El macrobarómetro publicado este martes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha agitado el panorama político a dos días del inicio de la campaña electoral, no solo por los resultados que pronostica, y el alto porcentaje de indecisos, sino por los reproches que ha provocado de PP y Ciudadanos.
Los dos partidos han coincidido en criticar lo que consideran una "cocina" propia de la categoría de grandes chefs, que creen que ha hecho el presidente del CIS, José Félix Tezanos, al que los populares califican como un Ferran Adrià de los fogones demoscópicos.
Ciudadanos ha reclamado directamente que Tezanos "se vaya a casa" con esa "deliberada manipulación", que presenta una difícil perspectiva para una derecha que no sumaría para formar Gobierno tras las elecciones del 28 de abril, si se confirman las previsiones que muestra la macroencuesta.
El CIS plantea un panorama positivo para el PSOE, que sería la fuerza más votada con hasta 138 escaños y podría formar Gobierno con Ciudadanos o con Unidas Podemos y sus confluencias sin necesidad de pedir el apoyo de los nacionalistas.
Pero la clave del escenario de precampaña es que "está todo muy abierto porque hay muchísima gente que no ha decidido aún su voto", tal y como ha apuntado hoy la número uno del PSC por Barcelona en las elecciones generales del 28 de abril, la ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet.
Por eso, Batet ha advertido de que aún es "real" la posibilidad de configurar un Gobierno entre PP, Ciudadanos y Vox, y ha pedido un "un apoyo muy mayoritario y sólido" para garantizar un nuevo Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez.
El candidato de Unidas Podemos a la Presidencia, Pablo Iglesias, también ha considerado que estamos ante la campaña más determinante de la historia, con un 41,6 % de electores que no ha decidido el voto, y un "grado de imprevisibilidad sin precedentes".
Así, como cree que todos los escenarios están "abiertos" ha pedido ser "muy prudente" con las encuestas, tras mostrar el CIS que su partido podría perder la mitad de diputados y quedar en solo 28, frente a los 67 que tiene ahora, junto a En Comú Podem y En Marea.
Iglesias y la portavoz en el Congreso, Irene Montero, han ideado una campaña electoral de perfil bajo -con 13 actos confirmados por el momento- que estará centrada en Madrid, Euskadi y la Comunidad Valenciana, según los actos de la caravana electoral.
Para el líder del PP, Pablo Casado, el CIS demuestra que su partido es la única alternativa a un Gobierno socialista, así que ha vuelto a apelar al voto útil, este martes en un acto en Mahón, pero esta vez para advertir de que EH Bildu puede ser el beneficiario de la división del centro derecha en las provincias vascas.
Por su parte, Sánchez centrará su campaña electoral en Cataluña y la Comunidad Valenciana, los territorios que más visitará en busca sobre todo del voto urbano y de la bolsa de indecisos que pueden ser determinantes para el resultado del 28A.
Mientras, Casado ha reiterado su ataque frontal al Gobierno porque asegura que Sánchez contará con el apoyo de los "terroristas", ha dicho, de la formación abertzale para repetir en La Moncloa aunque ha bajado un poco el tono exaltado de su intervención de ayer en Barcelona, que ha recibido reproches de propios y extraños.
El candidato del PP al Congreso por Gipuzkoa, Iñigo Arcauz, ha recordado que populares y socialistas han compartido lágrimas por el terror de ETA y ha reconocido que quizás las palabras de Casado -que dijo que Sánchez prefiere manos manchadas de sangre que manos blancas- pudieron ser un "poco desafortunadas".
