Opinión

¿Listas de espera en Atención Primaria?

Estrenamos en nuestra Comunidad una nueva administración sanitaria, que es la misma que precedió a la que nos acaba de dejar, y que en ...

Estrenamos en nuestra Comunidad una nueva administración sanitaria, que es la misma que precedió a la que nos acaba de dejar, y que en teoría (al decir de su membrete político) debería retomar y regir los destinos de la sanidad castellano manchega bajo la inspiración de lo público y el impulso del progreso. Ahora bien, cuando esta administración que ahora vuelve abandonó los puestos de gestión que ahora recupera, hace ya unos años, el barco de nuestra sanidad hacía aguas en muchos aspectos, incluido el económico, y se negociaban con urgencia recortes de plantillas draconianos, que solo podían traducirse en dolorosa supresión de derechos asistenciales. La estafa (o las estafas) origen de la crisis comenzaba a dar sus primeros zarpazos.

Antes de llegar a aquella situación crítica, los trabajadoresde la sanidad pública conocimos,y denunciamos en muchos casos, determinados vicios de gestión que no permitían barruntar nada bueno.No se nos hizo caso. Y si, ya en aquel entonces existían listas de espera en “atención primaria” y mala gestión económica.

Esto de la existencia de listas de espera en atención primaria es un hecho paradójico que ya comenté en un artículo de 2013 (“De médico de cabecera a médico de lista de espera”). Que muchos pacientes tengan que esperar 5 o 10 días para ser atendidos por su médico de cabecera no se comprende, va en contra de la filosofía y finalidad de la atención primaria, y puede considerarse un punto de quiebra de todo el proyecto asistencial.

“Mi médico de cabecera no me da cita hasta dentro de x días” es la queja más frecuente de los pacientes que acuden (como alternativa que no requiere cita) a los servicios de urgencias de atención primaria (PAC o puntos de atención continuada), que han resultado ser, al convertirse en consultas ordinarias a destajo, una válvula de escape para el desasosiego y la angustia del paciente que espera impaciente y enfermo. Lo cual permite también adivinar la debacle sanitaria que podría haber originado el cierre de estos PAC, según proyectaba la administración de Cospedal, y al que los tribunales pusieron freno con muy buen criterio.

No es infrecuente el caso de pacientes con fiebre elevada o similar necesidad asistencial a los que se les comunica que su médico de cabecera les atenderá, por ejemplo, en 8 días, que pueden ser 10. ¿Tiene esto sentido? ¿Esto del “médico de cabecera” funcionaba antes así?

Como ya señalé en el artículo de 2013, a mi juicio este problema, que no es menor (todas las estadísticas y encuestas señalan las listas de espera y la demora en la atención como una queja principal de los usuarios), tiene una relación directa con un tema organizativo, cual es la convivencia o coexistencia, no siempre eficaz o eficiente, entre lo que es la labor de consulta ordinaria y la asistencia prestada durante la atención continuada (guardias). Me atrevo a decir que las listas de espera en atención primaria tienen una relación no solo importante sino decisiva con la organización de los calendarios de guardias, y esto porque el diseño de estos calendarios no se rige por criterios asistenciales sino por criterios crematísticos (de algunos profesionales, algo parecido a las denostadas “peonadas”), y porque en muchísimos casos no son gestores responsables los que deciden estos calendarios, sino particulares (incluso sin ningún cargo) los que imponen su particular interés.

De ahí que burlando el  carácter ROTATIVO de los calendarios de guardias, impuesto por el artículo 6 del Decreto 137/1984 de Estructuras Básicas de Salud, algunos gestores irresponsables permitan que los calendarios de guardias se rijan por criterios e intereses contrarios a la eficiencia asistencial.

