Opinión

Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?

Joaquín Estefanía reconoce en este ensayo en sus primeras líneas  “que el estrago mayor  que ha causado la gran crisis en nuestras sociedades ha sido el truncar el futuro de una generación”. Es la respuesta ante el reproche  que le haría cualquier nieto a un abuelo, en una situación en la que la juventud ha sufrido mucho más la crisis económica que las generaciones veteranas.  En cierta  medida,  tenemos la impresión de que se ha hecho creer a nuestros jóvenes que la vida es un parque temático, en una sociedad  mucho más variada y plural, menos pacata que la de sus padres, porque los llamados millenials (las personas que tienen entre diecinueve y treinta y cinco años)  desde la adolescencia se han quitado el pelo de la dehesa, han recorrido varios países, utilizan con fruición las redes sociales, y aparentemente disfrutan de los placeres de la calidad de vida, que proporciona el ocio. Sin embargo, hay un muro en sus proyectos de vida y no saben cuál es la peor elección: una persona joven debería destinar el 60%  de su salario para  compra de una casa, y el 68%  destinarlo al alquiler. Teniendo en cuenta que el paro juvenil ronda el 50%,  el panorama es  desolador.

El autor  se siente contrariado, porque a más quejas y reivindicaciones sociales, como ocurrió con los movimientos 15-M, más éxitos electorales tienen las políticas conservadoras tanto en España como en el resto de Europa. No en vano, el subtítulo de este interesante libro de divulgación económica, publicado por editorial Planeta,  es “Los graves errores que nos han llevado a la era Trump”. Según Estefanía el nuevo presidente norteamericano más que un polémico populista es el heredero de las políticas conservadoras de Reagan y Thatcher. 

Otro  tema importante es el de la emigración juvenil,  hay miles de jóvenes que salen de su entorno, sufriendo la llamada teoría del “bocadillo de chocolomo”.  La explicación es muy sencilla,  cuando un joven encuentra un buen trabajo  fuera de España, echa de menos a su familia y las relaciones sociales  que conforman su desarrollo personal y vital; por el contrario, si regresa al terruño de sus raíces en España, comprobará que aquí su empleo es precario, insustancial. Hay que elegir una cosa u otra: chocolate  o lomo. No hay  bocadillo de chocolomo.

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