La Sociedad Española de Pediatría recomienda las vacunas del rotavirus (un agente causante de vómitos y diarreas), y la del neumococo (que provoca meningitis y neumonías), durante los primeros meses de vida, sin embargo, estas dos vacunaciones consideradas básicas para evitar algunos riesgos en los bebés, no forman parte del calendario de vacunas infantiles del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
Estas vacunas de pago, cuyas marcas más extendidas son Rotatec y Prevenar, cuestan en el caso del Rotavirus, entre los 65 y los 70 euros por dosis; y para el Neumococo, unos 75 euros, y se suelen administrar entre 3 y 4 veces, durante los primeros 12 meses, con lo que nos situaríamos en un impacto económico para la mayoría de las familias castellano-manchegas de unos 600 euros, sólo en medicina preventiva.
El Sistema Nacional de Salud sólo financia estas vacunas cuando están indicadas por enfermedad, y no con carácter preventivo. Así son subvencionadas con hemoglobinopatías, falta de bazo anatómica o funcional, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), inmunodeficiencias, diabetes mellitus, insuficiencia renal, síndrome de Down, neo-plasia maligna, leucemia o linfoma, enfermedad cardiaca o pulmonar crónica o fístulas de líquido cefalorraquídeo. En todos estos casos se necesita el visado de la inspección médica.
Cada Comunidad Autónoma tiene sus propias competencias para diseñar un calendario de vacunación, y muy pocas Consejerías de Sanidad han introducido la prevención del Rotavirus o el Neumococo, como vacunas subvencionables, siendo la Comunidad de Madrid una excepción en este ámbito.
En el acto contexto de crisis económica en el que se encuentra Castilla-La Mancha, con muchas unidades familiares con serias dificultades para llegar a fin de mes y después de restablecer la situación financiera en la que se encontraron las farmacias de la Comunidad Autónoma, durante el primer año de Legislatura, sería conveniente que el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, aprovechase la estabilización de las finanzas públicas, y el logro del objetivo de déficit, para introducir la lucha contra el rotavirus y el neumococo, dentro del sistema público de prestaciones, evitando un gasto que en la mayoría de los casos, es excesivo para las familias.
Además, el actual Gobierno de Castilla-La Mancha debería replantearse el recorte tan drástico que efectuó dentro de los programas preventivos con respecto a los bebes, en la denominada prueba de cribado neonatal, -popularmente conocida como la prueba del talón-, y que pasó de detectar 15 enfermedades de carácter congénito o metabólico en 2011, a tan sólo la fenilcetonoria, el hipotiroidismo y la hiperplasia suprarrenal, debido al excesivo coste que supone cada diagnóstico, -estimado en unos 25 euros-, sin embargo, en este ámbito, la Comunidad Autónoma ha llevado a cabo una política de recortes drásticos, cuando otras regiones como Aragón, Galicia, Madrid o Extremadura, -del mismo signo político en sus Gobiernos-, ampliaron de 25 a 30 las enfermedades que se pueden diagnosticar con esta conocida prueba del talón.