Venimos de una situación en que determinados descansosentre jornadas(sobre todo el descanso postguardia) se malinterpretan como licenciascon derecho a retribución (jornada cumplida), y esto estimula el hambre de guardias “seleccionadas” de lunes a jueves (las que generan saliente de guardia) rompiendo la rotación del calendario, lo cual a su vez dispara el número de consultas perdidas y las correspondientes listas de espera, pues en función de esta organización, cuantos más descansos postguardia se logran acumular, es decir, cuanto más abandonada tenga el titular su consulta y su cupo, más retribución en nómina recibe. Una especie de absurda incoherencia entre descanso y retribución, según la cual cuantas menos consultas se pasan más dinero se obtiene. Es decir, un premio y un estímulo a no pasar consulta. Una incomprensible paradoja, un auténtico despropósito asistencial y de gestión en forma de círculo vicioso, cuyo principal perjudicado era y es el paciente, al igual que la filosofía y el espíritu de la atención primaria.

La “alocada” e improvisada solución a este tema con la figura del correturnos, pagándose el mismo trabajo dos veces: al correturnos que pasaba la consulta y al titular que no la pasaba (por descanso postguardia) ni la recuperaba (por privilegio), tampoco resultó barato, como quedó de manifiesto en la posterior coyuntura económica.

En atención primaria coexisten dos colectivos profesionales con igual titulación académica y similar función asistencial (sanitarios de consulta -médicos y enfermeros- y sanitarios PEAC -médicos y enfermeros-). Se diferencian sobre todo en sus turnos y jornadas: más penosas y peor retribuidas las de los segundos, que parecen arrastrar una discriminación “congénita” desde los antiguos refuerzos, y que ningún sindicato tiene la decencia de denunciar o intentar solucionar. Para que se hagan una idea de la discriminación y el maltrato laboral a que se somete a estos sanitarios, les diré que la nocturnidad, la festividad, y la turnicidad a las que se ven sujetas sus jornadas no se les retribuyen en nómina, ni se tienen en cuenta desde el punto de vista de la salud laboral, ni de la conciliación familiar. Las licencias con derecho a retribución no se les retribuyen, luego alguien se queda con el dinero.Los sindicatos miran para otro lado. O incluso se les privaba (o se les priva) de la “jornada ordinaria” a la que tienen derecho por nombramiento, para otorgar guardias extras, jornada especial, o quintas guardias pagadas (en su día) a precio de oro a personal de consulta. Ni que decir tiene que el personal de consulta que colecciona guardias (incluida la quinta) pisa poco la consulta.

Se dan casos (y esto sintomático) en que muchos pacientes no conocen a su médico de cabecera, y sin embargo conocen de sobra al profesional PEAC, médico o enfermero (el que hace guardias). Y esto no desdice del mérito profesional de la gran mayoría de los profesionales de consulta, pero si nos informa de los vicios de gestión que se arrastran, y de gestores pusilánimes ante intereses y presiones de determinados colectivos. Aquella quinta guardia que se pagaba a precio de oro (con asentimiento de sindicatos y gestores), y que podía haber sido hecha por personal PEAC en su jornada ordinaria a mitad de precio ¿no colaboró a la quiebra económica de aquel entonces? ¿No es un caso evidente de gestión incompetente?

Hay que denunciar que si en su día fuimos la vergüenza de Europa por la figura sanitaria y laboral del refuerzo, no hemos avanzado mucho en lo que hace al personal sanitario PEAC. ¿Dónde están los sindicatos? ¿Qué hemos avanzado desde 2005?

¿Vendrá la solución a estos problemas asistenciales graves de la disociación (como en otras Comunidades) del trabajo de consulta y el trabajo de atención continuada / guardias, a cargo de dos colectivos diferenciados, igualmente reconocidos y dignamente tratados?

Hasta que se logren soluciones más duraderas o definitivas, la corrección urgente de las irregularidades señaladas (que implican listas de espera inasumibles para el paciente enfermo) requiere que gestores responsables con el dinero público, y comprometidos con la asistencia, recuperen el control de los calendarios de guardias ahora en manosde intereses particulares contrarios a la eficiencia asistencial, de manera que el personal de consulta haga fundamentalmente consultas, y el personal de atención continuada haga exclusivamente (como le corresponde legalmente) guardias.

El paciente y las listas de espera, lo agradecerá.

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