluviales y costeros.

Frente común en defensa de la PAC

Además de su intervención sobre política hídrica, García-Page abordó en Palermo otro de los asuntos que considera prioritarios: la reforma de la Política Agraria Común (PAC). Explicó que Castilla-La Mancha está trabajando para consolidar un frente común en toda Europa del Sur y en la zona mediterránea en defensa de la cohesión territorial, la soberanía alimentaria y la sostenibilidad del campo.

El presidente regional consideró “inexplicable” la posición que mantiene la Comisión Europea, y recordó que el mensaje que salió de las urnas en las últimas elecciones europeas fue reforzar las estrategias en favor del campo, no debilitarlas. “Lo que está pasando en la Comisión Europea es, desde mi punto de vista, incomprensible, porque la defensa militar europea no justifica que nos quedemos indefensos en materia alimentaria”, subrayó.

Para García-Page, la nueva PAC debe garantizar un equilibrio entre la transición ecológica y la viabilidad económica del sector agrícola, “ponderando los ritmos de la sostenibilidad sin poner en riesgo la seguridad alimentaria de Europa”.

Castilla-La Mancha en el escenario mediterráneo

El presidente estuvo acompañado en Palermo por el vicepresidente segundo de la Junta, José Manuel Caballero, y por la directora general de Asuntos Europeos, Nazareth Rodrigo. Ambos participaron en los debates de la ARLEM sobre las perspectivas territoriales para la agenda estratégica euromediterránea y la resiliencia hídrica del Mediterráneo, un foro en el que Castilla-La Mancha tuvo un papel destacado.

García-Page subrayó que la participación de la comunidad autónoma en este tipo de foros internacionales contribuye a visibilizar la posición de las regiones interiores en los debates sobre sostenibilidad y agua, tradicionalmente dominados por los países costeros. “Castilla-La Mancha se ha convertido en un actor activo en la defensa del equilibrio hídrico europeo, con propuestas que miran al futuro”, afirmó.

El mandatario insistió en que su Gobierno mantendrá una línea de diálogo con el Ejecutivo central, pero no renunciará a exigir el cumplimiento de la ley. “Si las reglas del trasvase no cambian antes de diciembre, pediremos la ejecución de las sentencias y exigiremos responsabilidades”, reiteró. Con esa advertencia, García-Page sitúa el debate del agua en el centro de la agenda política, tanto en España como en Europa.