Opinión

La moción y el espíritu del 15-J

La moción de censura contra el presidente Rajoy se produce coincidiendo con el 40º aniversario de las primeras elecciones de la democracia, el 15 de junio de 1977. Están siendo, pues, unos días repletos de mensajes histórico-políticos, de emociones para quienes vivieron en plenitud aquellos acontecimientos y de motivos de grandes reflexiones e incitaciones para la ciudadanía en su totalidad. Esto no se ha reflejado en el contenido de los discursos parlamentarios de la moción, aunque estos, sobre todo los de Irene Montero y Pablo Iglesias, han tenido la virtud de colocar en el Congreso en carne viva la crisis política de este país y la necesidad de cambios fundamentales en la política nacional. Aunque sin reconocer la obra de aquella generación que protagonizó la transición política, desde el Rey Juan Carlos y Adolfo Suárez a Santiago Carrillo o Felipe González, entre muchos otros, que realizaron aquel esfuerzo histórico de encontrarse para dar salida a la democracia que sin tal esfuerzo no habría visto la luz.

Después los de Podemos han reflexionado y han comprendido que con aquella actitud cometían un error y una injusticia política y han ido colocando las cosas en su sitio y a las personas, y ya no hablan de castas o de cosas parecidas por el solo hecho de su ubicación histórica...

En estos días yo creo que lo que procede es mirar ya con naturalidad hacia esa época y romper las posibles fronteras o motivos de enfrentamientos, reduciendo estos a las posiciones intransigentes que lo son sin que quepa evocar como único motivo aquellas ubicaciones en el tiempo o en las ideologías del pasado. Un ejemplo ilustrativo sería combatir a Rajoy y lo que representa con su actitud ante las exigencias de la democracia y del avance social y económico de nuestro país, en el que han de caber posiciones como las del PP, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez o Albert Rivera. ¿Qué otra cosa podríamos hacer, aparte de respetar el resultado de las urnas y de un infinito esfuerzo por conseguir los mejores resultados sin recurrir a trampas o a financiaciones ilegales o fraudulentas de las campañas electorales? Y digo esto último porque entre los infinitos presuntos delitos que se han ido descubriendo figuran una infinidad de conductas cuya confirmación judicial en buena lógica tendría que poner en tela de juicio los resultados de muchas elecciones que se celebraron y ganaron con esa horrenda tacha.

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