Municipios Ribereños alertan de que el trasvase "encarece la energía" a toda España

Imagen del canal del trasvase Tajo-Segura - Fotografía: Greenpeace/Pablo Blazquez
photo_camera Imagen del canal del trasvase Tajo-Segura - Fotografía: Greenpeace/Pablo Blazquez

La Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía ha alertado de que el trasvase Tajo-Segura "encarece el precio de la electricidad en España". "Basta ya de engaños, estamos subvencionando el beneficio de unos pocos con el dinero de todos los españoles, que ahora vemos como la luz sube cada vez más y más aduciendo a la sequía, cuando nuestros embalses están preparados para soportar hasta cinco años con escasez de lluvias", claman los ribereños.

El motivo para que suba tanto el precio de la luz en España reside en la sequía, explican los expertos, a lo que los ribereños añaden que "los embalses están bajos y hay poco viento, lo que ha provocado menor producción de energía hidroeléctrica y eólica, que son más baratas".

Sin embargo, los embalses de Entrepeñas y Buendía son de gestión plurianual, "deberían aguantar un periodo de sequía de hasta cinco años si no fuera por la detracción artificial y codiciosa del trasvase", señalan en un comunicado.

El trasvase, según afirman, "detrae el agua desde Bolarque y quita la posibilidad de poder turbinar el agua a diecinueve saltos de agua con explotación hidroeléctrica del curso natural del río", perdiendo la posibilidad "la producir energía diecinueve veces, lo que encarece el precio de la electricidad".

Concretamente, según calculan los ribereños, "por cada metro cúbico detraído en Bolarque se dejan de producir del orden de entre 0,8 y un kWh"k, y añaden que "desde abril de 2011 se ha trasvasado la indecente cantidad de 2.170 hectómetros cúbicos".

"Ya está bien de tomarnos el pelo a los ribereños y a todos los españoles, en el Tajo no hay sequía, hay saqueo", clama el presidente de la Asociación, Francisco Pérez Torrecilla, que añade que "en Murcia y Alicante, el año que se abrió el trasvase Tajo -Segura (1979), había unas 49.000 hectáreas de regadíos; hoy, en 2017, existen más de 300.000 hectáreas". "Es la codicia de los grandes aguatenientes la que ha acabado con el agua del Tajo", afirman estos municipios.

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