Opinión

Mes de septiembre

Aunque el noveno mes del año suele iniciar su andadura vigoroso y seguro, a medida que avanza, tal vez lastrado por un nombre carente de lógica en la época actual (se llama como se llama porque era el séptimo mes en el calendario romano), se desinfla.

Final del estío, de las rebajas, de los amores de verano, de las siestas sin remordimiento…

Síndrome postvacacional, alocadas variaciones climáticas nacidas de su posición contradictoria de clase (mitad verano, mitad otoño) que aturden y enfadan, vuelta al cole, días más cortos, colas más largas, la tiranía de los horarios, perder los kilos ganados con tanta fruición y abandono (¿alguien puede decirme qué sentido tiene la denominada operación bikini?), coleccionar, aprender inglés…

Abrumado por tanta responsabilidad, cercado por la hostilidad que despierta a su paso, el primero de los meses terminados en “bre”, se encoge y encorva

¡Demasiado para uno solo!

Mientras reivindica su inocencia por la ausencia de fiestas y la disminución de luz solar, suele regalarnos, allá por el 29, el famoso veranillo de San Miguel (“En septiembre, a fin de mes, el calor vuelve otra vez”), en un claro intento por congraciarse con los humanos.

¡Ni por esas!

El odiado cambio de armario y la jodida Ley de Murphy (si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal) conspirarán para que, si sales de casa “con chanclas y a lo loco”, te caiga un chaparrón de esos que hacen historia.

Septiembre se retuerce preso de angustia. ¿Qué hacer?

Pese a que en ciudades como la nuestra goza de cierto reconocimiento (gracias a la tregua que implanta en las sofocantes noches toledanas), ir precedido del festivalero agosto y seguido del amable octubre, con sus tonalidades ocres y su Puente del Pilar, le dificulta ganarse el cariño de la gente.

Él lo intenta (estrenos cinematográficos y teatrales, exposiciones, viajes más baratos, vida sana…), pero no hay manera.

Por más que se niegue a asumirlo, la mayoría consideramos que es un mes de compromiso y como tal, pese a no tener cuesta asociada como le ocurre al gélido enero, lo recorremos lentos y sin ánimo.

¡Me da pena septiembre!

Para hacerlo un poquito más simpático, aquí les dejo un poema de Neruda (murió el 23 de septiembre de 1973), perteneciente a Los Versos del Capitán:

8 de septiembre

Hoy, este día fue una copa plena, 
hoy, este día fue la inmensa ola, 
hoy, fue toda la tierra.

Hoy el mar tempestuoso 
nos levantó en un beso 
tan alto que temblamos 
a la luz de un relámpago 
y, atados, descendimos 
a sumergirnos sin desenlazarnos.

Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos, 
crecieron hasta el límite del mundo
y rodaron fundiéndose 
en una sola gota 
de cera o meteoro.

Entre tú y yo se abrió una nueva puerta 
y alguien, sin rostro aún, 
allí nos esperaba.

Los versos del capitán

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